Los ciudadanos y los partidos políticos de Castilla y León afrontan desde esta madrugada una nueva campaña electoral, oficialmente la tercera en el último año y medio, aunque la sensación de mitin continuo se ha impuesto durante este tiempo y los actos de los candidatos de unos y otros comicios se han sucedido semana tras semana, con mayor o menor intensidad, publica EFE. 

El matiz está en que, desde este viernes, los candidatos pueden pedir expresamente el voto a los electores, pero la realidad es que los argumentos de ensalzamiento o descrédito sobre la actuación de los distintos gobiernos y de los propios partidos han copado el debate político en los últimos tiempos en Castilla y León, especialmente en estas semanas desde las municipales del 28M, convertidas en una intensa precampaña.

Los cuatro partidos que parten como principales actores en esta campaña en Castilla y León -PP, PSOE, Vox y Sumar- aún no han definido claramente cuál es el calendario de actos en este territorio de sus candidatos a la Presidencia del Gobierno, aunque ya se conocen algunos previstos para este viernes -Santiago Abascal (Vox) estará en Valladolid- y el sábado -Alberto Núñez Feijóo (PP)- estará en Zamora.

Ayer fue la candidata de Sumar, Yolanda Díaz, la que participó en un mitin organizado en Valladolid, mientras que el PSOE aún no ha comunicado la presencia del actual presidente y candidato a la reelección del PSOE, Pedro Sánchez, en alguna de las ciudades de Castilla y León, donde las candidaturas aspiran a conseguir la mayoría de los 31 diputados en juego.

Pese a que estos partidos parten como favoritos a nivel nacional y autonómico, está por ver el alcance que consiguen candidaturas como las de Soria Ya, que se convirtió en 2022 en el partido claramente vencedor de las elecciones autonómicas en esa provincia con casi la mitad de los votos; la de UPL, que aspira a trasladar su pronunciado ascenso al Congreso de los Diputados; y también la de Por Ávila, donde sus dirigentes pretenden trasladar su dominio municipal al ámbito estatal.

Precisamente la incidencia del voto a estas candidaturas y a otras vinculadas a la denominada España Vaciada no está siendo detectada por encuestas como la publicada por el Centro de Investigaciones Sociológicas, que pronosticó un ajustado triunfo del PP en Castilla y León, con entre 14 y 17 escaños; seguido del PSOE (13-15) y Sumar (1-2), mientras que no otorgaba representación a Vox ni a estas candidaturas provinciales, regionalistas y localistas.

En las candidaturas presentadas por los partidos hay un elevado grado de continuidad, más allá de las incorporaciones derivadas en algunos casos por la reciente celebración de las elecciones municipales, que han sacado de las candidaturas a algunos de los hasta ahora diputados y, por contra, han incorporado a otros políticos.

Es el caso de la provincia de Valladolid, donde el anterior alcalde de la capital, el socialista Óscar Puente, lidera la lista del PSOE al Congreso, mientras que su sucesor en al Alcaldía, Jesús Julio Carnero (PP), va a concurrir como candidato al Senado por Valladolid.

Está por ver el efecto que tienen estas dos próximas semanas en un resultado electoral que puede condicionar la evolución de los pactos fraguados entre PP y Vox, tanto a nivel autonómico como local, ya que la relación entre ambos partidos en el ámbito estatal, sea con acuerdo, con desacuerdo, en el gobierno o en la oposición, marcará previsiblemente cómo evolucionan los equipos de gobierno formados por los dos partidos en Castilla y León.

Tanto el PP como Vox han respirado en esta Comunidad con la firma de los acuerdos autonómicos en otros territorios, ya que entienden que les quitan de encima el foco sobre sus actuaciones en el último año y medio, después de haber fraguado en Castilla y León el primer acuerdo de coalición autonómica entre ambas formaciones.