Teresa García: "La sociedad no entiende que el TDAH es un trastorno y que el niño no controla su forma de actuar"

La presidenta de AVATDAH explica la importancia de un diagnóstico precoz para iniciar un tratamiento que ayude a estos niños en su vida en su camino a la edad adulta

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Teresa García: "La sociedad no entiende que el TDAH es un trastorno y que el niño no controla su forma de actuar"
La presidenta de la Asociación Vallisoletana de Afectados por TDAH (AVATDAH), Teresa García, tras la entrevista. Fotos: Sergio Borja.
Rebeca Pasalodos Pérez
Rebeca Pasalodos Pérez
Lectura estimada: 8 min.
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El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) ha pasado a formar parte de nuestro vocabulario colectivo, pero sin que haya llegado a calar su significado. Se manifiesta, habitualmente, en niños muy movidos, "guerreros", impulsivos, que no paran quietos, que se despistan, que no prestan atención o en niñas que viven "en su mundo". Y esto lleva, no solo a la desesperación de las familias, que no saben qué hacer con sus hijos, sino también a que la sociedad tilde a los padres de "malos" educando a sus hijos. Un diagnóstico precoz y la ayuda terapéutica y también farmacológica son primordiales para conducir a estos menores de forma tranquila y segura hacia la vida adulta, tal y como explican a TRIBUNA Teresa García Bravo, presidenta de la Asociación Vallisoletana de Afectados por TDAH (AVATDAH), y Laura Gutiérrez, educadora terapéutica de la asociación.

PREGUNTA: A grandes rasgos, ¿cómo definimos el TDAH?

RESPUESTA: Las siglas de TDAH significan Trastorno del Déficit de Atención que puede ser con o sin Hiperactividad. La hiperactividad es lo que puede marcar al niño que sea más "molesto" que uno que tenga solo déficit de atención, porque se está moviendo mucho, dificulta la marcha de la clase, a los compañeros les está molestando. Esa es la diferencia que puede haber en las siglas.

P: ¿Cómo se manifiesta este trastorno? ¿Es distinto en niños o en niñas?

R: Normalmente, sí. A los niños se les identifica más porque son más movidos y a las niñas no se les identifica bien porque tienen más déficit de atención. Las niñas están más en su sitio, sin molestar a nadie. En el cole, están "en su mundo" o no atendiendo. A los niños se les ve bien porque son muy movidos, se levantan, molestan. Se define como que es un trastorno mental y que tiene una combinación de problemas que son, por ejemplo, déficit de atención, hiperactividad y luego que tienen una conducta que es impulsiva. Es decir, no piensan las cosas, les viene una cosa a la cabeza y ¡pum!, ahí te la sueltan o lo hacen sin pensar más allá de las consecuencias.

P: ¿Existen grados de afectación dentro del TDAH?

R: No es que haya grados, sino que un niño, si tiene déficit de atención, solamente va a tener problemas de atención y una serie de características que son genéricas de organización, de concentración, de que pierde constantemente cosas, etc. Pero ese niño no es que cause problemas. Pero si, a ese déficit de atención, se le añade la hiperactividad, pues no es que sea un grado, es que tiene una cosa añadida más que le complica muchísimo más su vida, porque en el cole se va a estar moviendo, se va estar levantando, se le cae todo, hace ruido…

P: ¿Afecta solo a menores?

R: Es algo que afecta a lo largo de toda la vida. Desde que tú empiezas a intuir que al niño le pasa algo, puede ser perfectamente desde los 6 años o incluso antes, ya es para siempre. No es una cosa que se quita con 30 o 40 años. Tú vas a estar toda la vida con ello. Nosotros tenemos en la asociación un grupo de adultos con el que hemos empezado hace dos años. Desde la asociación no diagnosticamos, porque no somos sanitarios, nosotros ayudamos a la gente que llega ya con un diagnóstico.

P: Los principales problemas a los que se enfrentan estos niños, ¿se manifiestan principalmente en el colegio?

R: Exactamente. Un niño con TDAH que tenga que poner atención en una cosa que no le gusta, le cuesta. Luego resulta que ese niño se pone a jugar a los videojuegos y no le mueves del sillón. El problema es cuando están haciendo una cosa que no les gusta. Ese proceso, en una persona que no tiene ningún trastorno, se acaba poniendo y lo hace. Pero para los niños con TDAH es como una losa. No encuentran el momento para ponerse, aplazan todas las tareas. Para eso la medicación les ayuda, para poder poner atención y ayudarles en ese peso que tienen encima, que tienen que estar luchando constantemente. Porque si a un niño con TDAH le sueltas en un monte, que está saltando y corriendo todo el tiempo y nadie le está riñendo y nadie le está diciendo "¡para quieto, no te muevas!", no tiene ningún problema. Pero en un colegio tienes que estar sentado muchas horas y les están diciendo "¡oye, que tienes que poner atención!".

P: ¿Sufren prejuicios los niños con TDAH?

R: Ya no es prejuicio, es que no entienden el problema. Creen que su comportamiento de no poner atención es porque "tú eres un vago y porque tú eres tal y cual". Y, no. Lo hacen sin querer, porque su trastorno les hace ser así. Entonces, es una lucha constante con los colegios, con los profesores, no con todos, pero un gran número. Es la queja que tienen los padres, que hablan con el profesor y no entiende que su hijo tiene un trastorno y que, por favor, le ponga adelante en la mesa, que tenga más atención con él, que tenga más cuidado con él…

P: ¿Es ese rasgo de hiperactividad lo que lleva a que muchas personas juzguen a los padres por el comportamiento del niño?

R: ¡Claro! Eso es fuera ya del colegio. Los comentarios de "pues fíjate ese niño, que se está subiendo ahí en eso...". O el comentario de "es que es culpa de los padres, que le tienen mal educado". ¡No! No le tienen mal educado. ¿Tú sabes el sufrimiento por parte de las familias de esos niños, por lo que les dicen que son unos mal educados, que es culpa de los padres que no saben educarles? No se entiende que es un trastorno, que tú no tienes la culpa y es muy doloroso, porque el niño no controla sus impulsos ni su forma de actuar. Es una lucha constante.

Laura Gutiérrez, pedagoga terapéutica de AVATDAH. Foto. Sergio Borja

P: ¿Y el sistema sanitario en España está preparado para diagnosticar estos trastornos?

R: En psiquiatría infanto-juvenil, tú pides cita, te valoran y te dan el diagnóstico. Lo que pasa es que ahí se acabó la atención de psiquiatría. Te vuelven a ver dentro de dos meses o lo que sea, a ver cómo marcha, cómo va su medicación y te dicen, "bueno, pues ahora, más o menos, te tienes que buscar la vida". Ahí ya estamos nosotros, como asociación sin ánimo de lucro, o hay gabinetes privados. Es ahí donde empezamos realmente a trabajar con los niños. Y luego está la gente adulta que quiere un diagnóstico, porque se ve reflejado en su hijo, en su hija o porque lee y dice "anda, pues yo coincido con estos síntomas y estas características". Cada vez hay más adultos que se preocupan y nos llaman a la asociación para ver quién puede valorarles y diagnosticarles. Y se encuentran con que la sanidad pública no tiene capacidad para diagnosticar porque psiquiatría de adultos no sabe. Es muy duro decirlo, pero no tienen idea. Y tienen que ir a hacerse una valoración en algún gabinete que lo haga, que son muy pocos.

P: ¿Cuál es la ayuda concreta que necesitan esas personas?

R: El TDAH tiene que estar tratado desde varios ámbitos. De farmacología, si lo necesita; con la parte psicopedagógica, que ayuda en la vida académica, y luego la parte psicológica, si es que la persona necesita ayuda psicológica. Con estos tres apoyos se les facilita la vida, les ayuda en su camino, que no se lo hace tan complicado como lo es si no están diagnosticados.

P: ¿Cómo trabajan desde la asociación con las personas con TDAH?

R: (LAURA) En la asociación somos varios profesionales. Hay una psicóloga que trabaja desde niños con TDAH, hasta adultos, pasando por adolescentes. Luego hay dos psicopedagogas, que trabajan mucho el control de emociones. Estoy yo, que soy de pedagogía terapéutica, y trabajo más lo que es la estimulación de funciones ejecutivas como la atención y la memoria. Y luego está otro compañero que se centra en la audición y lenguaje y pedagogía terapéutica también, y que iría más enfocado a los temas de más problemas con el lenguaje, escritura, lecto-escritura. También damos refuerzo educativo, más como si fuesen clases particulares, en las cuales les intentamos dar, sobre todo herramientas, técnicas de estudio, en especial a los más mayores.

Sobre las funciones ejecutivas, que es lo que doy yo, se trata de intentar estimularles en la atención, el control de tiempos, a la hora de, por ejemplo, hacer a un examen, ver cómo ajustarlo para que dé tiempo a hacer todo. El control de la impulsividad es bastante importante, porque de repente ven, por ejemplo, un ejercicio en el que hay tres instrucciones y van de forma impulsiva a hacer la primera y luego se les olvida la segunda o lo mezclan todo.

P: ¿Por qué es tan importante la medicación en este trastorno?

R: La medicación es algo que el psiquiatra recomienda, aunque luego los padres deciden si quieren o no medicar al niño. En general, cuando vamos a las jornadas a escuchar a especialistas, muy doctos en el tema, dicen que la medicación les facilita muchísimo la vida diaria y el camino. A menudo, la cabeza de estos niños va ‘como un Ferrari’, está constantemente generando ideas, ideas, ideas, ideas. La medicación les ayuda a estar centrados, a poner en orden esas ideas. A los que tienen problemas de atención, le ayuda a poner atención en clase.

P: ¿Qué pasa si el TDAH no se trata adecuadamente?

R: Cuando les diagnostican, posiblemente desde seis años o cuando los padres empiezan a intuir que le pasa algo con el menor porque les dicen en el colegio que se comporta de una manera especial, si tú no lo tratas, a la larga llegan ciertas edades que puede complicarles la vida. Por esa forma de actuar que tiene la gente que tiene TDAH. Hay estudios que recogen que algunos adolescentes o jóvenes pueden llegar a iniciarse en las drogas, por ejemplo, porque es la parte esa que quieren compensar que les funciona mal.

P: Al final lo imprescindible es un diagnóstico precoz.

R: Claro, eso es muy importante, el apoyo. Apoyo incondicional de la familia; de la escuela, que te apoye de verdad, y si necesitas un psicólogo también que te pueda guiar y te pueda reconducir un poco en tu vida, puedes llegar perfectamente a un adulto totalmente válido y bien. Pero mientras, si no está diagnóstico es una locura, porque no sabes qué le pasa al niño, porque tienen comportamientos complicados. Si es impulsivo, llega la adolescencia y esa impulsividad, que normalmente se tiene ya de por sí en la adolescencia, pues es doble. Pero si no hay ningún problema que haya añadido -alcohol, drogas u otro-, con un apoyo farmacológico (si se quiere), psicopedagógico y psicológico, perfectamente puede aprender a moverse en la vida adquiriendo herramientas que luego le sirvan adulto.

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