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¿Una regularización urgente de los pisos turísticos en Valladolid? Sí

¿Una regularización urgente de los pisos turísticos en Valladolid? Sí
Juan González-Posada
Juan González-Posada
Lectura estimada: 3 min.

El filósofo Massimo Cacciari, que fue alcalde de Venecia, ha expresado su preocupación por el actual modelo de turismo desmedido y masificado que se está extendiendo. Para Cacciari, "las ciudades no son solo lugares para ser visitados, sino espacios para ser vividos. El turismo no debe destruir la identidad de las ciudades ni la calidad de vida de sus habitantes. La homogeneización cultural nos empobrece. Las políticas urbanas deben estar al servicio de los ciudadanos, no de los intereses económicos del turismo".

En la misma línea se encuentra Byung-Chul Han, filósofo alemán de origen surcoreano, quien ha dicho: "La sociedad del turismo convierte a las personas en turistas perpetuos, incapaces de establecer vínculos y arraigarse en un lugar". David Wachsmuth, profesor de Urbanismo en la Universidad McGill, comentó a The Guardian: "El crecimiento de las plataformas de alquiler de pisos turísticos está transformando nuestras ciudades, desplazando a los residentes y alterando los mercados de vivienda en una escala sin precedentes".

Pero vayamos a los datos. Según el organismo europeo Eurostat, más de 2.900 millones de pernoctaciones en estos alojamientos turísticos se han producido en la UE en 2023. Entre 2015 y 2019, aumentaron un 65% en pisos turísticos. En España, a finales de febrero existían 351.389 viviendas dedicadas a fines turísticos, un 9,28% mas respecto al año anterior. Somos los segundos de Europa. El número de personas alojadas en pisos turísticos ha crecido un 35,4% respecto a 2022. En ciudades como Madrid, el 92% de estos alojamientos operan sin licencia.

Este auge ha sido impulsado por intereses económicos, sociales y tecnológicos. Plataformas como Airbnb, Booking.com y Vrbo, han "facilitado" la oferta de alojamiento a particulares, creando y atrayendo a un nuevo modelo de turista y generando beneficios económicos de difícil control fiscal y empleo débil y oscuro. El informe de 2024 de Exceltur dice que, por primera vez, el crecimiento de las viviendas de uso turístico se concentra en ciudades de tamaño medio y en aquellas que no han adoptado medidas de ordenación. En este grupo se encuentra Valladolid (+17,6%).

Otros estudios proporcionan una base sólida sobre las consecuencias sociales del aumento de estos alojamientos en diversas ciudades del mundo. Por ejemplo, un estudio de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Viena (2018), demostró que la proliferación de pisos turísticos contribuye a la gentrificación y al desplazamiento de los residentes de menos ingresos, alterando la estructura social y demográfica. La Universidad de París, en el estudio 'The social impact of short-term rentals in Paris' (2019), destaca que la rotación constante de turistas ha debilitado los lazos comunitarios y ha contribuido al aumento del coste de vida. La Universidad de Valladolid elaboró en 2022 el informe 'Impacto económico y social de las viviendas de uso turístico en la ciudad de Valladolid', en línea con lo comentado, tanto en datos, como recomendaciones.

Ante esta realidad, cada dia más ciudades europeas ponen en marcha normativas para regular el mercado de pisos turísticos. Por ejemplo, se limita el número de licencias de pisos turísticos; se exigen requisitos mínimos de calidad y seguridad; se regulan los precios del alquiler estableciendo límites para evitar que se disparen y afecten negativamente al mercado de la vivienda. También se fomenta el alquiler a largo plazo, con incentivos fiscales a los propietarios que opten por alquilares a largo plazo en lugar de destinarlas al alquiler turístico.

Ciudades como París ha establecido límites en el número de días que una propiedad puede ser alquilada. Ámsterdam lo ha limitado a 60 al año, y ha llegado a acuerdos con plataformas como Airbnb, para asegurar que las propiedades estén registradas. Universidades y ayuntamientos optan por potenciar el turismo de estudios, que generan alquileres largos e ingresos más altos.

Todos sabemos que este fenómeno turístico contribuye a mejorar el PIB, pero no podemos olvidar que también tienen consecuencias negativas en la gestión y en el aumento de los costes de muchos servicios públicos. Es por tanto urgente implementar políticas y regulaciones que palien los impactos negativos, protegiendo a los residentes locales. Para ello es imprescindible no ocultar los problemas y tener ideas claras que mejoren las ciudades, y no las destruyan. Recordemos que la política es un poder para hacer el bien.