Saltó la sorpresa. No en el caso de Óscar Puente, ya que su nombre fue cogiendo forma tras ser el encargado de hacer la réplica al entonces candidato del Partido Popular a la presidencia del Gobierno y, actualmente, jefe de la oposición, Alberto Núñez Feijóo. No estaba en las quinielas para ser ministro, al igual que su exnúmero 2 en el Ayuntamiento, Ana Redondo. Ambos han liderado la ciudad de Valladolid desde el año 2015 hasta las pasadas elecciones, que cambiaron tanto las pretensiones de los dos ediles socialistas como el signo político de la capital del Pisuerga, que pasó a ser del PP ocho años después. De hecho, Redondo fue teniente de alcalde en el mandato de Puente siendo su mano derecha en la toma de decisiones, aunque ella lideraba, al mismo tiempo, el área de Cultura compaginando el cargo de concejala con el de secretaria general del partido en Valladolid.

Abrazo entre Óscar Puente y Pedro Sánchez en un acto celebrado en Valladolid. Agencia Ical.

Ahora, el guion de la película ha cambiado por completo. Tanto es así que el pasado 5 de julio, en una entrevista que concedió a TRIBUNA, el propio Puente aseguraba que ser ministro no era su "ambición". "He podido estar en el Gobierno y no he querido. No puedo decir que no haya nada que me pueda apartar porque en la vida pasan cosas que muchas veces no planeas", comentó. En cualquier caso, ambos son conscientes de que las dos carteras que asumen a partir de este martes traen polémicas del pasado.

En la de Transportes, por un lado, por los proyectos que aún están sin materializar. En este sentido, la consejera de Movilidad y Transformación Digital de la Junta, María González Corral, ya le ha recordado los que están relacionados con Castilla y León. Corral le ha lanzado el reto de desarrollar mejoras en las autovías A-60, A-11, A-15, A-73, A-76, A-63 o la reapertura del viaducto de O Castro en la A-6. Al respecto, también ha aportado más datos el secretario autonómico del Partido Popular, Francisco Vázquez.  "En Ávila, está pendiente la conversión en autovía de la carretera N-403 de Ávila a Arévalo. En Burgos, está pendiente el ferrocarril directo de Madrid a Aranda y Burgos. En León, la autovía León-Valladolid y la Ponferrada-Orense, que está finalizada en la zona gallega y en la zona de Castilla y León, no", apuntó.

"La N-122, de Valladolid a Soria lleva ocho o diez tramos, años y años y años esperando. Que no pase en Zamora, que también la reclamamos, pero desde la provincia hasta el límite con Portugal. Esperemos que este ministro sepa algo más que los anteriores porque, cuando preguntó José María Barrios que cuándo se iban a hacer las obras hasta el límite con Portugal, le contestaron que por El Burgo de Osma ya se estaban haciendo", añadió sin olvidarse del soterramiento, ya que Vázquez sostiene que, si Puente ha sido alcalde de Valladolid y ha defendido el proyecto "hasta hace cuatro días", ahora "lo tiene que hacer".

La autovía A-62 a su paso por la provincia de Valladolid. Agencia Ical.

Otro de los asuntos que tendrá que lidiar Puente, aparte de la mejora del Corredor de Cercanías entre Palencia y Medina del Campo, es el traspaso de las competencias de Rodalies, una promesa de Sánchez que hizo a ERC para llegar a un acuerdo de cara a la reciente investidura. No solo el vallisoletano tendrá obstáculos como los citados, ya que vivirá como ministro sus primeras huelgas en transporte ferroviario y servicios aeroportuarios. En su agenda, no obstante, ya tiene programado asistir a la inauguración de la apertura de la Variante de Pajares, una de las infraestructuras más complejas del país, que ha requerido 19 años de trabajos y una inversión superior a los 4.000 millones de euros. 

Además, la duplicación de la vía del AVE en la provincia de León y también el ya licitado aumento de la capacidad de la estación Valladolid Campo Grande está presente en unos retos que tendrá que alcanzar siguiendo una línea sostenible, puesto que está aún pendiente aprobar una ley de la movilidad de este tipo con el objetivo de descarbonizar el sector. 

Por su parte, el ministerio de Igualdad es el que más quebraderos de cabeza le ha dado a Sánchez, que tuvo que dar una vuelta a la Ley del 'solo sí es sí' por las injustos reduciones de condenas que tenían personas que ya habían sido detenidas e imputadas. De hecho, las malas decisiones de Irene Montero le pudieron jugar una mala pasada en las elecciones generales, que es lo que indicaban la mayoría de previsiones. Tras sobrevivir a las críticas, pudo sellar acuerdos con el resto de formaciones. Con Podemos fuera del consejo de Ministros, aunque Sumar pretendía que lo estuviera con la inclusión del actual secretario de Estado de Derechos Sociales, Nacho Álvarez, Sánchez ha podido recuperar una cartera de Igualdad que Podemos se había adueñado.

Último acto de Irene Montero en Valladolid. Acompañada por Pablo Fernández y Ione Belarra. Detrás, está el que podría haber sido ministro, Nacho Álvarez. Agencia Ical.

Su elección ha sido un perfil político y de experiencia como es el de Ana Redondo, que tendrá que asumir que muchas de las acciones que realice no tendrán la aprobación del núcleo de confianza de su predecesora. Si ya ha habido más de una controversia entre Yolanda Díaz y la dirección de Podemos, el Ministerio de Igualdad continuará en esa senda. El objetivo de Sánchez es que no vaya por ese camino y que Redondo dé estabilidad y tranquilidad a una área que demandaba un cambio desde hace tiempo. Para ello, la vallisoletana tiene que completar el desarollo de la problemática y mecionada Ley, culminar las leyes de paridad contra la trata y contra el racismo, así como abordar la lucha contra la violencia de género.