El concejal Alberto Cuadrado explica que permitirán "una mejor operatividad" puesto que "podrán ser retiradas cuando se necesite despejar el espacio que ocupan"
Así trabaja el Grupo de Atención al Ciudadano de la Policía Nacional en Valladolid
La seguridad nocturna de la ciudad se divide en cinco distritos patrullados por diferentes equipos policiales desde las 22.00 hasta 07.00 horas
Estamos en la calle Gerona, en el barrio de Las Delicias, justo en la puerta de la comisaría de la Policía Nacional de Valladolid. Están a punto de salir las cinco patrullas del Grupo de Atención al Ciudadano (GAC), divididas en cinco distritos, bajo el mando del subinspector Francisco Javier Antolín que, aunque viaja en la mayoría de las ocasiones solo, vivirá la guardia junto a TRIBUNA Valladolid, medio de comunicación al que ha abierto sus puertas.
"Vosotros iréis por el barrio de Pajarillos y Delicias; ellos irán por Rondilla, Santa Clara; a vosotros os tocará Huerta del Rey y Girón...", indica el subinspector a sus 12 agentes (17 en total sumando las otras guardias) durante el que denominan 'briefing', una reunión entre los efectivos antes de empezar el turno. Con una arenga final, los agentes empiezan a recopilar las armas y los diferentes componentes que llevan consigo. Una escopeta, por ejemplo, viajará con cada patrulla, y las denominadas pistolas táser, en este caso dos, están en manos de los únicos agentes que, de momento, las pueden emplear al haber superado el curso para su empeño.
"Cada vehículo lleva una escopeta que siempre va anclada al coche por seguridad. De esta forma, evitamos que nadie la utilice en caso de entrar al vehículo si nosotros salimos del mismo por una emergencia", explica. Como ya se han dado las premisas correspondientes, Antolín, con su inseparable Jesús Gonzalo al lado, sale de Las Delicias ya pasadas las 22.00 horas. "Después de escuchar el 'briefing' del jefe, vamos a comenzar el turno de noche. Esperemos que se dé bien", comenta el oficial de Policía. Además, nos detalla que cada agente lleva una "arma corta de fuego", una "defensa" y "grilletes".
Con esas 'compañeras de viaje' deberán atender, mayoritariamente, las llamadas que entren por el 091. Es decir, "cualquier persona que necesite presencia policial bien porque sea la víctima o bien porque sea testigo de una infracción". A partir de ahí, de una manera muy ágil, la Policía Nacional acude al lugar de los hechos de manera "coordinada". "Dentro de la variedad de avisos, podemos dar respuesta a una simple discusión entre vecinos, una conversación más acalorada en el interior de una vivienda, una riña tumultuaria, o una llamada de un vecino que nos indica que están robando en un establecimiento o vehículo estacionado", contextualiza el oficial.
También cabe la posibilidad de que sea una falsa alarma. Los agentes ven con buenos ojos estos avisos y los consideran "positivos", ya que prefieren evitar que el suceso en cuestión vaya a más.
TIPO DE VEHÍCULO
Las patrullas Zeta empiezan el recorrido sin tener un orden establecido, ya que lo que importa es que la zona esté cubierta. Todas han salido, como la de Antolín, de la comisaría de Las Delicias. Sin embargo, existen diferencias entre este tipo de vehículos y "uno más normal". El de Antolín, por ejemplo, no estaría "tan preparado para llevar detenidos" al ser "un coche de mando". No obstante, "se parece y mucho" a los otros que pueden llevar los agentes en diferentes guardias. "Solo se diferencian en detalles. Hay vehículos que llevan una mampara con el detenido en la parte trasera del coche. Los asientos de estos son de plástico para que se puedan desinfectar. En esta ocasión, en la parte delantera es donde está el arma colectiva", apunta.
"Los 'zetas' son vehículos que están las 24 horas del día moviéndose por la ciudad. Es decir, mañana, tarde y noche. Buscamos dar presencia y tranquilidad al ciudadano para que sepa que estamos a su lado si necesita ayuda", añade.
LA FIGURA DEL COORDINADOR
Antolín controla las zonas donde ha enviado a cada patrulla, que actúa no sin antes informar de lo sucedido al subinspector, que recibe cualquier emergencia en su vehículo e intenta apoyar a la dotación en el lugar que corresponda. "Todas las calles deben estar controladas. Se trabaja de una forma muy coordinada y minuciosa. Ningún indicativo sale de su sector, salvo que se lo pida expresamente el coordinador", describe Gonzalo.
El objetivo es que cada distrito esté vigilado en todo momento, aunque los agentes se releven en cada turno. "No cambiamos a los agentes de zona porque si ya se la conocen... la respuesta suele ser aún más rápida. De hecho, esta medida ayuda a la hora de resolver el conflicto", asegura.
ACTUACIONES Y AVISOS
Mientras explican el modus operandi de cada guardia, los agentes empiezan a recibir las primeras alertas de la noche. Una de ellas, por ejemplo, se sitúa en la calle Pelícano donde, por el "olfato policial" de Antolín, dan el alto a un vehículo en el que estaba de copiloto una mujer que había quebrantado una orden de alejamiento. "Al estar a unos metros inadecuados, hemos procedido a su detención. Lo que ha dictado un juez, en estos momentos, no lo está cumpliendo", indica. Otro aviso, por ejemplo, fue por una agresión a un varón de 54 años en el barrio de La Farola, que presentaba heridas en cara, nariz y labio. Los agentes acudieron rápidamente al lugar de los hechos donde atendieron al implicado que, finalmente, no denunció ni quiso que los servicios sanitarios le atendieran.
Entre suceso y suceso, vuelven a la comisaría para ir recabando información por las actuaciones llevadas a cabo como la del quebrantamiento de una orden de alejamiento con el fin de esclarecer los hechos. "Todo parte de una iniciativa colectiva", sostiene. Ya con los datos encima de la mesa, los agentes se desplazan a la calle Puente Colgante por un aviso de una persona que hace tiempo que no contacta con un familiar de avanzada edad. Afortunadamente, la patrulla de la zona informa al coordinador que la mujer se encuentra "en perfectas condiciones". De hecho, también estaba en el portal Javier Martín, de teleasistencia de Cruz Roja, que informa a este medio que todo se ha quedado "en un susto". "Cuando hemos venido, la mujer estaba dormida y, por esa razón, no contestaba", recalca.
La última de la noche llega desde el barrio de La Pilarica. Al parecer, dos jóvenes estaban robando en el interior del bar El Portillano, que se estaba reformando antes de su reapertura. Es la patrulla que controla la zona la que primero llega al lugar de los hechos, donde detienen a los dos responsables. "Nos han avisado de que estaban robando en este establecimiento. Un indicativo estaba muy próximo y les han bloqueado la salida. A partir de ese momento, hemos entrado otras tres dotaciones y hemos procedido a su detención por un delito de robo con fuerza", explica Jaime en la puerta del bar.
FIN DEL SERVICIO
Ya llegadas las 07.00 horas, Antolín repasa las intervenciones de los 12 agentes agradeciendo el "esfuerzo" a estos últimos en una noche diferente porque han contado con testigos, los mismos que han presenciado cómo unos agentes afrontan y actúan en una guardia solo con la única premisa de mejorar la calidad de vida de los vallisoletanos, que siguen estando en buenas manos.
La iniciativa busca reducir el uso de plásticos y concienciar a la comunidad universitaria sobre la importancia de la hidratación saludable
'Batalla de Restaurantes' ilustrará el próximo martes 18 de marzo la competición entre cuatro conocidos establecimientos de la provincia de Valladolid
Un establecimiento del centro de la ciudad ha recibido el galardón 'Best Burger delivery by Glovo'
