El Real Valladolid cayó derrotado (1-0) en La Cerámica ante un Villarreal B que coge oxígeno para afrontar el cierre de 2023 en la zona baja, pero fuera de los puestos de descenso, objetivo principal del filial del submarino. El Pucela, por su parte, desaprovechó, de nuevo, una buena ocasión de asaltar el liderato que sigue en manos una jornada más del CD Leganés. Los de Paulo Pezzolano cosecharon la séptima derrota de la temporada y la sexta fuera de casa. Es en el José Zorrilla, precisamente, donde el equipo jugará la última jornada del año.

UN GOL QUE DESLUCE LA DECENTE PUESTA EN ESCENA

Entró bien al partido el Real Valladolid. Los blanquivioletas dominaron los primeros instantes tanto con balón como sin el porque lo único que pudo hacer el Villarreal B fue plantarse en bloque bajo, esperar y aguantar los arreones. De hecho, todos estos estuvieron bajo la batuta de Raúl Moro, que se iba de su marca una y otra vez. No obstante, el '11' no tomó las mejores decisiones en el último pase a pesar de su meritoria insistencia cada vez que tenía el balón. El Pucela se dio cuenta de en que en la banda de Moro era donde podría generar el mayor peligro, pero no era suficiente porque Moro se iba a la guerra sin ningún escudero... nunca mejor dicho. En este tramo, Salazar había batido al héroe Iker Álvarez, pero su tanto fue anulado por fuera de juego.

Entre tanto vaivén y fallos en ataque del Pucela, el Villarreal B no iba a desaprovechar sus escasas intentonas. En este sentido,  avisaba previamente por los fallos en la entrega de un desastroso y decepcionante Monchu que, además, iba a estar implicado en la acción del único gol del encuentro. Tras una jugada trenzada, el balón le cae en las botas de Alex Forés que, tras llevarse el cuero porque Monchu no acierta en el despeje, supera a Masip con un disparo desde la frontal (1-0). El tanto le quitó el control del partido al Real Valladolid que, si en algún momento le había tenido, se estaba despidiendo del mismo por deméritos dignos de estudio.

Aun así, Salazar pudo empatar el partido al filo del descanso, pero Álvarez volvía a aparecer adivinando las intenciones del joven ariete, que debutaba en el once titular por las bajas que arrastraba un Pucela que está obligado a reforzar la plantilla en el mercado invernal.

UN DESASTRE EN BUCLE

Parecía que el guion del partido iba a cambiar por completo tras el descanso, pero no fue así. El Pucela, que no mejoró ni mucho menos con los cambios, entró en un bucle lleno de anarquía y de pequeñas guerras provocadas, mayoritariamente, por los jugadores del Villarreal B que eran conscientes de la importancia de los tres puntos. La toma de decisión de Pezzolano no dio sus frutos, como en otras ocasiones, porque no estaba acertando en la elección de las alternativas. Mantuvo inexplicablemente a Joni Montiel sentado a pesar de la lesión de Iván Sánchez y luego experimentó con un equipo sin delanteros cuando tenía la opción de Arnu, que se quedó sin la oportunidad de debutar, aunque estuviera citado.

El encuentro, asimismo, estuvo sin la continuidad que quería darle el Real Valladolid. Boyomo, aun así, tuvo el empate, pero ni con esas el Pucela lograba la igualada. Ya en los últimos minutos, y con el equipo volcado, los fallos en cadena y los errores groseros en ataque de Anuar o de Meseguer (este con todo a favor) dejaron la victoria en bandeja al Villarreal B. Aunque en el descuento los de Pezzolano no pararon de atacar, el reloj corría a favor de los amarillos que aguantaron la ventaja hasta el final con el pitido de un González Francés que permitió a los locales ensuciar el juego y cargarse de faltas sin sus correspondientes castigos.

No obstante, el Real Valladolid, a pesar de la derrota, mantiene la posición de ascenso directo, que tendrá que defender ante un enrachado Racing de Ferrol que amenaza el fortín del José Zorrilla en el que solo ha salido vivo y con tres puntos más otro recién ascendido como es el Alcorcón.