Catorce años de cárcel para el hombre acusado de abusar sexualmente a la hija de su pareja en el momento de los hechos, una niña de 6 años.

El fiscal mantiene así la petición de la condena del acusado de un delito continuado de abusos sexuales a menor en su modalidad de acceso carnal. El juicio, en el que la defensa ha demandado la absolución, se ha celebrado en la Audiencia Provincial de Valladolid, con la declaración del encausado en último lugar a petición de su letrado, y la comparecencia de testigos y peritos desde Andalucía por videoconferencia.

La víctima, que en la actualidad tiene 17 años, ha explicado que los hechos sucedieron cuando el encausado era el novio de su madre biológica mientras vivían en Valladolid y ha dicho que contó lo que le había pasado -unos diez años después de los abusos- cuando en un grupo de amigos hablaron de agresiones sexuales.

Primero se lo dijo a una amiga y después a la orientadora de su centro educativo, ha concretado la joven, quien ha detallado que el procesado cometía los abusos a la hora de la siesta, mientras su abuela estaba dormida en su casa en el sofá y él la llevaba a una habitación donde encendía la televisión, en la que ponían una conocida serie por las tardes.

Siempre ocurría después del colegio a la hora de la siesta en la cama del dormitorio, cuando tenía entre 3 y 6 años, ha narrado la víctima. "Yo sentía que era algo de lo que tenía que deshacerme", ha manifestado la menor al explicar el motivo de contar lo ocurrido a la orientadora tras detallar que no quería denunciar porque pensaba que no se iba a resolver nada.

Un psicólogo que ha declarado como perito ha subrayado que la niña lo relató cuando tenía 14 años al verse superada por el recuerdo y la necesidad de trasladar ese relato, "una especie de desahogo". Observó que su relato era coherente, sin contradicciones y con la intención de trasladar una experiencia, sin otra motivación, ni siquiera la de denunciar los hechos, ha agregado.

Fue un relato "normal" propio de una experiencia traumática que vivió con 4 o 5 años y que contó diez años después, ha resumido. El encausado ha manifestado que no sabe el motivo de que la menor haya hecho esas manifestaciones y ha sugerido que pudiera deberse a intentar llamar la atención o por alguna venganza de su madre contra él.

Ha señalado que conoció a la niña cuando ella tenía unos 5 años y convivieron en el mismo piso entre ocho meses y un año, ha sostenido que él no dormía la siesta y que, por su horario de trabajo, cuando iba a mediodía a casa, situada en la ciudad, solo le daba tiempo a comer, ya que tenía que regresar por la tarde a su empleo en un pueblo.

El fiscal, en su informe final, ha subrayado que no hay motivo para que la víctima mienta, porque no saca ninguna ventaja con ello; no tiene lógica que se lo inventara ya que ni pide ni reclama nada y ha solicitado al tribunal que se dé credibilidad a lo manifestado por la menor.

El abogado del acusado se ha referido a la situación de indefensión, ya que después de tantos años no hay posibilidad de ninguna prueba física; ha destacado que la declaración de la víctima es un relato "en un tono neutro, como si fuese un guión" y ha argumentado que ni la madre ni la abuela de la niña observaron ningún signo en la niña de una violación ni un comportamiento extraño en ella.

Ha considerado que se trata "más bien de fabulaciones" y ha mantenido que no es suficiente prueba de cargo la declaración de la víctima