El Real Valladolid cayó (2-5) ante el Atlético de Madrid en un encuentro marcado por la locura de alternativas que manifestaron ambos conjuntos con una parte teñida de color rojiblanco y otra de blanquivioleta. Los de Pezzolano tiraron de corazón en los segundos cuarenta y cinco minutos tras un primer acto desastroso plagado de errores groseros no solo en defensa, sino también en la portería como en el segundo tanto visitante, obra de Giménez. En cualquier caso, los blanquivioletas salen de Zorrilla con las manos vacías (nunca mejor dicho), pero sacando cuatro puntos al descenso.

VUELTA A LAS ANDADAS

El Pucela no salió mal al terreno de juego, pero con el paso de los minutos los errores locales generaron goles visitantes. El Atlético de Madrid fue efectivo y aprovechó la mala toma de decisiones por parte de los jugadores del Real Valladolid para poner tierra de por medio, que era el objetivo rojiblanco a las primeras de cambio. Ese 'plan' salió adelante con los goles de Molina (0-1), tras un error en la defensa pucelana a la hora de provocar el fuera de juego rival, y de Giménez que se adelantó a Masip en una falta botada por Griezzman (0-2). Con el Pucela 'grogui', Morata hacía el tercero antes de la media hora de juego (0-3).

Aun así, el conjunto local lo intentó, sin estar del todo asentado, y reaccionó antes del intermedio con un tanto de Larin de penalti (1-3). Mario Hermoso golpeaba el rostro de Plata con el codo y Mateu Lahoz señaló una pena máxima que terminó transformando el canadiense. Con ese tanto, el Pucela llegaba al descanso dando la sensación de que volvía a las andadas por las facilidades mostradas ante un rival que castigó cada error.

CAMBIO DE ACTITUD Y DE JUEGO

Al que mejor le sentó el descanso fue al Real Valladolid, que parecía que el gol de Larin le dio las alas y los motivos como para seguir creyendo. De hecho, buscó poner nervioso al Atlético en todo momento y lo consiguió no solo por el juego, sino también por los cambios de Pezzolano, que esta vez acertó en tiempo y forma. Las salidas de Iván Sánchez y Escudero dieron otra energía a los locales que continuaban asediando a los de Simeone.

En este tramo, los blanquivioletas encontraron el gol, pero fue anulado. Hongla remató el balón al fondo de la red después de que el palo rechazara la intentona de Joaquín dentro del área. En las jugadas posteriores, las ocasiones eran tan evidentes que tuvo que ser Escudero (uno de los mejores del encuentro) el que batiera a Grbic de cabeza (2-3). Segundos después, con Zorrilla abarrotada e ilusionada, era el larguero, el único obstáculo que impedía el tanto de Sergio León. 

Los minutos pasaban y el marcador continuaba al borde del precipicio, pero el Atlético mantenía la mínima ventaja que acabó ampliando después de salir impune de un posible penalti por mano de Saúl que ni Mateu Lahoz, ni el VAR consideraron señalar. Con el enfado de Pezzolano, que coincidió con el equipo local volcado, los de Simeone certificaron la victoria con un tanto de Joaquín en propia puerta (2-4) y otro de Memphis a la contra (2-5). Este quinto gol rojiblanco, que mostraba un marcador definitivo y abultado, provocó la decimoséptima derrota de la temporada blanquivioleta que deja al Pucela con 35 puntos sacando, a su vez, cuatro al descenso después de la victoria del Espanyol ante el Getafe.