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Dos bravos novillos de El Raso de Portillo, desorejados por Pedro Andrés, salvan la novillada de Mojados

Se han lidiado dos toros de Álvaro Núñez para rejones y uno del Vellosino, terciados, escurridos, con poca fuerza en general y que no ayudaron en casi nada

Fotos: Fermín Rodríguez.
Jesús  López Garañeda
Jesús López Garañeda
Lectura estimada: 3 min.

Domingo a mediodía, 12 en punto de la mañana, se abrieron las puertas de las Ventas de Valmojados para acoger la novillada aplazada como consecuencia de la lluvia, durante las pasadas fiestas patronales. Algo más de un cuarto de plaza de aforo, sol espléndido y mañana sin viento hicieron que los tendidos del gran coso de Mojados presentara una entrada más que digna para la hora del festejo. En ella, el novillero Pedro Andrés que cortó nada menos que cinco orejas a sus tres oponentes, llevándose de calle el mano a mano con el rejoneador Sergio Domínguez. El jinete de Calahorra cortó una oreja a cada uno de sus dos enemigos y saludó tras despachar al pirmero de su lote.

Se han lidiado dos toros de Álvaro Núñez para rejones y uno del Vellosino, terciados, escurridos, con poca fuerza en general y que no ayudaron en casi nada al rejoneador logroñés y dos de El Raso de Portillo, bravos, nobles y encastados y uno más del Vellosino a los que desorejó el novillero vitoriano afincado en Valladolid, cortando un total de cinco orejas y garantizándose la salida a hombros de la plaza. Que por cierto, no realizó porque tras la lidia del quinto de la tarde pidió permiso para abandonar la plaza pues tiene que torear esta misma tarde en Alba de Tormes la final del Circuito de novilladas de Catilla y León.

Y vamos al relato de lo sucedido en Mojados donde dos utreros de El Raso, "termita" y "paganillo", negros marcados con los números 63 y 14 fueron los auténticos protagonistas del serial, especialmente el bautizado como "paganillo" que tomó con codicia los engaños, humilló arrastrando el hocico por la arena y dando una sensación de bravura digna de aplauso. Tanto como que el pañuelo azul hubiera sido un premio más que merecido. No obstante, la ovación al toro en el arrastre fue de antología. El animal bravo y encastado le dieron dos varas en el caballo de las que hacen época (fue el único de los ejemplares al que abanicó en dos ocasiones desde el jaco de picar el varilarguero Rafael Agudo).

Frente al castaño "tinajero" de El Vellosino, al que recibió con una larga de rodillas en el tercio y que brindó su faena al público dio muestras del desparpajo del novillero y su decisión ante el animal. Una faena en los terrenos del toro hizo que éste se le rajase al final y se le quedara gazapón para colocarlo en la suerte de matar. Lo mató de estocada entera y le concedieron una oreja.

Era el quinto de la mañana tarde, una máquina de embestir, largo y a distancia, con temple y entrega, Pedro Andrés estuvo muy bien con la mano derecha, luciéndole de largo, llevándole y rematando a la hombrera contraria el pase de pecho. Por la izquierda algo más atropellado, pero solventando la situación con cierta gracia torera. La forma de matar, al colocarse, debería ser corregida, pues no es estético sacar el culo antes de iniciar el volapié, sino quedarse recto como un poste de la luz, echar la muleta al hocico y clavar el acero hasta los gavilanes.

Aunque pinchó la primera vez a su encastado primero antes de lograr la estocada entera, me gustó sobremanera su comienzo por bajo, con estilo, fe y deseo de hacer las cosas bien. Y frente al último, para él el quinto de la tarde pues lidió primero, tercero y quinto permitiéndolo el rejoneador para que tuviera tiempo de marchar a su próxima cita en Alba de Tormes, es donde estuvo más torero.

El rejoneador de Calahorra, Sergio Domínguez, bastante tuvo el hombre con mantener en pie a los tres de su lote, sin fuerza, escurridos de carnes y con una presentación mejorable. No obstante el rejoneador lo intentó por todos los medios y de todas las formas posibles, aunque la flojera de sus toros no le permitieron triunfar como el caballero se merece.

 

Más Info.

Ficha de la corrida:

Mojados, Novillada mañanera mixta aplazada de las fiestas patronales. Un cuarto de plaza. Dos toros de Álvaro Núñez, flojos y sin fuerza y uno del Vellosino, flojo y escurrido para el rejoneador Sergio Domínguez, ovación, oreja y oreja. Y dos utreros de El Raso de Portillo, bravos y nobles, bien presentados y uno de El Vellosino, noble y rajado para Pedro Andrés, dos orejas, oreja y dos orejas.