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De León de la Riva a Carnero: el PP recupera el Ayuntamiento ocho años después
Carnero se abraza a León de la Riva tras conocer los resultados. ICAL
José Ángel Gallego Vázquez
José Ángel Gallego Vázquez
Lectura estimada: 4 min.

24 de mayo de 2015. Hotel Recoletos. Un descompuesto Javier León de la Riva comparece ante los medios de comunicación. Acaba de ganar sus sextas elecciones municipales, pero los doce concejales logrados están lejos de la mayoría absoluta y la suma con Ciudadanos no llega a los 15 necesarios. Es consciente que allí acaban sus 20 años como alcalde de la Ciudad de Valladolid. La victoria es muy triste para los populares que ven como Óscar Puente, con el peor resultado del PSOE, se va a convertir en alcalde, apoyado por Sí Se Puede (Podemos) y Valladolid Toma la Palabra.

Como la alegría va por barrios, Óscar Puente aparece exultante. Sus malos resultados electorales (tan solo ocho ediles) no le hacen disimular su alegría. Se ve alcalde; quince días después se funde en un abrazo en la puerta del Ayuntamiento con Manuel Saravia, líder de VTLP, que se convertiría en su teniente alcalde de las dos próximas legislaturas.

Ocho años después, con el descalabro en los comicios de 2019 de Pilar del Olmo por medio, la tortilla se da la vuelta. Óscar Puente gana las elecciones por la mínima, pero la suma de las izquierdas no le da para gobernar. En la otra cara de la moneda, Jesús Julio Carnero, el candidato repescado casi a última hora para lograr el milagro, celebra exultante los resultados. La suma con Vox le permitirá ser el nuevo alcalde de Valladolid. Puente no se lo cree y en el propio Partido Popular, tampoco. La fiesta se prolonga en una céntrica discoteca de la ciudad, no es para menos.

Han tenido que pasar ocho años y cuatro días, para que los populares recuperen el Ayuntamiento de Valladolid que ostentó durante dos décadas León de la Riva, quien se fundió en un emotivo abrazo con el que será el nuevo alcalde de Valladolid, el cuarto de la Democracia, tras Tomás Rodríguez Bolaños y los ya mencionados Javier León de la Riva y Óscar Puente.

Ocho años en los que el PP, también arrastrados por la dinámica nacional tuvo que descender a los infiernos. Descabezado, primero con la inhabilitación de León de la Riva que no llegó a recoger su acta como concejal en 2015 y, posteriormente, con una larga travesía por la oposición en la que el partido, acostumbrado a gobernar, nunca acabó por acoplarse. La última legislatura tampoco fue demasiado edificante. Pilar del Olmo -la cabeza de lista en 2019- abandonó el barco, harta de las zancadillas de los suyos. Los populares comenzaron entonces una desatinada y en, algunos casos, hasta rocambolesca maniobra de sucesión que terminó con la elección de Jesús Julio Carnero, hasta entonces consejero de Presidencia [antes consejero de Agricultura y presidente de la Diputación]. El presidente regional, Alfonso Fernández Mañueco, de un plumazo se quitaba de en medio a un posible sustituto y ponía a Carnero a los pies de los caballos.

Pero, Jesús Julio Carnero ?todo un superviviente- ha sabido aprovechar las circunstancias del momento: La debilidad nacional de un PSOE sumido en continuos escándalos y que ha arrastrado al hasta ahora alcalde Puente; el desmembramiento de Ciudadanos; la fortaleza de Vox; la debilidad de Valladolid Toma La Palabra ya sin Manuel Saravia y, por qué no, los votos que ha rascado un histórico del PSOE, Cecilio Vadillo, en su proyecto Contigo Avanzamos que, quizá, no haya conseguido su objetivo de lograr representación en el pleno, pero que le ha servido la venganza en frío a su principal adversario: Óscar Puente.

Carnero daba gracias a Dios y a los médicos del Río Hortega en sus primeras palabras en público, sabiéndose ya alcalde. Permaneció 80 días ingresado y en la a punto estuvo de morir aquejado de Covid. Tras "un milagro" volvía a la vida. Lo de este domingo no ha sido tanto un milagro, pero sí una confluencia de escenarios que le harán alcalde de Valladolid el próximo 17 de junio, si finalmente llega a un acuerdo con el Vox de Irene Carvajal, la otra ganadora del 28-M.

Carnero se enfrentará así a cuatro años de una legislatura importante en la que se ha propuesto como bandera de su política retomar el soterramiento, "un derecho irrenunciable", que el anterior equipo de Gobierno descartó para comenzar con su integración ferroviaria. Pero además, el nuevo alcalde se comprometió en campaña a otras actuaciones relevantes como "eliminar los atascos", reordenar la movilidad en el centro y mejorar la limpieza.

Ha prometido una concejalía dedicada a los jóvenes y proyectos llamativos como un Palacio de Congresos o la remodelación del Estadio José Zorrilla, entre otras muchas actuaciones. Cuatro años tiene por delante y en 2027 los ciudadanos le juzgarán en las urnas.