El doctor vallisoletano que lleva más de 25 años salvando vidas

Luis de la Fuente, jefe de sección de Cardiología del Hospital Clínico, atiende a TRIBUNA con motivo del Día Nacional del Trasplante

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El doctor vallisoletano que lleva más de 25 años salvando vidas
El doctor vallisoletano Luis de la Fuente durante la entrevista. Sergio Borja
Carlos  Estévez Rodríguez
Carlos Estévez Rodríguez
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El trasplante de corazón es uno de los avances más complejos y revolucionarios de la medicina moderna. Este procedimiento, que implica la sustitución de un corazón enfermo por uno sano de un donante, no solo requiere un alto nivel de destreza médica, sino también un sistema de coordinación eficaz entre hospitales, donantes y pacientes. A lo largo de las décadas, el trasplante de corazón ha salvado miles de vidas, convirtiéndose en una esperanza real para aquellos que padecen insuficiencia cardíaca terminal.

Luis de la Fuente es como una especie de ángel de la guarda para todos los que han pasado por este proceso. Su primer contacto con el trasplante fue en A Coruña, atendiendo a Emilio Bautista, actual presidente de la Asociación de Trasplantados de Corazón de Castilla y León: "Cuando terminé la residencia de cardiología, mi jefe por aquel entonces me dijo que necesitaban una persona para dedicarse a trasplantes. Hace 25 años, dedicarse a los trasplantes era muy complicado. Acepté y me vi obligado a marcharme a Galicia para formarme", aseguraba de la Fuente.

Para él, el mundo del trasplante es "apasionante". A pesar de todas las complicaciones que pueden surgir en un proceso como este, de la Fuente es de los que piensan que "tratar a estos pacientes es muy bonito".

Uno de los inconvenientes en estas operaciones es la rapidez con la que todos los involucrados tienen que actuar: "Nosotros no podemos prever cuando va a realizarse el trasplante. Los pacientes que están esperando, normalmente ingresados, saben que de un momento a otro les van a avisar para que se lleve a cabo la operación". Los cirujanos tan solo son la punta del iceberg en estos casos: "Se estima que para una operación de corazón se movilizan unas 40 personas entre anestesistas, cardiólogos, enfermeros…", afirmaba Luis.

Los cirujanos tan solo tienen cuatro horas desde que cogen el corazón hasta que este ya está "implantado" en el paciente, por lo que es necesario que todos los agentes involucrados en la ecuación se coordinen correctamente. "A pesar de que el personal sanitario actué adecuadamente, hay unos pocos casos en los que el corazón no se termina de adaptar al paciente. Puede haber problemas inmunológicos, pero con los tratamientos que tenemos hoy en día es muy complicado", explicó de la Fuente.

A pesar de ser una operación "bastante estandarizada", hay casos donde la operación "se puede tornar realmente compleja". "Los trasplantes a pacientes con máquinas de asistencia sanitaria, es decir, con corazones artificiales, cada vez son más comunes. Esto no quiere decir que sea un proceso sencillo, de hecho es una operación que requiere de gran precisión y técnica", añadió.

Con más de 200 trasplantes a sus espaldas, Luis asegura estar "muy satisfecho" con el funcionamiento de Sacyl en estos procesos: "La lista de espera media para realizar un trasplante es de entre cuatro y seis meses, pero eso no depende de nosotros, depende de la disponibilidad de los órganos". A pesar de ello, cuando un paciente se encuentra en estado grave y necesita un corazón urgentemente, "en una semana se consigue", aseguró un de La Fuente que califica esto de "éxito rotundo".

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