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La corrida del Pilar en Santander, un pan sin sal, con Tomás Rufo triunfante

Crónica taurina escrita por Jesús López Garañeda

La corrida del Pilar en Santander, un pan sin sal, con Tomás Rufo triunfante
Tomás Rufo, durante la corrida. Agencia EFE.
Jesús  López Garañeda
Jesús López Garañeda
Lectura estimada: 3 min.
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Nada más que decepción ha causado la corrida de esta tarde en Santander donde los toros de El Pilar estuvieron bajos de fuerza, raza y acometividad, salvo dos de ellos que retiraron el tedio, la siesta y el aburrimiento de las gradas. Uno llamado 'niñito' corrido en tercer lugar al que desorejó Tomás Rufo y el que cerraba festejo un típico raboso de nombre 'busconito' que medio salvaron el flojo encierro de Moisés Fraile, al que cortó dos orejas Tomás Rufo pese a recibir una aparatosa cogida que puso el ¡ay! en los espectadores, al entrar a matar el gran torero toledano.

Lo demás tedio y aburrimiento supino, especialmente el lote de Manzanares que ni pudo ni tuvo ni retuvo, pese a intentarlo. Recibió a 'potrico' de pitones acaramelados, inútil para la lidia pues su falta de fuerza le hizo rodar en varios momentos ante la muleta del alicantino. Lo mejor, la estocada a este primero de la tarde porque al cuarto, otro marmolillo de El Pilar, lo despachó con una estocada trasera y tendida. Visiblemente contrariado el diestro José María Manzanares no pudo reprimir un rictus de disgusto cuando se acercaba a la barrera, por la decepción y contrariedad de ambas faenas, nulas de pleno derecho, acogidas con el silencio total de los espectadores al torero y pitos a ambos toros en su arrastre.

Talavante brindó ambos ejemplares al público que, por cierto llevaban el mismo nombre 'niñito' y que si el primero de su lote estuvo con flojera total, sin fuerza, al que despachó con un metisaca y estocada caída, vimos al ganadero en su burladero tapándose la cara como si le viniera a la mente la elegía a Ignacio Sánchez Mejías 'que no quiero verlo'. Ante el quinto de la tarde, otro niñito colorado, brindado al público por Talavante aguantó la lidia sin caerse, con algo más de raza y movilidad, yendo a los cites del diestro con nobleza y cierta largura en el recorrido. Talavante con este toro sacó, como suele decirse, leche de un botijo y su esfuerzo se vio compensado con la ovación del respetable.

Y llegó Rufo, el tercero de la terna que fue quien puso la levadura al pan sin sal en que se había convertido esta corrida en la que tenían puestas sus esperanzas muchas personas. Recibió al tercero de la tarde de rodillas en el centro del platillo, mostrando siempre la voluntad de agradar. Mantuvo en pie al toro y por el pitón izquierdo tuvo algunos momentos realmente buenos y aplaudidos, rematados con un redondo, largo y profundo, que le reconoció el personal con su gran ovación.

Una estocada entera caída despenó a este 'niñito' y le entregaron la oreja como premio, llegando a ser dos por su faena frente al 'busconito' que cerraba festejo. El animal embestía con clase de las de tipo 'raboso' que tanto éxito dio a esta ganadería, hoy en horas bajas, demasiado bajas. Se tiró a matar con la verdad por delante y fue encunado por el toro, marcándose un peligro que silenció momentáneamente a los espectadores, pero que una vez recuperado, pudo recibir los dos apéndices del burel.

En resumen, una aburrida corrida de toros en el coso de Cuatrocaminos por la falta de bravura y fuerza de las reses. Esta vez fue la de arena. Y mañana será otro día.

Más Info.

FICHA DE LA CORRIDA

5 corrida de la Feria de Santiago. Algo más de tres cuartos de plaza. La Banda de música interpretó el Himno Nacional de España al terminar el paseíllo.

Se han lidiado Toros de El Pilar, nobles, bajos de raza, sin fuerza ni bravura, para

José María Manzanares, silencio y silencio.

Alejandro Talavante, silencio y ovación con saludos.

Tomás Rufo, oreja y dos orejas.