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Elektra en su laberinto

Palabras contra el olvido

Elektra en su laberinto
Ágreda L.M.
Ágreda L.M.
Lectura estimada: 2 min.
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Para decirlo rápido, me parece modélica la adaptación, dirección, la dramaturgia y el espacio escénico de Ricardo Iniesta. Dura el tiempo preciso: 75 minutos. En ese tiempo brilla el lenguaje claro y seco, sin aspavientos, ni gestos superfluos, y mezcla bien todas las adaptaciones que uno ha podido ver de la obra. 

Silvia Garzón (Elektra) y Raúl Vera (Egisto) nos cuenta con una intensidad trasparente todo lo que debemos saber de sus personajes en una décima de segundo. Tienen frases memorables que retumban por el patio de butacas del Teatro Calderón de Valladolid.

Y hacen en escena una de las cosas que más me gustan: están contenidos. Contenidos en ese espacio claustrofóbico que ha diseñado Ricardo Iniesta, que es capaz el tío de "sacar leche de un botijo". Esa forma de colocarse los personajes en escena también tiene su punto. Una especie de bañera que sirve de paisaje y territorio para que todo lo que tenga que pasar, que pase, cautiva al público.

Un reparto excepcional: María Sanz (Klitemestra), Lidia Mauduit (Crisótemis), Imasul Rodríguez (Coreuta), Garazi Aldasoro, Enmanuel García (Orestes) y Ángela González que hacen gala de una entrega absoluta y son racionales cuando toca y viscerales cuando el personaje lo requiere.

Uno no se saca en todo el tiempo que dura la obra el dolor, tiene también la modulación exacta para que aquello cale y sea verdadero. Ayuda y mucho el espacio, la música y el tono. Porque estamos viendo una Elektra muy ecléctica, muy compleja y por qué no decirlo muy actual, solo hay que ver las noticias.

Porque estamos viendo una tragedia en estado puro. Las palabras llegan al patio de butacas y como no te apartes tienes que llamar al 112 inmediatamente. Elektra y Orestes tienen la venganza siempre en los labios. Hay escenas para el recuerdo, seguro que cada uno tiene la suya... la bañera ardiendo, Elektra desnuda en cuerpo y alma...

En esta obra va uno de descubrimiento en descubrimiento. Luego uno llega a casa y no tiene más remedio que echar mano de su ejemplar y repasa todos los personajes y situaciones para volver otra vez a disfrutar de la obra. Estoy convencido que esta Elektra.25 va a ser un gran éxito. Admiro la ambición y el empeño de Teatro TNT/ Atalaya y su extenuante entrega por hacer bien las cosas.

El espacio casi íntimo en el que se convirtió el Teatro Calderón también rindió homenaje con un minuto de silencio a Concha Velasco.