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Ana, una mujer vallisoletana que lucha diariamente contra la Esclerosis Múltiple
La entrevistada afirma que lo que más le gusta es "que la asociación no nos trata de manera diferente, nos ve como uno más"
Ana, una mujer vallisoletana, emprendió un nuevo capítulo en su vida al trasladarse a Albacete, siguiendo el llamado del amor. Durante veinticuatro años, construyó un hogar en esta ciudad, pero su vida dio un giro inesperado cuando le diagnosticaron Esclerosis Múltiple.
El impacto inicial del diagnóstico fue abrumador para Ana, quien admitió que le costó mucho pedir ayuda. "No me sentía identificada con la idea de unirme a una asociación de personas que también padecían esta enfermedad, pues al principio no necesitaba muletas u otros dispositivos de asistencia, me sentía un poco fuera de lugar".
"Tener EM me chocó muchísimo, no esperaba que esta enfermedad en algún momento llamaría a mi puerta". Sin embargo, consciente de la importancia de recibir apoyo y comprensión, decidió dar un paso para adelante."Lo primero que hice fue buscar la ayuda de un psicólogo, inicialmente quería hacerlo a través de la seguridad social pero debido a la demora entre cita y cita, decidí formar parte de la Asociación de Esclerosis Múltiple de Albacete. Sabía que allí encontraría profesionales especializados en mi enfermedad, por lo que me puse en contacto de inmediato". Para Ana, aquel entonces Albacete fue un período de grandes desafíos y aprendizaje. Tuvo que aceptar no solo su enfermedad, sino también la difícil situación de quedarse viuda en una ciudad lejos de su familia. "Me tocó mucho en ese entonces, pero el participar y formar parte de la asociación me ayudó mucho para seguir adelante tanto con mi enfermedad como con la pérdida de mi marido". Durante un año completo, ella y su hija se enfrentaron juntas a las adversidades, ya que su familia se encontraba en Valladolid. "Mi hija es mi mayor apoyo, con tan solo diecisiete años ella se tuvo que hacer cargo de la casa, ella comprendía perfectamente las dificultades y desafíos que enfrentaba en cada momento".
Tras un año, decidieron mudarse de nuevo a Valladolid y ahí empezó a formar parte de la asociación vallisoletana. "Lo que más me gusta es que la asociación no nos trata de manera diferente, nos ve como uno más. Entre nosotros, compartimos experiencias y aprendemos mucho. Podemos ver diferentes actitudes y descubrir nuevas cosas que podemos hacer. Nos animamos mutuamente, ya que la comunicación es fundamental".
Ana, tiene un objetivo muy claro: intentar hacer las cosas por sí misma "Si puedo hacer las cosas, las hago por mí sola. Si fallo una o dos veces, a la tercera pido ayuda, porque hay cosas que simplemente no puedo hacer, pero lo intento. He aprendido algunos trucos y me adapto a lo que debo hacer. Aunque no podamos hacer cosas físicas, debemos asumirlo"
El inspirador día a día de Ana
Si hay algo que destaca en Ana, es su determinación por realizar las cosas por sí misma."Si puedo hacer las cosas, las hago por mí sola. Si fallo una o dos veces, a la tercera pido ayuda, porque hay cosas que simplemente no puedo hacer, pero lo intento. He aprendido algunos trucos y me adapto a lo que debo hacer. Aunque no podamos hacer cosas físicas, debemos asumirlo". Ana, recuerda claramente el elogio de una camarera un día, cuando le comentó: "Me maravilla tu habilidad para maniobrar la silla de ruedas con tanta precisión, sin necesidad de pedir ayuda a nadie". Por ello, una de las claves primordiales para Ana es la paciencia, "muchas veces, me doy mi propio tiempo cuando no puedo hacer algo. Reflexiono y utilizo técnicas de respiración. Cuando no puedo hacerlo, pido ayuda. No todo el mundo entiende que tengo EM, incluso mi propia familia. A veces, quieren que haga las cosas al instante, pero no se dan cuenta de que mi tiempo es diferente y lleva más tiempo. La empatía juega un papel importante con las personas que me rodean, aunque a veces se agota".
"Cada acción que realizo tiene un valor especial para mí, porque cuenta en mi mente. Mantener la tranquilidad mental y poder decir: "He logrado hacer esto" o "He intentado hacerlo" es significativo. Atravieso numerosos obstáculos y algunos días son realmente difíciles. Cuando me despierto por la mañana y me doy cuenta de que no puedo levantarme, es un duro golpe. Sin embargo, no me frustro. Me permito tomarme mi tiempo y me digo a mí misma: "Ana, no puedes hacerlo ahora, date tiempo. Lo intentaré un poco más tarde". Así es como enfrento mi día a día, paso a paso.
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