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Alimentos de banco

Félix de la Fuente nos trae su tan ansiado 'Lunes al sol'

Alimentos de banco
El Viudo
El Viudo
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En el banco que está justo detrás del quiosco de la Plaza de San Juan, una manzana descansaba sobre una servilleta de papel, a su lado a la derecha apoyado en la esquina un carro, todos los pobres del mundo llevan un carro. Al otro lado de la manzana estaba sentada una señora que podría tener ochenta, setenta o sesenta años, quien sabe, si a lo mejor ni ella misma sabe el año en el que nació, ni sabe qué día se la apareció la primera arruga de las miles que surcan su piel bajo un gorro de lana multicolor.

En la mano derecha sostenía una cuchara de plástico que de vez en cuando introducía en un recipiente también de plástico, donde desde la distancia parece que hay algo parecido a un puré.

Entre cucharada y cucharada hay mucho espacio, mucho tiempo. Tiempo para pensar en la estadística que nos darán de la ocupación que registrarán las Casas Rurales de la Comunidad en el Puente de Diciembre. Tiempo para pensar en la estadística que darán las Asociaciones de Comerciantes de la repercusión que ha tenido el Black Friday. Tiempo para pensar en la estadística que dará la Asociación de víctimas de género de los que aprovechándose de la Ley del 'Si es Si' verán rebajada su condena. Tiempo para pensar que el IBEX lleva cinco semanas consecutivas de subida de cotización. Tiempo para pensar que ayer de nuevo los nostálgicos del dictador hacen misas en su honor, sin saber que el hombre que preside la ceremonia colgado en una cruz con las manos clavadas en las esquinas de la madera, dio su vida por defender a los humildes, a los pobres, a los enfermos.

Al terminar lavó la cuchara en la fuente y la secó con la servilleta y tiró el corazón de la manzana a la papelera. Inclinó el carro y empezó el recorrido a ningún sitio.

El pasado viernes se celebró la Cena del Plato Solidario de la ONG que antes estaba en un esquinazo del Camino Viejo de Simancas y ahora tienen unas mejores naves en el Polígono de Argales.

Son voluntarios que recogen alimentos y artículos de primera necesidad para ordenarlos y entregarlos a los más necesitados, a los que realmente lo pasan mal, a los que no saben ni lo que es la agenda 2030, ni como ha cotizado el kilowatio hora en los últimos meses, ni a que hora juega España el primer partido en Qatar.

Para todos esos, los invisibles, los que no queremos aceptar, ni conocer ni poner en nuestra mesa, para todos esos que consumen los alimentos una vez al día sobre un banco de cualquier parque en compañía de nadie, para todos esos hay una agrupación, asociación, ong o como lo quieran ustedes llamar que hace la labor más gratificante, sincera, respetuosa y humanitaria que se puede hacer por los otros.

Si usted llena una bolsa con un poco de leche, un poco de arroz, unas manzanas, unos pañales, unas galletas, un bote de legumbres?y se acerca con el coche a la entrada de las naves del polígono, se preguntará como le puede a usted durar una sonrisa tan sincera en la cara incluso media hora después de haber dejado la mercancía en las estanterías del BANCO DE ALIMENTOS.

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