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¡Es el Estado, idiotas!

La opinión de Diego Jalón en TRIBUNA

¡Es el Estado, idiotas!
Diego Jalón Barroso
Diego Jalón Barroso
Lectura estimada: 5 min.

Anda Sánchez un tanto demacrado y descompuesto. ¿Será tal vez porque hasta su fiel Yolanda se ha apuntado a la fachosfera? Y no sólo por su repentino amor a Amancio Ortega, sino porque ahora anda diciendo que esto de la negociación para ver si Puigdemont se deja amnistiar "parece que no va en la dirección correcta". ¡Acabáramos! Hasta Yolanda duda al ver a su presidente dando mandobles al aire con tanto ahínco como Don Quijote a los cueros de vino, convencido de que lucha en Micomicón con algún gigante.

Que si el terrorismo light sobrevenido, que si el afán por cambiar la ley de enjuiciamiento criminal para mejorar "la eficiencia judicial", que se disuelve como un azucarillo al comprobar que a su amnistiable no le complace, que si él y todo el mundo sabe lo que es el terrorismo: "El independentismo catalán no es terrorismo, no lo es". Pues claro que no, ¿quién ha dicho que lo sea? Ningún juez ha abierto ninguna causa contra el independentismo. Nadie ha dicho nunca que el independentismo catalán sea terrorismo, salvo el propio presidente: "con este proyecto de ley, yo estoy convencido que van a estar todos los independentistas catalanes amnistiados, porque no son terroristas".

Y es que Sánchez, en su quijotismo, pretende embarcarse en una colosal tarea absolutamente inútil. Porque la inmensa mayoría de los independentistas catalanes, cientos de miles, millones de personas, que se sienten independentistas, votan a partidos independentistas, se manifiestan por los mártires de esa invasión inventada de 1714 y sueñan con la independencia de Cataluña, no tienen que ser amnistiados, porque no están acusados de ningún delito.

Los jueces investigan a personas concretas, con nombres y apellidos, por hechos y delitos concretos. Como por ejemplo a esos doce individuos de los CDR encausados por querer "llevar a cabo acciones violentas o atentados contra objetivos previamente seleccionados utilizando para ello los explosivos y sustancias incendiarias fabricados en los dos laboratorios clandestinos que la propia organización tenía instalados en dos domicilios particulares". Los mismos hechos por los que están en la cárcel otros terroristas islámicos en España.

Nadie ha dicho que el independentismo sea terrorismo, es una ideología política y nadie es perseguido judicialmente en España por su ideología. Eso, el que lo dice es Sánchez y, qué casualidad, también los independentistas, que se empeñan en repetir que se les persigue por sus ideas y no por cometer actos tipificados como delitos por la legislación española. Por eso Sánchez trata de convencernos de que ?todo el mundo sabe lo que es el terrorismo?, mientras, como Don Quijote, lo va dejando todo lleno de vino. Y uno de sus sanchopanzas, el antes juez Marlaska, se afana en buscar por el suelo la cabeza del gigante para ver si así mantiene su ínsula, y añade que ?no hace falta ser jurista para saber lo que es terrorismo o no?. Un razonamiento que ampliado al resto de delitos nos permitiría prescindir de jueces y magistrados y reemplazarlos por encuestas. Una posibilidad que no le recomiendo a Puigdemont, no vaya la gente a opinar lo contrario que Sánchez.

Es lo que tiene esto de la fachosfera, a la que Sánchez se enfrenta como el famoso hidalgo a los odres de vino del ventero, que se ensancha, como Celaya cuando cantaba más allá de sus penas personales. Y se ensancha tanto que, si uno lo piensa, acaba siendo todo el Estado. Porque en el fondo, como ya hizo en su día su Puigdemont, al asumir el relato y las exigencias de sus nuevos compañeros, también Sánchez se enfrenta al Estado. No son gigantes imaginarios, son molinos de piedra, y no va a ser una pelea fácil de ganar.

Y así, mientras anda el presidente tipificando los hechos conforme a sus intereses políticos de cada momento, llegan los fiscales del Supremo, y le dicen, doce contra tres, una goleada que España sólo supero contra Malta, que ellos creen que lo que hicieron algunos independentistas, con nombres y apellidos, sí podría constituir un delito de terrorismo. Claro que el fiscal general de Sánchez, que ¿de quién depende?, ya nos ha dicho que esto del 12-3 es una "controversia" y que a ver qué decide el VAR, que la cosa es muy dudosa.

También le ha dicho el Parlamento Europeo que quiere investigar las injerencias de Putin en la Unión Europea, a la que pertenece ese "estado español" que tanto molesta a Sánchez y a Puigdemont, incluidas "las supuestas relaciones entre los secesionistas catalanes y la administración rusa". Y así, mientras se ensancha la fachosfera, pues habrá que ir ensanchando también la impunidad, que ya no será sólo para los delitos de terrorismo, sino para los de alta traición y los de sabotaje a la Unión Europea. Y eso, como el terrorismo, seguramente todo el mundo sabe lo que es, pero igual también hay dejar que sean los jueces los que decidan.

Se ensancha tanto la fachosfera, que ya no sólo abarca los juzgados y la fiscalía, los cenáculos de los más veteranos dirigentes del PSOE, los que protestan en la calle Ferraz o los que acuden a las manifestaciones contra la amnistía en todas las ciudades de España, los menguantes fans de Yolanda o los diputados de Podemos, desokupados de sus despachos del Congreso. Ahora se desborda por las carreteras de toda España.

Y eso que, como ha explicado Sánchez, "estamos haciendo una política absolutamente transversal y holística de empatía y de compromiso con el campo". Sin duda las palabras y el tono preciso para convencer a los agricultores de que no tienen de qué quejarse. Y por si no hubiese quedado bastante claro lo del presidente holístico y transversal, Planas, el ministro del ramo, ha añadido que "somos el Gobierno que mejor comprende y más ha apoyado a los agricultores y a los ganaderos de España en este siglo".

Un Gobierno que les comprende tan bien y les apoya tanto que les acusa del cambio climático, les llama negacionistas, aprobó en 2022 un decreto para que vacas y cerdos viajen al matadero más cómodos que los pasajeros de Rayanair, celebra en Bruselas la aprobación de la Ley de restauración de la naturaleza para que los fondos de la PAC financien el desmantelamiento de la agricultura europea, protege al lobo, abandona a los corderos...

Un Gobierno tan comprensivo y empático con agricultores y ganaderos, y tan preocupado por la sequía, la ecología y el medio ambiente, que rechaza un plan hidrológico nacional para unir todas las cuencas fluviales con trasvases, presas y embalses para que el agua pueda gestionarse en toda España como un bien común, para acabar trasegándola en barcos cisterna de gasoil, en un absurdo intento de parchear el estropicio. Un Gobierno que acabará comprendiendo, demasiado tarde, que no es la fachosfera, ¡es la sostenibilidad, es la alimentación, es el agua, es la economía y es el Estado, idiotas!