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El edificio de la calle Goya aún conserva los recuerdos imborrables de sus vecinos. La explosión provocó que el inmueble, en estos momentos, cuente con dos partes muy diferenciadas. Por un lado, está la parte derecha, que es la que está más dañada porque en su interior acogió el epicentro del suceso. Y, por el otro, está la parte izquierda que mantiene, al menos, los elementos básicos como la fachada, los pilares y, en algunos casos, hasta las ventanas.
Los vecinos siguen realojados y viviendo de alquiler hasta que el seguro deje de hacerse de cargo de los costes generados, algo que preocupa al vecindario, sobre todo a las personas que no saben lo que hacer después de perderlo prácticamente todo aquel terrible 1 de agosto de 2023. Afortunadamente, una parte de las mismas podrían recuperar sus casas a corto plazo si los seguros no les ponen obstáculos que lidiar por el camino.
En este sentido, el concejal de Urbanismo y Vivienda del Ayuntamiento de Valladolid, Ignacio Zarandona, ve factible que esto pueda suceder "antes del 2025", ya que "la mitad del edificio se puede poner en uso con muy poca obra y en muy poco tiempo". Eso sí, habría que establecer "una barrera" para separar esa parte con la más dañada y reforzarla de elementos nuevos rehaciendo lo que la explosión sacudió. "Es cierto que tiene daños de carpintería y ventanas que pueden ser más costosos, pero no es más que sustituciones de elementos o algunas instalaciones generales como ascensores. En la calle Juan de Valladolid, por ejemplo, los vecinos también pasaron por este proceso y ya están viviendo en sus domicilios", asegura el edil.
"Lo que vaya a pasar con en ese inmueble lo decidirán los propietarios con análisis técnicos para valorar el estado de la edificación. Me consta que está en buenas manos porque los técnicos que contrataron son muy solventes y seguro que están recomendando las mejores opciones. Si llegaran a ese acuerdo con el seguro de poder resolver los problemas de las instalaciones comunes de todas las viviendas y las reparaciones propias, podrían entrar a vivir antes de que acabara el año", reitera.
No obstante, sobre si el Ayuntamiento asumiese o no los costes de la futura rehabilitación, Zarandona apunta que son los propietarios y las aseguradoras los que les corresponde llevar a cabo esa tarea. Eso sí, el Ayuntamiento facilitará las licencias necesarias y abaratará las mismas para que puedan resolver los trámites con agilidad y en poco tiempo como ha ocurrido en el barrio de Parquesol. De hecho, mantiene la postura de que no es necesaria una demolición porque sería "más costosa" que una rehabilitación y, además, afectaría a la parte menos dañada. "Ayudaremos en todo lo posible. Nosotros no hemos escatimado recursos", explica.
Los vecinos, ya por estas fechas, quieren saber lo qué pasará cuando se les acabe el periodo de alquiler con las aseguradoras. El concejal de Servicios Sociales, Rodrigo Nieto, se comprometió con ellos a analizar "caso por caso" para valorar "las necesidades de cada uno". Es decir, el Ayuntamiento se basará en los criterios básicos para que la gente que esté pasando por situaciones graves se acojan a esta prestación. De hecho, el edil, tal y como asegura a este medio, ha pedido un listado de los propietarios para conocer de primera mano lo que demanden en el momento en el que vuelvan a estar en la calle.
El concejal se reunió, además, con el administrador, la abogada y dos representantes de los vecinos. Entre los temas que se pusieron encima de la mesa, se encontraba la posibilidad, ya llevada a cabo, de que haya presencia policial cada vez que vayan al edificio a coger sus enseres para no dejar los objetos de valor al descubierto mientras suben y bajan escaleras.
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