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José Ángel Gallego Vázquez
José Ángel Gallego Vázquez
Lectura estimada: 3 min.

Artemio Domínguez, alcalde de la Ciudad de los Almirantes durante 18 años, ha pregonado este sábado de Pasión la Semana Santa de Medina de Rioseco que es "tiempo de miradas, abrazos y lágrimas". En una abarrotada iglesia de Santa María de Mediavilla y ante la majestuosa imagen del Cristo de la Paz, de la que el pregonero es cofrade, Domínguez -durante casi una hora- ha cantado y ha loado la Pasión riosecana: "Hoy os entrego mi Semana Santa, la que aprendí, la que me gusta sentir y vivir. Quiero hablaros de personas de emociones, de recuerdos, de colores..."

El pregonero se encomendó a su Cristo de la Paz al que solicitó "ayuda" para esta encomienda. "Qué título más hermoso el de nuestro Santo Cristo: Paz. Si hay Paz, hay todo, si hay Paz, hay Justicia, porque la Justicia es fruto de la Paz". Además, quiso dedicar su intervención "a las personas que se fueron y que nos han dejado esta huella imborrable; a quienes nos han trasmitido esta inmensa herencia, su mejor legado: la gran Semana Santa". En especial, Artemio Domínguez recordó al "riosecano más universal, nuestro hijo más querido y predilecto: nuestro Cardenal Fray Carlos Amigo". De él rescató su afirmación en la que aseguraba que la Semana Santa riosecana se sustenta en "la fe, la familia y la tradición".

Aunque nacido en Morales de Campos "a las afueras de Rioseco", como bromeó en su pregón, Artemio Domínguez lleva más de cuarenta años en la localidad riosecana cuando se casó con Milagros ,profesora del colegio san Vicente de Paúl. Recordó sus años de niñez cuando "después de los oficios del Jueves y Viernes Santo, desde su Morales de Campos la costumbre era acércame a Rioseco a disfrutar de las procesiones".

"Y estoy aquí, Rioseco, para decirte que me gusta como eres, con esa mezcla de orgullo y pertenencia cargadas de emociones y sentimientos, intentado recorrer los recuerdos de las mejores primaveras que guarda mi corazón: tu Pasión, la Pasión de Rioseco, tu Semana Santa". Artemio, además, destacó que "el hecho social total" que supone este acontecimiento para la ciudad.

"Existe un lugar donde la Semana Santa resulta ser un elemento aglutinador de toda la sociedad, donde a personas de distinta condición sociocultural, laboral y económica, de todo credo sociopolítico, de diferente edad, crea un orgullo de su propia identidad, cautiva a los sentidos y emociona al producir una experiencia colectiva".

Para el pregonero, Rioseco es el lugar donde la Semana Santa hace que "lo bello sea un resplandor de las formas sensibles, donde brota la pasión indescriptible al contemplar en silencio su querida imagen". "Unos soportales llenos de tiempo donde habita la memoria de nuestra Semana Santa". El actual presidente de la Asociación Contra el Cáncer de Valladolid, a lo largo de su intervención, recordó a muchas personas que le marcaron en su vida y también en la vivencia semanasantera.

RECEPCIÓN EN EL CASINO

Muchas personalidades se dieron cita en la iglesia de Santa María, entre ellas el presidente de la Diputación, Conrado Íscar, o el arzobispo de Valladolid, Luis Argüello. Minutos antes de que se iniciara el pregón se celebraba un acto en el Casino, donde las Varas Mayores de las 17 cofradías riosecanas recibieron al pregonero. La comitiva se dirigió, entonces, por la calle Mayor hasta llegar al templo, donde Artemio fue precedido como es habitual por pardal, tapetanes y voz pública y por las introductorias palabras del presidente de la Junta de Cofradías, Antonio Herrera, que definió al pregonero como "un hombre bueno, comprometido con su tierra".

"En la Ciudad de los Almirantes, la Semana Santa es tiempo de miradas, de abrazos, de lágrimas", dijo Artemio Domínguez. "Miradas de la madre, de la abuela, que orgullosas, ven sacar a su hijo, a su nieto, el paso que tantas veces sacó su padre o su abuelo en el mismo puesto (...) Fuertes abrazos de hermandad (...) Lágrimas que regarán la simiente que sembraron las hermanas y los hermanos que se nos ha ido, y que año tras año, en la primera luna llena de primavera que se alza sobre el cielo, hacen germinar ese fruto tan anhelado: el de la Semana Santa".

En su segunda parte del pregón, Artemio recordó aquellos años infaustos de la pandemia, donde los riosecanos cantaron la Salve desde sus balcones y desglosó los principales actos y procesiones que hacen la Pasión de Rioseco "única". "La procesión ha transcurrido por las angostas calles riosecanas, los pasos habrán bailado al ritmo de la música, y como antaño, se habrá cumplido con la tradición en la rodillada". Para terminar centrándose en el misterio de la Resurrección en ese "domingo radiante". El pregonero, que tuvo un recuerdo emocionado para sus nietos con los que espera vivir muchas Semana Santas, concluyó con estas palabras: "Dejadme ejercer, por un momento, de cadena de todos los riosecanos y que os grite: ¡Rioseco, oído! Es ya Semana Santa en la Muy Noble y muy Leal Ciudad de los Almirantes".

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