Miguel García apela a la "memoria colectiva" en un emocionante y riosecano pregón de Semana Santa

El cofrade y director del Museo de San Francisco desempolva recuerdos y vivencias en un abarrotado templo de Santa María ante su paso de La Flagelación

imagen
Miguel García apela a la "memoria colectiva" en un emocionante y riosecano pregón de Semana Santa
José Ángel Gallego Vázquez
José Ángel Gallego Vázquez
Lectura estimada: 5 min.
Última actualización: 

El cofrade y director del Museo de San Francisco emocionó con un sentido pregón de la Semana Santa riosecana, en una intervención en la que apeló a la "memoria colectiva", que estuvo trufada de recuerdos, vivencias y emociones. Inicio su pregón relatando con emoción cómo una "tarde soleada de noviembre" comunicaba a su padre que iba a ser pregonero. Lo hacía ante su sepultura y en presencia de su hijo Álvaro. Miguel García nombraba entonces "copregonero" a su progenitor al que dedicó buena parte de su intervención, pues él fue el que le inscribió en la cofradía familiar de la Flagelación, hace casi medio siglo.

El también colaborador de El Norte de Castilla fue el encargado de pregonar la Semana Santa de su localidad natal, Medina de Rioseco, en lo que supone el pistoletazo oficial de la semana más anhelada por todos los riosecanos. La iglesia de santa María de Mediavilla se quedó pequeña para acoger uno de los pregones más multitudinarios que se recuerdan. Miguel García se dirigió a los riosecanos a los que dijo que "en cada uno de vosotros se esconde un pregón, el más auténtico, el que dicta el corazón". Y recordó los pregoneros que ya ha tenido su cofradía: José Millaruelo y Jesús Hernández, además de monseñor Carlos Amigo y Jesús Julio Carnero, estos dos últimos como hermanos de honor.

Hizo un viaje en el tiempo, para recordar aquellas Semanas Santas de la niñez. "La memoria, siempre la memoria. Somos esencialmente lenguaje y memoria. La esencia de la vida es recordar", dijo el pregonero, antes de hacer un relato de esos días santos de su infancia "con el montaje del paso de La Flagelación" o "el Domingo de Ramos donde tocaría estrenar, el orgullo de mi madre, el orgullo de todas las madres, qué importantes las madres en la Semana Santa y en la vida". Retrocedió a esas improvisadas procesiones infantiles con pasos de juguete: "qué forma más bella de iniciación a la tradición a través del juego".

Los recuerdos afloraron en cada parte de una alocución, que contó con muchas citas literarias, incluso parafraseó a uno de los protagonistas de la película Blade Runner: "Yo he visto cosas que vosotros no creeríais". "Yo he visto el codo de Nicodemo casi rozar el dintel de la puerta de la capilla de los Pasos Grandes. He visto al Longinos recorrer a la carrera la calle Mediana sin tiempo al aliento a la voz de 'a por las alubias'. He visto la misma procesión de antaño, como la vio Miguel de Unamuno con aquel 'Pasan los pasos y los llevan los mozos'. He visto besar con emoción y devoción la túnica de la Piedad (...)".

"Y es que en nuestra Semana Santa convive lo más grande, lo más universal, aquello que puede ser compartido y contado, junto a lo más pequeño, lo entrañable, lo más íntimo e interior". Miguel García Marbán, autor de los expedientes que llevaría a la Semana Santa a ser declarada, primero, Fiesta de Interés Turístico Internacional y, más tarde, Bien de Interés Cultural de Carácter Inmaterial, aseguró que "el alma de la Semana Santa riosecana está en cada uno de sus miles de historias. Historias de vida, de unas determinadas vidas, las de los riosecanos, guardadas en la memoria de las familias como su más preciado tesoro". Y fue desgranando algunas de esas historias que más le han marcado porque "reconocemos con emoción el rostro de nuestras vidas, una emotiva e invisible red de complicidades".

Tuvo guiños, recuerdos y emociones hacia su padre Antonio García Concellón, muy querido en Rioseco y fallecido hace algunos años, "que vivió a los pies de su querido Jesús de la Columna", pero también para su madre Eulalia Marbán, sus hermanos y para su mujer Ana y sus hijos Álvaro y Ana.

ESCUELA DE VIDA

El pregonero aseguró que las imágenes de devoción de los riosecanos "guardan la memoria de los seres queridos" y alentó a riosecanos y cofrades a no perder los rituales y tradiciones que la Semana Santa siempre ha tenido cuando fallecía un cofrade: "la túnica como mortaja, el cordón de mi querido Cristo sobre el féretro, las largas filas de cofrades con la medalla en el pecho delante del coche fúnebre, los emblemas de la cofradía en la sepultura, la misa por el eterno descanso de su alma, o el rezo por todos ellos en cada uno de los actos de hermandad". "No los podemos perder, porque habremos dejado ir mucho de lo que somos, de ese aroma primigenio que tiene nuestra semana Santa", conminó Miguel García, antes de pedir a los cofrades que "cuiden y respeten" la Semana Santa: "saber que no es nuestra, que, como nuestros pasos, la llevamos a hombros en el largo poso de nuestra vida, hasta que otros la lleven por nosotros en una ininterrumpida historia de varios siglos".

Habló de "las primeras veces" en la Semana Santa; de nuevo apelando a los recuerdos. Y pidió a los más jóvenes que hablen con los más mayores. "Amad y sentid Medina de Rioseco", antes de demandar que "nuestra Semana Santa tiene que ser una escuela de vida", "una forma de aprender a cultivar valores como la hermandad, la participación, el entendimiento, la cooperación, la empatía, el esfuerzo o la entrega". Tuvo su pregón, un momento muy creativo al imaginar a los pasos de Semana Santa cobrar vida cuando, de noche y a solas, quedan en las iglesias.

"Riosecanos y riosecanas, que empiece lo que más queremos, que salgan los pasos a la calle, que la tradición se vuelva a hacer vida, que nuestros seres queridos nos acompañen. Riosecanos y riosecanas que arranque nuestra Semana santa, la de siempre". Así terminó su pregón Miguel García Marbán antes de que El Pardal sonora haciendo encoger los corazones de los cofrades que, ahora sí, están ante su semana.

MAYORDOMOS

El Pregón de la Semana Santa de Medina de Rioseco se ha convertido en un acto cuidado y solemne, que arrancó en el Ayuntamiento riosecano donde el pregonero fue recibido por autoridades y por los mayordomos de las diecisiete cofradías riosecanas, el cargo más honorífico para un cofrade riosecano.

Muchas caras conocidas que no quisieron perderse el pregón de Miguel García Marbán. Entre ellas las del arzobispo de Valladolid, monseñor Argüello; el presidente de la Diputación, Conrado Íscar; el subdelgado del Gobierno, Jacinto Canales, además del alcalde David Esteban, miembros de la corporación municipal y el presidente de la Junta de Cofradías, Antonio Herrera.

Horas antes, el Pardal y los tapetanes, acompañados de la voz pública y la banda de cornetas y tambores del Cristo de la Clemencia, han realizado la proclama del pregón por calles y plazas de Rioseco como manda la tradición.

 

0 Comentarios

* Los comentarios sin iniciar sesión estarán a la espera de aprobación
Mobile App
X

Descarga la app de Grupo Tribuna

y estarás más cerca de toda nuestra actualidad.

Mobile App