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Rodrigo Martín, el actor de doblaje vallisoletano que da vida a personajes icónicos en la gran pantalla

"Mi personaje más desafiante es Morty Smith. Es una locura a nivel técnico, hablan muy rápido y dicen unos palabros extrañísimos", asegura

Rodrigo Martín, el actor de doblaje vallisoletano que da vida a personajes icónicos en la gran pantalla
Cristina Pilar Cortés Martos
Cristina Pilar Cortés Martos
Lectura estimada: 6 min.

La segunda semana de junio comienza con el Día Internacional del Doblaje, una fecha que rinde homenaje a los talentosos profesionales que, a través de su voz, dan vida a personajes en diversas producciones audiovisuales. Entre ellos destaca el reconocido actor vallisoletano Rodrigo Martín, quien cuenta con una sólida trayectoria de más de diez años en la industria. El vallisoletano, que ha forjado su camino en este fascinante mundo, se ha convertido en todo un referente dentro de la profesión. Sus inicios fueron humildes, pero su pasión por el arte de la interpretación y su habilidad para dar voz a personajes cautivadores le llevaron a alcanzar reconocimiento y éxito.

Durante su carrera, ha participado en destacadas series y películas, dejando su huella en cada uno de sus roles. Su versatilidad le ha permitido interpretar personajes tan diversos como Morty en la popular serie 'Rick y Morty', Clay Jensen en 'Por 13 razones', Hiro en 'Big Hero 6' y Otis en la aclamada 'Sex Education'. 

PREGUNTA¿Cuánto tiempo lleva en esta profesión y cómo fue su camino para convertirse en actor de doblaje?

RESPUESTA- Mis primeros takes profesionales en doblaje fueron en el 2007, así que ya van 16 años. Hasta entonces me dedicaba a administrar servidores web, diseñar y programar aplicaciones web y otras tareas relacionadas con teleco telemática, que eran los estudios que estaba cursando por aquel entonces. Lo compaginaba con el Grupo de Teatro de la UVa, el grupo de Teatro Arcón de Olid, el grupo de teatro Teatrezzo y con la formación actoral del programa de Arte Joven que la Junta de Castilla y León organizaba antaño.

De vez en cuando, aprovechaba a bajar a Madrid a 'hacer sala', es decir, a ver trabajar a los actores de doblaje profesionales. Fue uno de esos días en los que iba de 'oyente' cuando me ofrecieron hacer una prueba de doblaje. Con tan buena suerte, que a la semana siguiente ya me estaban convocando. Sin embargo, por aquel entonces sólo tenía formación actoral, no de doblaje. La técnica de la sincronía la tenía muy verde. Poco después me apunté a un curso de doblaje que impartía el que considero mi maestro y mentor en esta preciosa profesión, Eduardo Gutiérrez 'Guti'. Los directores me fueron descubriendo y poco a poco fueron contando conmigo para sus repartos.

P- ¿Hay algún papel que haya interpretado que guarda con especial cariño?

R- Yo siempre suelo decir que para una madre no hay hijo feo, y con los papeles me pasa algo similar. Cada uno me ha aportado cosas diferentes. No podría quedarme con uno solo. Quizá el que más relevancia me ha dado ha sido Morty, pero uno de los que más disfruté doblando, a pesar de lo duro del argumento, fue Clay Jensen. También le guardo mucho cariño a uno de mis primeros personajes protagonistas Jake, en Jake y Los Piratas, una serie de animación de Disney.

P- ¿Ha trabajado en el doblaje de algún videojuego?

R- Sí, he trabajado en varios. Ezreal en el LOL, por ejemplo, Y también los he dirigido: Ghosts of Tsushima, sin ir más lejos. El doblaje de videojuegos tiene más de técnica de sincronía que de interpretación actoral. Ojo, con esto no quiero que se me malinterprete. Hace falta saber interpretar, pero generalmente no doblamos secuencias, ni escuchamos las intervenciones de nuestro interlocutor ni el personaje tiene arco ni hay mucho argumento o contexto. Nos limitamos a interpretar líneas sueltas de texto que tenemos que sincronizar milimétricamente según el dibujo de la onda que tiene el original. Es una interpretación más fría. Quizá el mayor desafío es darle algo de alma a esas líneas de texto huérfanas.

P- Como actor de doblaje, ¿tiene alguna preferencia entre trabajar en series, películas o videojuegos? ¿Hay algo en particular que le atraiga?

R- Reconozco que lo que más me gusta es doblar películas o serie de imagen real. Es donde, como actor, tienes que ser más preciso en cuanto a tu interpretación; si te excedes o te quedas escaso de energía, el personaje se 'despega del original' y se pierde toda la magia.

Sin embargo, que sea lo que más me gusta no lo hace preferente. Soy un profesional y adoro todos los papeles que me llegan. Me da igual que sea un personaje de animación, un documental, un audiolibro, una ficción sonora o un videojuego. Poder vivir y trabajar de la interpretación es todo un privilegio. Poder, además, interpretar todo tipo de papeles sin la limitación que me impone mi propio físico. Es todo un reto que hace que los actores de doblaje nos enfrentemos a personajes de lo más variopinto. Nos hace ser muy versátiles.

P: De todos los proyectos en los que ha participado, ¿hay alguno que considere su mayor logro o del que se sienta especialmente orgulloso?

R: El proyecto al que más cariño le tengo es una serie que pasó sin pena ni gloria por Clan. Se trata del doblaje de una serie llamada 'Los Ávatars'. Fui también su director. La serie no era para nada complicada, pero fue una de las últimas ocasiones en que pudimos estar todo el elenco grabando juntos alrededor del atril. Fueron unos tres meses intensivos y maravillosos reuniéndonos casi todas las mañanas en los estudios de RTVE. De aquella grabación guardo no sólo uno de los mejores recuerdos de mi vida profesional, sino unas amistades que se han convertido en mi segunda familia.

P: Tengo entendido que estuviste colaborando con Marvel, pero le despidieron...

R: ¡Madre mía! ¡Qué mal lo pasé con aquello!. De hecho, llegué a tomar la decisión de dejar la profesión. El odio que recibí a nivel mundial en redes sociales fue despiadado. La prensa se me echó encima buscando el titular.
Resulta que se estrenó una serie en la que había participado doblando a un personaje que ya había doblado en varias películas. Me llamaron para hacer el personaje y dar continuidad a la voz. Siempre que se estrena algo en lo que he participado, retuiteo en mis redes a la distribuidora original dando las gracias por el trabajo... Todo muy protocolario.

De hecho, los mensajes de agradecimiento suelen ser prácticamente un copia y pega. En aquella ocasión hice lo que había hecho tantas otras veces: dar las gracias. Con tan mala suerte que no subieron toda la serie de golpe (como hasta entonces se venía haciendo en las plataformas) sino que empezaron a estrenarla a capítulo semanal. Al dar mi agradecimiento, anticipé la aparición de aquel personaje. Ya se sabía desde hacía un año que habían contratado a ese actor para esa serie, pero igualmente, había expectación. Y eso fue lo que sucedió.

He de decir que tanto el estudio de grabación como la distribuidora en España fueron súper comprensivos y me trataron estupendamente. Entendieron -porque estaba más que claro-, que mi única intención había sido el agradecimiento. Sin embargo, instancias superiores tomaron la decisión de sustituirme a modo de apercibimiento. He seguido trabajando para esa distribuidora en bastantes ocasiones después de aquello. Eso sí, ahora hasta que no veo personalmente el trocito que he grabado, ya no agradezco nada en redes sociales, no vaya a ser que...

P- Por último, ¿qué consejo le daría a alguien que esté interesado en seguir sus pasos?

R- Que hagan teatro. Que entiendan todo el proceso de creación del personaje; que se enfrenten encima de un escenario a vivir un personaje, a transitar por su línea de pensamiento, a escuchar al compañero de escena; que adquieran herramientas de actor, de voz, de respiración y luego, si les gusta el doblaje, que hagan un pequeño curso con profesionales en activo donde les enseñen la técnica de la sincronía.

Pero que nunca olviden que lo importante no es la sincronía, sino la interpretación. Y a interpretar se aprende interpretando. El teatro es el mejor gimnasio para el actor.