El UEMC Real Valladolid Baloncesto superó (72-66) al Real Betis en un partido igualado por la reacción que tuvieron los visitantes en la segunda mitad, ya que en la primera fueron desdibujados por un Pucela Basket que ponía el juego, la intensidad y el espectáculo en los primeros instantes. A pesar de que los béticos lo intentaron, los blanquivioletas, ayudados por la magia de Pisuerga, ataron un triunfo con el mago Devin Schmidt como maestro de ceremonias.

MERITORIA PUESTA EN ESCENA

El UEMC Real Valladolid Baloncesto salió a Pisuerga como tanto nos malacostumbró la pasada campaña. Estudiantes, Palencia o San Pablo Burgos fueron testigos de las grandes versiones como local de los blanquivioletas que ofrecieron partidos dignos de recordar. El Real Betis sufrió dicha puesta en escena porque los de Paco García, enrabietados por la pobre imagen dada en Burgos, dominaron en puntuación, intensidad y acierto en el inicio (12-6).

El 'mago', como ya lo denomina Pisuerga, Devin Schmidt se echaba el equipo a la espalda y con su varita dejaba al Betis sin capacidad de reacción y eso que Javier Carrasco pedía parar el tiempo cuando podía. El 23-14 del primer cuarto reflejaba la superioridad de los locales. Ya en el segundo cuarto los verdiblancos, vestidos de negro, empezaron a reaccionar con el cubano Ismael Romero haciendo de las suyas en el poste bajo. Las grandes acciones de Belemene y de N'Guessan permitían a los locales mantener las distancias (39-33), aunque el marcador ya advertía de lo que podría pasar en la segunda mitad. 

REACCIÓN Y PARTIDO IGUALADO

La reanudación sentó mejor a los visitantes, que igualaron el encuentro a las primeras de cambio tras un 6-12 de parcial (45-45). Es decir, el Betis le devolvía al UEMC lo que había sufrido al inicio del encuentro, que entró, además, en un constante vaivén de fallos por parte de ambos equipos que daban alas a que los últimos diez minutos fueran decisivos (51-50). 

Paco, obligado por ello, agitó la coctelera y volvió a dar entrada a sus hombres de confianza (Torres, de la Fuente y Schmidt), que mantenían el barco a flote (59-56). Ante la posibilidad de un posible vuelco en el marcador, el técnico pedía un tiempo muerto, pero lo paraba porque el capitán salía a su rescate. Las incomprensibles decisiones arbitrales daban la oportunidad a los visitantes de contrarrestar, pero aparecía la magia del Sweet Caroline con un mate de Belemene y un triple de Torres que daban un ligero respiro a los pucelanos (66-62).

Tocaba que Pisuerga apretara para atar la victoria y así fue. Con un quinteto físico, incluido Ngowbo reservado para los últimos instantes por sus tres faltas, el Pucela Basket amarró un triunfo que supone un golpe de efecto tras la semana tan "dura" vivida que, al menos, contará con el buen sabor de boca que siempre dejan victorias como estas (72-66).