Un abarrotado Pepe Rojo servía de escenario para recibir a los protagonistas de la jornada, en un ambiente inmejorable donde los equipos del Campeonato Nacional M18, que acababan de disputar sus partidos, cedían el testigo a los dos mejores conjuntos de la fase regular.

En la grada principal, la afición mostraba su entusiasmo, aunque el partido, por las circunstancias clasificatorias ,con ambos equipos ya asegurando el primer y segundo puesto, presentaba un matiz más relajado.

El balón comenzó a volar en Valladolid con ambos conjuntos tanteándose y midiendo sus opciones. Burgos apostaba por un juego dinámico a la mano, mientras el VRAC imponía su dominio en las fases estáticas, especialmente en melé y lateral, donde se mostró muy superior desde los primeros compases.

 Fue el VRAC quien abrió el marcador cerca del minuto veinte. Una internada en veintidós forzaba al Aparejadores a cometer un golpe de castigo. Sam Hollisworth no dudó y, con un certero disparo a palos, inauguraba el marcador con el 3-0.

El choque avanzaba sin grandes alardes en el juego abierto, pero con un VRAC más incisivo, buscando siempre romper las líneas defensivas rivales con velocidad y apoyándose en la seguridad de sus delanteros. El dominio en melé era férreo, y los empujes azules hacían retroceder una y otra vez a los burgaleses.

Sin embargo, en una de sus escasas aproximaciones, el Aparejadores lograba rascar un golpe de castigo. Mateu, con precisión, devolvía el equilibrio al marcador, 3-3.

La reacción quesera no se hizo esperar. Pablo Mateos, demostrando una vez más su olfato, aprovechaba una magnífica patada al espacio tras una combinación rápida de la línea para capturar el balón y lanzarse hasta la zona de marca. El ensayo, transformado con solvencia por Hollisworth, ponía el 10-3 en el marcador.

Antes de llegar al descanso, el VRAC amplió su ventaja. Un lateral perfectamente ejecutado desembocaba en un potente maul que se empujó con decisión hasta la línea de ensayo. El capitán, Miejimolle, culminaba la jugada posando el balón. De nuevo, Sam Hollisworth no fallaba con el pie, firmando un impecable tres de tres en las transformaciones. El 17-3 lucía en el luminoso cuando el colegiado señalaba el final de la primera parte.

La segunda mitad comenzaba con un VRAC lanzado, sin dar un respiro, y un Burgos totalmente descolocado. Apenas habían pasado unos minutos cuando Pablo Mateos, en otra acción magistral, firmaba su segundo ensayo de la tarde, culminando una jugada de gran inteligencia y velocidad. De nuevo, Sam Hollisworth convertía con seguridad, ampliando la ventaja hasta un contundente 31-3.

Cuando todo parecía teñirse definitivamente de azul, Burgos logró reaccionar. Tras una fase de mucha continuidad y trabajo, lograron penetrar en la defensa quesera. Aduriz posaba el balón en la zona de marca, y Mateu recortaba distancias para los visitantes, 31-10

El partido entraba entonces en una fase de ritmo desigual, con un VRAC que apretaba en cada acción y un Burgos que, superado por el despliegue físico, caía en la indisciplina. Las tarjetas amarillas empezaban a acumularse del lado visitante, facilitando aún más el control del juego para los de Diego Merino. Con los cambios desde el banquillo, el VRAC inyectaba piernas frescas a falta de un cuarto de hora para el final.

El dominio en melé, incontestable durante todo el partido, se materializaba en una nueva acción de poderío: una melé a cinco metros empujaba al paquete burgalés hasta la línea de marca, y Gabriel Vélez no perdonaba, firmando un ensayo que Sam Hollisworth, implacable a palos, volvía a transformar para poner el 38-10.

Con el partido claramente roto a favor del Quesos Entrepinares, la maquinaria azulona no levantó el pie del acelerador. Otra rotura defensiva llevó a los locales hasta la zona de cinco metros, donde, tras varias fases de pick and go, fue East Timor Viliamu quien encontró el hueco para posar un nuevo ensayo. Hollisworth, manteniendo su pleno de acierto, transformaba nuevamente y dejaba el definitivo 45-10 en el marcador.