Mohammad Rasoulof recibe por fin la Espiga de Honor de la Seminci otorgada en 2018

El director iraní Mohammad Rasoulof recibió finalmente la Espiga de Honor otorgada por la Semana Internacional del Cine de Valladolid en 2018, un premio que no pudo recoger en su momento debido a su arresto domiciliario en Irán. A pesar de haber huido recientemente de su país, Rasoulof expresó que sigue sin sentir la libertad plena, ya que su deseo más profundo es trabajar en su tierra natal. Gracias a las nuevas tecnologías, el cineasta mantiene un estrecho contacto con Irán y reflexiona sobre las posibilidades y limitaciones de continuar su labor desde el extranjero.

En un encuentro con los medios, Rasoulof mencionó la incertidumbre sobre sus proyectos futuros debido a la agitación de su reciente huida y la promoción de su última película. Expresó su deseo de tomar decisiones libres para sus próximos trabajos y cuestionó si, fuera de Irán, podría superar las dificultades que han caracterizado su carrera cinematográfica. A pesar de su situación, sigue comprometido con hacer películas que denuncien la realidad iraní y busca puntos comunes entre los problemas de su país y el resto del mundo.

Rasoulof presentó recientemente su nuevo filme 'La semilla del higo sagrado' en Cannes, donde ganó el Premio Especial del Jurado. Esta película, inspirada en las protestas tras la muerte de Mahsa Amini, fue proyectada en Valladolid. La cinta se basa en experiencias y conversaciones que Rasoulof tuvo en la cárcel con personas que trabajaban para el gobierno iraní, proporcionando una visión profunda de sus conflictos internos.

Tras salir de prisión, el cineasta recopiló vídeos grabados por jóvenes durante las protestas callejeras, incorporándolos en su película para capturar momentos históricos y la valentía de la juventud iraní en su lucha contra la censura. Esta experiencia subraya la importancia de la visión juvenil en los esfuerzos por cambiar la situación política y social de Irán.

Desde sus inicios en el teatro y su transición al cine, Rasoulof ha enfocado su trabajo en las repercusiones de vivir bajo un régimen dictatorial. Su trayectoria ha estado marcada por arrestos y prohibiciones, pero también por reconocimientos internacionales como el Oso de Oro del Festival de Berlín. A lo largo de su carrera, ha mantenido un firme compromiso con la denuncia y la exploración de las tensiones políticas en Irán.