La policía vallisoletana acusada niega el tráfico de drogas mientras su expareja asume tres años de prisión

La vista oral, en la que la Fiscalía reclama penas que suman diez años y nueve meses de prisión para la procesada, ha comenzado en la Audiencia Provincial

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La policía vallisoletana acusada niega el tráfico de drogas mientras su expareja asume tres años de prisión
Miguel Ángel  Fernández
Miguel Ángel Fernández
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Una agente de la Policía Nacional acusada de tráfico de drogas y de revelación de secretos ha negado este lunes que cometiera los hechos, mientras su expareja sí ha asumido un delito contra la salud pública, con atenuante de drogadicción, por el que ha sido condenado a tres años de prisión.

La vista oral, en la que la Fiscalía reclama penas que suman diez años y nueve meses de prisión para la procesada, ha comenzado en la Audiencia Provincial de Valladolid, donde el magistrado presidente ha leído el fallo condenatorio del acusado, Carlos A.G.G., después de que Fiscalía y defensa pactaran una sentencia de conformidad.

Además de los tres años de prisión, la sentencia impondrá el pago de una multa de 3.300 euros al acusado, quien ha dicho que no se siente perjudicado porque la acusada buscase datos suyos a través de una aplicación profesional, ha manifestado que la perdona y que no reclama nada.

Antes de abandonar el banquillo de los acusados, Carlos A.G.G. ha respondido a preguntas del letrado de la procesada que en la vivienda en la que supuestamente se cometieron los hechos, en la calle Mieses de Valladolid, la encausada, O.R.G., y él dormían en habitaciones separadas.

Ha reconocido que las visitas que iban a su domicilio acudían a verle a él, no a la agente de policía, y ha sostenido que él tenía su propia bolsa de basura -los policías hallaron dentro de varias bolsas restos de cocaína- y que la procesada a veces bajaba a tirarla a petición suya sin saber su contenido.

Durante su declaración, la acusada, que solo ha contestado a preguntas de su letrado, ha expuesto que desde que rompió la relación sentimental con el encausado dormían en habitaciones separadas y que, cuando acudían visitas a ver al acusado -se supone que a comprar droga- ella cerraba la puerta de su habitación.

Ha admitido que accedió a datos a través de una aplicación de la Policía pero lo ha achacado a que habían cambiado el sistema de acceso y a que lo hizo por "curiosidad" y para saber cómo funcionaba, sin haber revelado información a nadie.

La acusada ha mantenido que nunca ha traficado con droga y que tampoco consumía sustancias.

Un policía de la unidad de Asuntos Internos que instruyó la causa sobre la procesada ha declarado en el juicio por videoconferencia y ha comentado que la investigación comenzó tras recibir informaciones de que se podía estar traficando con droga en una casa de la calle Mieses.

Un modus operandi típico de la venta de droga al menudeo

Durante unos cuatro meses de vigilancia, los agentes observaron a varias personas entrando y saliendo del domicilio, donde permanecían muy poco tiempo -al parecer acudían a adquirir cocaína- e identificaron a varias de esas personas.

En el volcado de los teléfonos que intervinieron, los policías constataron la existencia de conversaciones en las que se pedía a la acusada un litro, litro y medio, barra o barra y media, un lenguaje que los agentes consideraron que equivale a un gramo o gramo y medio de droga.

El modus operandi de la casa era el característico de la "venta al menudeo de droga", ha declaración otro policía que participó también en las averiguaciones y que ha comparecido como testigo.

La Fiscalía pide para la encausada siete años y seis meses de prisión, además del pago de 11.000 euros de multa, por un delito contra la salud pública, y tres años y tres meses de prisión, junto a veintiún meses de multa a razón de diez euros al día, por descubrimiento y revelación de secretos, mientras la defensa solicita la absolución.

Para el procesado, antes de llegar a un acuerdo, reclamaba cuatro años y seis meses de prisión y el abono de 6.000 euros de multa por un delito contra la salud publica.

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