11/01/2025
El último de los cuentos recopilados por el folclorista Petre Ispirescu -y recogidos en Basme românesti – Romanian Fairy Tales – Contes de fées roumains (Editura Paralela 45, 2023)- se titula 'Broasca ţestoasă cea fermecată' / 'The Enchanted Turtle' ('La tortuga encantada'). Con él cerramos esta serie de artículos de nuestro blog que dedicamos a los relatos rumanos. Tampoco les va a defraudar.
Había una vez un emperador que tenía tres hijos en edad de casarse. Siendo así, el padre les encomendó que fuesen a buscar su destino.
El mayor viajó al Este, llegó al palacio de un emperador que tenía una hija, la cortejó y acordaron matrimonio.
El mediano encontró a su prometida en la hija de un emperador del Oeste. Sin embargo, el pequeño no estaba dispuesto a seguir la senda de sus hermanos, y, así, tomó un camino que le llevó a un gran estanque. Cogió una ramita de avellano y arrojó la ramita al agua. Una tortuga salió y lo miró. Pero él no se daba cuenta. Al verla, su corazón le hablaba, pero no entendía lo que le quería decir.
Al día siguiente, sucedió lo mismo. E, incluso, al tercer día: también fue a la orilla del estanque. Aquí recordó que sus hermanos regresarían el día después con sus prometidas. Cuando se iba a ir, la tortuga lo miró muy atentamente. Él, del mismo modo, miró a la tortuga, y sintió algo en su corazón. Reunió coraje y gritó que ella sería su prometida.
Esas palabras –le dijo la tortuga- rompieron el encantamiento: él era su destino y lo seguiría siempre. El hijo pequeño del emperador se asustó, pero la voz de la tortuga era dulce. Se transformó en un hada bellísima. Y él sintió que no podía vivir sin ella: hablaron y hablaron, y el joven le dijo que haría saber a su padre su compromiso con ella.
Cuando llegó al palacio, narró a su familia lo que le había acontecido. Y se encontró con bromas y chistes absurdos ante lo que relataba.
El emperador se dispuso a dar la bienvenida a sus nueras, ordenando preparar su palacio. Aquellas eran muy guapas y tenían una muy buena dote. Al mismo tiempo, empezaron a burlarse del más joven, con el consecuente dolor paterno: planearon avergonzar a su hermano en el momento en que trajera la tortuga ante el emperador.
Cuando el hijo más pequeño fue a buscar a su prometida, apareció la tortuga y se convirtió en ser humano. Hablaron, y él le dijo a ella que se preparara para marcharse juntos. Esta le informó que era hija de un poderoso emperador, y que hechizos malignos cubrieron sus palacios de agua sucia, los enemigos robaron su reino y ella fue transformada en tortuga. El joven le instó a que se adecentara, pues su padre, sus hermanos y sus cuñadas estaban esperando por ellos. Ella le dijo que era su costumbre bañarse antes de la ceremonia nupcial. Apartó el agua del estanque, y se podían ver varios palacios repletos de joyas y oro, radiantes. El hada tomó al hijo del emperador de la mano y entró en el riquísimo palacio. Se bañaron, se vistieron y salieron al jardín perfumado por la esencia de las flores.
Llegaron al palacio del emperador, que estaba preocupado por la tardanza de su hijo pequeño. Todos vieron en ella a una mujer extraordinaria. Los hermanos mayores se quedaron mudos, y se arrepintieron de reírse del más joven. El hada se comportó dignamente, y se ganó, hablando, todos los corazones.
Los hijos de más edad del emperador aconsejaron a sus prometidas hacer lo que el hada hacía, y esto valía para la ceremonia nupcial y para el banquete.
Todos se casaron el mismo día, y esto hizo al padre feliz. Bailaron y celebraron una fiesta. El hada comía un poco y ponía el resto en su seno: sus cuñadas hicieron lo mismo.
Después de comer, la ya joven esposa del hijo pequeño mostró su agradecimiento a su suegro y sacó un ramo de flores de donde había colocado la comida antes. Las esposas de los hijos mayores quisieron también dar las gracias a su suegro, pero en su seno solo hallaron ropa sucia. Humilladas, tuvieron que ir a cambiarse de ropa pues resultaban impresentables en la fiesta nupcial.
Todos estuvieron de acuerdo en que el hijo más joven del emperador y el hada debían reinar. Y, así, el emperador los puso en el trono.
La emperatriz llegó a ser querida, incluso, por sus cuñadas. Y su esposo gobernó en paz, calma y alegría.
Al igual que ocurría en 'El cerdo encantado' –también, como 'La tortuga encantada', literatura maravillosa o de hadas- la metamorfosis es un elemento presente en el relato, y que opera aquí, en el hada, en su transformación de tortuga a ser humano. Maravilla es, igualmente, la magia, que, produciéndose de manera natural en el cuento, no produce asombro ni en los personajes ni en el lector, pues es una norma habitual de ese mundo: magia es, por ejemplo, la acción en la que el hada retira el agua del estanque –con el prodigio que acontece a partir de dicha acción-.
En el relato se da importancia al amor sentimental: se percibe en el vínculo entre el joven hijo del emperador y la tortuga encantada / hada, vínculo casi inconsciente e inocente, en un principio. Pero también en la unión de los hermanos de aquel con sus prometidas –que llegarán a ser esposas-. Además del amor sentimental, aparece el amor paterno-filial, que desarrolla el emperador por sus hijos –es feliz con sus bodas-. Ese papel de padre, por encima del de emperador, se acentúa cuando siente dolor por su hijo más pequeño, objeto de las burlas –a la postre, burlas burladas- de sus hermanos: en realidad, su actitud paternal lo hace más humano –y así lo trata su nueva hija (antes, tortuga) cuando le regala flores como agradecimiento-.
Les recomiendo la lectura de esta narración, continente de hechos sorprendentes y valores universales, que pone de manifiesto, una vez más, la riqueza folclórica rumana a través del arte de contar.