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Del Aconcagua a Valladolid: "Había mucha discriminación hacia la mujer indígena y nosotras rompimos barreras"
El documental ‘Cholitas’ se proyecta este viernes en Valladolid, con la historia de cinco mujeres escalan los picos más altos de Sudamérica en un afán de superación y de reivindicación
Se llama en Bolivia 'chola' a esa mujer que viste habitualmente el traje tradicional. Mujeres indígenas que mantienen la tradición, la esencia y el origen de los pueblo nativos americanos, pero que, aún hoy, sufren discriminación, hasta el punto de que apenas tienen posibilidad de encontrar un trabajo. Con la motivación de romper estereotipos y dar valor a la mujer, especialmente a la indígena, se juntaron en 2015 un grupo de 'cholitas' que, ataviadas con sus polleras (traje tradicional) se embarcaron en la aventura de escalar las montañas más altas del continente hasta llegar al colosal Aconcagua. Su proeza no pasó desapercibida para los directores Jaime Murciego y Pablo Iraburu, que se sumaron a su expedición en el pico más alto de Sudamérica para hacer el documental 'Cholitas' que ahora se muestra en España, y en el que han colaborado las ONGs Entreculturas, Alboan y Oxfam.
PREGUNTA: ¿Cómo surgió la iniciativa de escalar el Aconcagua?
RESPUESTA: (Cecilia) En principio, se conformó un grupo de cholitas escaladoras en el año 2015 y nuestra primera montaña fue el Huayna Potosí (Bolivia). Fue 17 de diciembre de 2015 que un grupo de 11 mujeres logramos llegar a la cima. Teníamos un proyecto de escalar ocho montañas de más de 6.000 metros y en ese sueño estaba el Aconcagua. Después, haciendo las publicaciones conocemos a nuestro director del documental, Jaime Murciego, que filmó allá y de lo cual tenemos la película 'Cholitas'.
P: ¿Qué es lo que motivó inicialmente, en 2015, crear este grupo de mujeres escaladoras?
R: (Cecila) A nosotras nos motivó porque había mucha discriminación hacia la mujer indígena aymara de pollera. Las mujeres indígenas no teníamos esa posibilidad de tener un trabajo, o no podíamos trabajar dentro de los trabajos "de varones", y de esa forma fue que nosotras rompimos varias barreras. También teníamos el sueño de ir a escalar a la cima. Desde muy pequeñita algunas llegamos a la montaña, en mi persona por ejemplo con ocho años, y entonces soñábamos con ir a ver la cima de la montaña, ir a escalar, entonces ese fue que nos llevó a hacer un grupo de cholitas.
P: ¿Entonces, a través de este grupo de cholitas escaladoras buscáis reivindicar a la mujer indígena demostrando que podéis hacer todo lo que os propongáis?
R: Sí, porque no nos queremos quedar atrás y queremos nosotros romper estas barreras de decir que las mujeres podemos hacer las mismas actividades que los varones. Podemos ir a escalar las montañas con nuestra vestimenta típica que llevamos que son las polleras.
P: ¿Por qué decidís usar esa vestimenta tradicional en vuestras expediciones?
R: (Elena) Nosotras vamos en siempre en la representación de todas las mujeres indígenas, más que todo. La pollera significa mucho para nosotras, por ejemplo, la representación de la chola paceña [mujeres que visten a la usanza tradicional en el departamento de La Paz] y nuestra cultura aymara. Siempre en eso nos basamos. Desde muy niñas nosotras hemos crecido con nuestras polleritas y no podemos dejar nuestra vestimenta. Estamos bien acostumbradas. Por ejemplo, cuando nos sacamos la pollera para jugar un rato al fútbol nos sentimos como si no tuviéramos ropa. Es incómodo. Hemos querido demostrar que las mujeres de pollera, y todas las mujeres del mundo, no podemos tener límites y quedarnos ahí no más, sino que tenemos que seguir luchando, rompiendo estos estereotipos y esos esquemas y mostrando que nada nada ni nadie nos puede detener.
P: Para llevar a cabo todas estas expediciones, especialmente la del Aconcagua, que es el pico más alto de toda Sudamérica, ¿habéis necesitado algún tipo de preparación?
R: (Elena) Sí, que nos hemos preparado. Había momentos en grupo que hemos salido a escalar en hielo, escalar en pared. Algunas montañas en Bolivia, también, hemos escalado. Luego, cada una individualmente. Por ejemplo a mí me gusta trotar en las mañanas, también jugar al fútbol y esas cosas por ejemplo nos ayudan mucho para ascender las montañas. Además, como siempre estábamos viviendo a una altura de 4.200 metros los pulmones ya están adaptados a esa altura. De esa manera hemos podido ascender a la Aconcagua, la montaña más alta de Sudamérica. Mucha gente nos decía que no íbamos a poder y nos hacían tener mucho miedo, pero nosotras hemos dicho: "Vamos y vemos el terreno como es". Nosotras siempre con mente positiva.
P: ¿Cuál ha sido el principal reto al que os habéis enfrentado?
R: (Elena) El principal reto ha sido el Huayna Potosí, que tiene una altura de 6.088 metros y ha sido un éxito para cada una de mis compañeras lograrlo, porque muchas veces, desde muy niñas, hemos soñado y hemos dicho "cuánto quisiera estar ahí en la cumbre, cómo es, qué se siente". Había momentos, por ejemplo, mucha gente, turistas, me preguntaban: "¿Elena, alguna vez ya subido a la cumbre?, ¿cómo es?, ¿cuántas horas de caminata?". Yo misma tenía esa curiosidad de poder llegar y me preguntaba "¿qué habrá? ¿habrá oro?". Y, un día, se conformó un grupo de cholitas escaladoras y yo fuí invitada y una de mis compañeras también. Para mí ha sido un honor lograr conquistar mi primera cima, el Huayna Potosí, y estar ahora en medio del grupo de las cholitas escaladoras, seguir conquistando más proyectos y celebrarlo como mujeres de pollera y demostrar que no nos avergonzamos. Seguimos demostrando que nada y nadie nos puede detener.
P: ¿Y de aquellas ocho montañas que queríais escalar, cuáles habéis hecho ya?
R: (Cecilia) Las ocho montañas eran el Huayna Potosí, el Acotango, el Illimani, Parinacota, Tomarapi, después fue Sajama y luego Aconcagua y demás montañas. Ya nos hemos pasado y ya no ha sido sólo ocho, nos hemos pasado. Nos hemos liberado mucho para seguir escalando más montañas.
P: ¿Cuál de ellos os costó más?
R: (Cecilia) El Aconcagua, el que es el más alto de Sudamérica.
P: ¿En algún momento habéis tenido ganas de claudicar?
R: (Cecilia) Bueno, en mi persona sí que he tenido algo de dificultad. Entonces, uno tiene que decidir retornar si no puede continuar para no perjudicar al grupo. Entonces en esa montaña, sí, pero de los demás, todos, fue un éxito. Después se puede lograr, porque la montaña siempre está ahí y el año pasado yo retorné para hacer la cima del Aconcagua y ha sido increíble. Uno no se puede rendir, no se puede quedar atrás, si no que tiene que seguir adelante. Entonces, es un mensaje para todas las mujeres que un día no han podido, pero después se puede.
P: ¿Ahora que ya habéis coronado tantas cimas, habéis notado una repercusión?
R: (Cecilia) Sí, hemos superado bastantes obstáculos que nos han puesto en el camino y hemos roto varias barreras y hemos visto que hay un cambio, no totalmente, pero sí hay un cambio porque la gente ahora, cuando nos ven, dicen "las cholitas escaladoras han podido, también nosotras podemos". Ahora hay más jovencitas que quieren ser como nosotras. También, por ejemplo, hemos escuchamos mucho, presentando la película, nos dicen "yo ahora ya me he liberado". Entonces, hay un cambio. Ahora las mujeres nos empoderamos más para seguir adelante.
P: Hablando de la película, ahora estáis haciendo una gira por España con el documental. ¿Qué tal está siendo la experiencia con el público español?
R: Para nosotras es una alegría muy grande estar en esta gira en España. Las personas que nos reciben son muy amables. Estamos muy felices de venir a hacer esta gira de la película y, también, a través de la película, que la gente pueda ver y después superarse un poco más.
P: ¿Qué os comenta el público sobre el documental?
R: Sí, hoy estábamos en una escuela y los niños nos han preguntado. Para nosotras una alegría dar también ese ejemplo a las niñas y a los niños de que ellos pueden seguir adelante. Que nosotras podemos y ellos también pueden ser algún día una profesión que hoy sueñen, que no se queden atrás.