Al supuesto autor del robo le figuraba además un señalamiento de búsqueda, detención y personación por hechos de similar índole en Salamanca
Un testigo propuesto por el propio camarero del 'Rincón de Sei' confiesa que le vendió cocaína
El trabajador ha sido acusado de traficar con sustancias en las inmediaciones del local y de su domicilio.
"Quedé con él y me facilitó la sustancia". Esta es la confesión realizada por un toxicómano en el juicio contra S.B.B, camarero del 'Rincón de Sei', en el barrio de Parquesol, acusado de traficar con sustancias en las inmediaciones del local y de su domicilio.
El testimonio del testigo ha sido acogido con sorpresa por los tres magistrados de la Audiencia de Valladolid y también por el propio defensor del encausado, que había propuesto dicha testifical en su intento de obtener un fallo absolutorio para su patrocinado.
"¡Perdone, no le he entendido bien!" es la reacción inicial del defensor ante la manifestación incriminatoria, sin paliativos, realizada por G.B.P. contra el camarero tras confesar, en declaraciones recogidas por Europa Press, que el día de autos, sobre las 18.00 horas del 22 de octubre de 2021, quedó en la calle con S.B.B cerca de la casa de éste para efectuar la transacción.
El testigo ha reconocido que le "facilitó la sustancia" y se fue, en referencia al pase de cocaína que el camarero le efectuó supuestamente a cambio de un billete de 50 euros. Otros dos supuestos compradores, también propuestos por la defensa, han negado que el camarero fuera su proveedor de mercancía.
La policía vio al testigo, M.P, durante un encuentro con el acusado el 24 de noviembre de 2021 en la terraza del bar en el que, presuntamente, el segundo le pasó tres trozos de hachís a cambio de un billete. El toxicómano se subió a un autobús urbano y después fue interceptado en posesión de hachís en la parte superior de la cazadora.
El 4 de febrero de 2022 se produjo el otro supuesto pase de droga, cuando el comprador, R.E, llegó a bordo de un turismo y recibió del acusado a través de la ventanilla tres bolsitas con 'coca' a cambio de un billete de 50 euros.
Consumidor de "todo tipo de sustancias"
Durante su declaración, el acusado ha explicado que trabajaba como camarero en el bar que entonces regentaba su madre en la calle Manuel Silvela. Se ha declarado consumidor "de todo tipo de sustancias", ha negado dedicarse al tráfico de drogas y se ha reconocido propietario únicamente de las dos pastillas de éxtasis y 40 gramos de marihuana que la policía halló en su domicilio.
La policía también se incautó, en un trastero, de diez gramos de cocaína, once de MDMA, otros tantos de hachís, sustancia de corte y otros efectos para la confección de papelinas (recortes circulares de plástico y alambre verde de jardinería). El camarero ha negado que todo ello le perteneciera y ha recordado que dicho cuarto se lo había dejado un amigo para guardar material deportivo y que del mismo tenían llave otras dos o tres personas.
Agentes de la policía han explicado que las pesquisas se iniciaron a raíz de recibir informaciones anónimas respecto de una persona que pudiera dedicarse al tráfico de drogas, tanto en los alrededores del referido bar, como de su propio domicilio, de ahí las vigilancias en las que se pudieron comprobar distintos pases de droga. "Su conducta era la típica de una persona que se dedica a la venta de sustancias al menudeo", han coincidido varios policías.
Posible registro nulo del trastero
Frente a la petición condenatoria formulada por la acusadora pública, de cuatro años de cárcel y 4.500 euros de multa, la única posibilidad que queda al acusado de salir indemne es que el tribunal estime la solicitud formulada por su defensa en cuanto a la nulidad de la prueba obtenida.
El defensor, tanto al inicio del juicio, en fase de cuestiones previas, como en su informe final ha denunciado que el registro del trastero donde se encontraron las sustancias es nulo, ya que el mismo no figuraba incluido en el auto del juez.
El auto sí autorizaba la entrada y registro del domicilio y de un trastero perteneciente a la vivienda, no así del segundo trastero que el acusado utilizaba y que le había sido cedido gratuitamente por un amigo.
Este último, como ha reconocido la propia policía, fue registrado sin que estuvieran presentes el camarero, ni su verdadero propietario, algo que estudiará el tribunal antes de dictar sentencia y que puede ser el único 'clavo ardiendo' al que el encausado puede aferrarse para evitar su condena.
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