El uso de cigarrillos electrónicos se ha extendido, cada vez son más las personas que cambian el tabaco por este método alternativo. El incremento de ventas que ha experimentado el  mercado del vapeo confirma lo que ya se venía diciendo desde hace tiempo, no se trata de una moda pasajera. "Esto lleva más de veinte años en el mercado, que en España se conozca desde hace diez años no significa que no tenga éxito, si fuera una moda pasajera ya tendría que haberse pasado" explica Isabel Iglesias, dueña del local vallisoletano Vaposhop, Cigarrillos Electrónicos.

La sociedad defiende que esta nueva moda, lejos de ayudar a dejar de fumar, incrementa la adicción y la exposición a esta sustancia nociva. Sin embargo, Isabel desmiente esta teoría y afirma que "los cigarrillos electrónicos no tienen sustancias tóxicas, ya que todos los ingredientes que llevan son farmacéuticos. Solo llevan propilenglicol, glicerina y aroma alimentario, la nicotina es opcional".

La diferencia entre el vapeo y el tabaco es notable. "El vapeo es literalmente un vapor de agua y el humo es una sustancia tóxica que se produce por la inhalación de algo que estás quemando" explica la dueña del establecimiento. El vapeo es un método beneficioso si se usa correctamente, de hecho, muchos estudios demuestran que vapear ayuda a abandonar el hábito de fumar y no es ningún peligro para la salud pública. "Hay clientes que llevan mucho tiempo vapeando y que han dejado de fumar hasta dos paquetes de tabaco diarios" concluye.

Los estancos están dificultando la evolución de este negocio que, poco a poco, crece de manera exponencial. Como indica Isabel, "a nosotros, los dueños de las tiendas de vapeo, nos perjudica que los estancos se dediquen a la venta de cigarrillos electrónicos porque no tienen los conocimientos necesarios y desconocen el producto". Los menores que fuman consiguen el producto en los estancos ya que "en las tiendas de vapeo tienen restringida la entrada".

Los cigarrillos electrónicos no impulsan un aumento en el uso de nicotina entre los más jóvenes, "el que prueba el vapeo no prueba el tabaco, a viceversa sí" afirma Isabel, quien no entiende "que se haya extendido el falso mito de que por fumar un cigarrillo de fresa sin nicotina, se empiece a fumar tabaco, ya que esto no es la puerta para que los adolescentes fumen, la puerta se la abrió hace tiempo los estancos".

Aunque los locales de vapeo están en auge, "recibiendo 20-30 clientes por día", hay quienes aún no se fían de la venta de sus productos por considerarlos nocivos para la salud. "En España se está intentando dañar la imagen de un sector que está en favor de las farmacéuticas y de las tabacaleras y que ayuda a mejorar la salud de las personas" concluye Isabel.

La normativa de los cigarrillos electrónicos aún es muy confusa, aunque, María José de la Calle, gerente de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería de Valladolid, insiste en que "sanidad lo asemeja al tabaco y que por lo tanto en interiores está prohibido su uso".