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Gesta y Justo

Emilio de Justo triunfa en su encerrona con seis victorinos al cortar cinco orejas, en una interesante tarde con un toro de vuelta al ruedo

Fotos: Fermín Rodríguez
José Ángel Gallego Vázquez
José Ángel Gallego Vázquez
Lectura estimada: 4 min.
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Seis toros pesan mucho y más si llevan el hierro de la A coronada. Pero Emilio de Justo solventó la complicada papeleta con nota. Más allá de la estadística númerica, con cinco orejas en el esportón, en la retina de los aficionados quedará una completa tarde en la que, además de la gesta de Justo, se vio una completa y variada corrida con un excepcional y bravo tercero premiado con la vuelta al ruedo, y la actuación muy entonada de los hombres de plata. Lidias acertadísimas, grandes pares de banderillas y, al menos, tres excelentes puyazos, que sirvieron para que el Coso de Zorrilla recuperara la belleza de la suerte de varas.

Emilio de Justo, casi tres horas después de trenzar el paseíllo, abandonaba el coso de Zorrilla, que gestiona la empresa de su apoderado, en volandas entre gritos de 'torero, torero'. Los aficionados le llevaban en hombros hasta el hotel. Una imagen que contrastaba con la llegada a pie y con gesto serio a la plaza de toros desde el hotel ubicado en el paseo de Zorrilla.

La apuesta había salido bien. Aunque, quizá, en su debe faltó algo más de variedad, especialmente con el capote, con faenas de estructura muy similar. Lo que no cabe duda, es que Emilio conoce a la perfección los toros de Victorino Martín, a cuyo ganadero brindó la muerte del tercero de la tarde, el mejor de todo el encierro, un cinqueño de nombre 'Porteño' que, al parecer, fue sobrero en Las Ventas. Gran toro, este cárdeno, que lució De Justo en el caballo, con dos excelentes puyazos de Juan Bernal. El toro, el más cuajado y hondo del encierro, fue pronto, galopó, humilló y no se cansó de embestir, siempre por abajo, arrastrando el hocico y pidiendo el carné, que para eso no deja de ser un victorino.

De Justo plantó batalla. Le recibió, como a casi todos sus hermanos, por bajo, ganando terreno hacia los medios para remachar con una buena media, en estampa de lidiador de antaño. Pero 'Porteño' tuvo un excelente pitón izquierdo y el extremeño lo aprovechó, con varias tandas de naturales. Una sobresalió del resto: muletazos de bella factura y circular trazo. El resto de la faena, sin ser ligada, tuvo momentos de emoción que llegaron a los tendidos. Pinchó y el premio se quedó en una oreja para Emilio y una merecida vuelta al ruedo. Bien por el presidente al reconocer un victorino de nota alta.

El festejo había comenzado con un toro peligroso que sabía lo que se dejaba atrás. Hizo el esfuerzo Emilio al que nadie podrá echar en cara su disposición. Y surgieron monopases por la izquierda, y alguna meritoria tanda sobre la diestra. El pinchazo y la espada baja provocaron que no pasara nada, a pesar de la tímida petición.

Dos [excesivos] trofeos había paseado al segundo, un manso de libro al que el diestro supo taparle la salida y aprovechar la inercia a tablas, para construir meritorias tandas. Fue este el único en el que Emilio regaló un quite: tres chicuelinas de mano baja, abrochadas por una pinturera media. La espada cayó tan baja que la segunda oreja fue un exceso. También las palmas al toro.

Ya sin la presión de los números [había paseado ya tres orejas] la segunda parte de la corrida comenzó con un peligroso cuarto. De los que se hacen bola. Siempre buscando los tobillos y con la única idea de echárselo a los lomos.


Emilio de Justo salió a hombros del coso del Paseo Zorrilla. Foto: Fermín Rodríguez

El extremeño pide calma a los tendidos, cuando le reclaman que lo mate. Traga de lo lindo en unos naturales ayudados. No se arruga y, a base de valor seco, lo mete en el canasto. Al menos en dos series de mucho mérito. Lo demás ya es una lucha entre uno que quiere coger y el otro que no quiere ser cogido. El pinchazo previo a otra estocada baja hacen que el intenso duelo quede en una ovación.

Lo más granado con la capa llegó en el quinto. Buen ramillete de verónicas, encajadas y hondas. Y con el percal destacó también la exquisita lidia de Juan José Bernal, que dictó una magistral clase de cómo andar con un toro.

Tras el brindis a su apoderado, Alberto García, y a su director artístico, Guerrita Chico, De Justo se las vio con otro destacable toro de Victorino. De embestida humillada, aunque a falta de empuje. Hasta que el cárdeno comenzó a desarrollar peligro, se dejó una buena serie por el pitón derecho, quizá la de mayor calidad de toda la tarde.

El público, siempre a favor de Emilio, se metió en la faena y supo apreciar el empeño. Terminó de uno en uno, pero siempre enganchando 'alante' y soltando en la cadera. La estocada, esta vez sí, fue soberbia y los tendidos y el palco no tuvieron reparo en conceder otros dos trofeos más.

El que quedaba en toriles fue, el que podríamos decir, el toro de la sensibilidad. Buen saludo capotero, antes de dejar que Álvaro de la Calle, el sobresaliente salmantino, pudiera ejecutar un quite. En la memoria de todos, aquel Domingo de Ramos de 2023 en Las Ventas, donde en otra encerrona de Emilio de Justo, el bravo torero de Salamanca se tuvo que quedar con cinco toros, tras el grave percance sufrido por el titular. Por si fuera poco, De Justo brindó a los dos sobresalientes, ante la ovación cerrada del respetable que aplaudió la sensibilidad del torero de Torrejoncillo. Luego no pasó demasiado, pues el victorino se apagó muy rápido.

La gesta ya era historia (que no histórica) y De Justo saboreaba la salida en hombros de una de sus plazas talismán, camino del hotel. Mientras, en la memoria de los buenos aficionados permanecía 'Porteño', un bravo ejemplar de Victorino Martín, que hizo honores a su legendario hierro. Gloria a los toros bravos y a los buenos toreros, y ayer algunos también vistieron de plata.

Más Info.

Plaza de Toros de Valladolid. Más de tres cuartos de entrada. Toros de Victorino Martín de correcta presentación y desigual juego, destacando el bravo tercero, que fue premiado con la vuelta al ruedo.

* EMILIO DE JUSTO, ovación, dos orejas, oreja, ovación, dos orejas y palmas.

Incidencias: Juan José Domínguez, Alberto Carrero, Abraham Neiro, Miguel Murillo, Alberto Carrero, Morenito de Arles y Pérez Valcarce se desmonteraron tras parear. Saludó Juan Bernal y Aurelio Cruz tras sendos puyazos.