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Vicente Escudero en el Herreriano

Una nueva entrega de la crónica cultural de Luis Miguel Ágreda en su sección 'Palabras contra el olvido'

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Vicente Escudero en el Herreriano
Ágreda L.M.
Ágreda L.M.
Lectura estimada: 2 min.

El vino y la verdad sin aguar se le oye decir a Vicente Escudero nada más de pisar la Sala Cero del Patio Herreriano. Y va desgranando con esa voz que suena tan de Valladolid  los puntos de su decálogo: bailar en hombre, sobriedad, girar las muñecas de dentro afuera o viceversa con los dedos juntos, las caderas quietas, no contonearse, bailar asentao, armonía de pies, brazos y cabeza, estética sin mixtificaciones, estilo y acento, indumentaria tradicional, lograr bailar en línea con los brazos dentro de las normas del braceo.

Parte fundamental de la danza española se puede ver ahora en el Patio Herreriano gracias a esta estupenda exposición titulada: Coreografía Bailes y Danzas de Vicente Escudero (Valladolid,1886-Barcelona,1980). Vicente Escudero está considerado, junto a Antonia Mercé y Encarnación López como una de las grandes figuras españolas de la danza. En esta exposición tan completa se puede disfrutar de la ingente labor que desarrolló el bailarín vallisoletano por el mundo.

Le ves ahora bailar en la pantalla y su figura masculina está llena de arrojo y virtuosísimo. Le pasa lo que, a Terremoto de Jerez y a otros grandes cantaores flamencos ya muertos, que con el paso del tiempo su voz suena mejor, cantan mejor o como es el caso baila mejor. Vicente Escudero ha sido imitado por generaciones sucesivas de la danza española empezando por el gran Antonio Gades o Antonio Ruiz Soler.

Porque Vicente Escudero tocó todos los palillos. Es muy difícil mantener una reputación en España. Y también en el baile flamenco.  Vicente Escudero fue un tipo especial que dependía de su estado de ánimo (como todos) para bailar.  Se cuenta que en sus noches inolvidables la gente que le vio bailar se arrancaba la camisa o lloraba a lágrima viva.

El duende de VE le subía por las plantas de los pies hasta la cabeza.  Porque cultivó un estilo vivo, es decir de sangre, de viejísima cultura, cada acto, cada giro, cada muñequeo, cada paso era un acto de creación es sí mismo.

Por eso esta exposición no hay que perdérsela. Vicente Escudero buscó con su baile, con sus dibujos, con sus apuntes, con todo lo que tocó la búsqueda explicita de la danza española. Su legado adquiere cada día mayor protagonismo y está omnipresente y en permanente transformación por la nueva hornada de bailarines españoles que llevan en su ADN la marca del bailarín vallisoletano universal.

Vicente Escudero muere en Barcelona "tan injustificado y tan solo como cualquier hombre" Así también nosotros.

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