A tan solo cuatro partidos del cierre de temporada, el Real Valladolid ejerce de equilibrista, sin ningún punto de duda de que no vacilará. Frente a los golpes, el Pucela se vuelve más fuerte y consigue transformar la ira que siente toda la familia blanquivioleta en resultados. Lo ocurrido el domingo queda atrás, pero ha sido un impulso para el equipo, para la ciudad, para luchar hasta el último aliento por la salvación de la Primera División, a pesar de todos los obstáculos que se presenten. 

El ahora es el momento perfecto para que la resistencia pucelana crezca con fuerza. Esta noche, viernes 19 de mayo, el Nuevo Mirandilla en Cádiz es el escenario ideal para que esto suceda. Esta carrera de siete equipos por evitar el descenso se acerca a su fin y el suelo se abre bajo los pies de aquellos que no sean capaces de mantener su permanencia.

La jornada 35 va a ser una tarea ardua. En un feudo donde hasta ahora no han logrado ninguna victoria en LaLiga Santander, deben enfrentar otra barrera, esta vez contra un rival que presenta una mayor fortaleza en la defensa que ellos, pero a su vez son más débiles en el ataque, de acuerdo con los datos del cara a cara.

Paulo Pezzolano insistió en que de la dificultad debe surgir la fortaleza. Esta es la convocatoria para conseguir los tres puntos en Cádiz: Masip, Asenjo, Kike, Javi Sánchez, Aguado, Sergio León, Monchu, Plano, Plata, Olaza, El Yamiq, Roque Mesa, Escudero, Kenedy, Hongla, Iván Sánchez, Machis, Joaquín, Larin, Fresneda, Torres, Lucas Rosa, Víctor, Cédric y Tunde.

El encuentro será presidido por el alicantino Juan Martínez Munuera, quien afronta su décima temporada en Primera y ha arbitrado al Real Valladolid en diez oportunidades, seis de ellas en la élite, con un registro total de tres victorias -incluyendo el 0-1 en la ida frente al Alcorcón que significó el ascenso en la 2011-12-, cuatro empates y tres derrotas. Será asistido desde los laterales por Miguel Martínez Munuera y Aitor Villate Martínez, con David Medié Jiménez en la sala VOR.