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Marco Pérez, un prestidigitador de sueños toreros, indulta un Cuvillo en Medina del Campo

El palco le concedió otra oreja por su faena, elevándose así al olimpo del éxito, pues cortó nada menos que dos orejas y rabo y una oreja

Los toreros salen por la puerta grande. Fermín Rodríguez.
Jesús  López Garañeda
Jesús López Garañeda
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La noticia de esta corrida mixta de Medina del Campo estuvo en el indulto recibido por un novillo de Cuvillo, marcado con el número 175 y de nombre 'hatero', según me dicen, porque ni tablilla se sacó en el festejo del patrón medinense San Antolín, tras una faena completa y decidida del novillero salmantino, arrojado, valeroso, estético y dominador del arte de torear. Muy tranquilo en todo momento deteniendo la embestida del animal y encauzándole con ambas manos con decisión y temple. Hasta en los cambios de mano mirando al tendido finales como con la recepción de rodillas al bravo y noble ejemplar de Cuvillo, al que con el pañuelo azul le hubiera bastado y sobrado. Pero se ve que el Palco en esta ocasión no quiso aguantar ni silbidos ni quejidos, ni gritos de los espectadores con lo que el pañuelo naranja asomó en el balconcillo de la Presidencia y aquí paz y luego gloria.

La faena del Marco Pérez llegó a los espectadores del coso del Arrabal que hoy cumplía el 75 aniversario de su existencia y construcción por el Sr. Casares como recuerda una placa que descubrieron en el patio de cuadrillas. Frente al que cerraba plaza, un novillo cómodo pero que no respondió a los cites como su hermano anterior, el jovencito torero salmantino estuvo mucho más bajo de tono que frente al tercero y que incluso llegó un momento en que el animal se aculó en tablas y a punto estuvo de echarse cuando Pérez se perfilaba para despenarlo con el estoque. De todas maneras, el palco le concedió otra oreja por su faena, elevándose así al olimpo del éxito, pues cortó nada menos que dos orejas y rabo y una oreja, saliendo en hombros por la puerta grande.

Y con él, arropándole, el rejoneador Diego Ventura que dio un recital completo del arte de Marialva en el segundo de su lote, pues el primero se partió una pezuña en un quiebro de banderillas y tuvo que pasaportarlo entre el silencio y la decepción del personal que se las prometía muy felices. Este toro de El Capea fue premiado con el pañuelo azul y también se pidió el indulto por los espectadores, seguramente desconociendo que en el artículo del Reglamento taurino de Castilla y León NO se contempla indultar a toros de rejones. Con esa discusión tuve que cambiarme de lugar porque no hay forma de dar a entender a quien no quiere reconocer la normativa que rige los indultos de los toros. Pues hoy en Medina a punto estuvimos de ver algo inédito en caso de haberse producido como fue el indulto de un toro de rejones, sin picar en absoluto en el caballo.

Aquí menos mal que el palco, seguramente escocido por la incongruencia del indulto al novillo de Marco Pérez, sin petición del público exhibiendo sus pañuelos, ordenó que le clavara el rejón de muerte al rejoneador Diego Ventura, como así hizo, cortándole merecidamente las dos orejas. El torero Cayetano que lidió dos toros cuvillos, uno escurrido y anovillado lidiado en primer lugar y el otro, lesionado ostensiblemente de sus cuartos traseros, protestado por el público y mantenido en el ruedo, pasó por Medina sin pena ni gloria. Y eso que ante el primero de la tarde, brindado al público, empezó su faena sentado en el estribo con estilo del ayer, y un alarde de rodillas que desató la ovación del rspetable. Un desplante final y dos pinchazos antes de una media con saltito antiestético incluido, que le cortó levemente en la frente y al que levantó además el puntillero no sirvieron más que para recoger el silencio de la concurrencia.

En fin. Bien está lo que bien acaba, sobre todo por la entrada tan magnífica en el Coso del Arrabal con la sombra llena hasta la bandera y el sol casi pleno de espectadores, conseguida por el cartel hecho por Rafael Ayuso. El brindis del centauro al alcalde de la ciudad, Guzmán Gómez Alonso, y la alegría del público medinense celebrando san Antolín con el perdón inmerecido a un Cuvillo y por supuesto la salida a hombros de Ventura y Marco Pérez por la Puerta grande. Así son las cosas.

 

Más Info.

FICHA DE LA CORRIDA

Medina del Campo. Corrida mixta de San Antolín. Tres cuartos de entrada. Al final del paseíllo, roto y desvencijado, sonó el himno nacional de España, costumbre que debería tenerse en cuenta y esperar respetuosamente los participantes, antes de romper el paseíllo.

Dos toros de Capea para rejones, uno premiado con el pañuelo azul, para Diego Ventura, silencio y dos orejas.

Dos toros de Núñez del Cuvillo, uno anovillado y otro bajo de fuerza, para Cayetano, silencio y oreja.

Dos novillos de Núñez del Cuvillo, uno indultado, para Marco Pérez, dos orejas y rabo simbólicos y oreja.