El intenso combate de boxeo en Zorrilla se queda en el camino del gol (0-0)

El Real Valladolid empató (0-0) ante Osasuna en un partido lleno de emoción, nervios y ocasiones. A pesar de que ambos se quedaron en el camino del gol, la sensación de peligro no cesó en ningún momento porque, hasta el final, cualquiera pudo decantar la balanza por la insistencia, esa que protagonizó la mayoría del partido. En cualquier caso, el punto obtenido deja al Pucela con cuatro puntos de ventaja sobre el descenso y a los rojillos con la posibilidad de mantenerse con la ilusión de jugarla próxima campaña en Europa sin dejar de lado a la Copa del Rey porque se jugará, en una eliminatoria de ida y vuelta, el billete a la final ante el Athletic Club.

MEJOR ARRANQUE LOCAL

El encuentro comenzó con el Pucela mandando. Eso sí, más en ocasiones, que en intensidad porque Osasuna dio un paso adelante que era necesario ante un José Zorrilla ambicioso, que veía los suyos podrían dar un golpe encima de la mesa. Los rojillos no querían que los locales lo convirtieran en realidad y reaccionaron con una ocasión de Kike Barja que, después de regatear a Luis Pérez, se plantaba ante Masip pero Kike evitó que el marcador se moviera.

Tras esta ocasión, el Osasuna dejó hacer y el Pucela encontró a Machís como aliado en el aspecto ofensivo. El venezolano probó a Aitor con una gran volea y superó a este con una vaselina, pero sus remates no fueron suficientes como para 'abrir la lata' porque el cancerbero hizo una gran parada en el primer caso y, en el segundo, fue Aridane el que sacó el balón bajo palos.

Estas intentonas dejaron a los pucelanos con mejores sensaciones que a su rival antes de que Cuadra Fernández señalara el camino a los vestuarios.

LECTURA DE JUEGO VISITANTE Y MEJORA CON LOS CAMBIOS

La reanudación modificó el guion de la película. Osasuna y Real Valladolid cambiaron los papeles y fueron los de Arrasate los que cogieron el timón del barco, leyendo lo que el partido demandaba y metiendo miedo a los locales. En una primera instancia, fue el Chimy Ávila el que se topó con el palo en un disparo desde la frontal. Después, Kike García probaba al propio Masip desde lejos, pero el catalán volvió a salvar a los suyos con una buena parada que repitió atrapando un remate flojo de Darko Brasanac cuando este lo tenía todo para dejar helado Zorrilla. Aun así, el Pucela no se arrugó, y volvió a utilizar la herramienta 'Machís-Larin' que no funcionó porque el canadiense no logró impactar el balón en una secuencia que recordaba a la llevada a cabo ante el Valencia.

Sin embargo, Zorrilla quería más. De hecho, parte de la afición silbaba los tres minutos de añadido que decidió Cuadra porque el tiempo era escaso como para poder optar con garantías a la victoria. Finalmente, ninguno consiguió noquear a su contrincante en un combate que, en términos de boxeo, se declararía 'empate dividido' en merecimientos, en intentonas y en puntos generales, aunque en estos últimos un juez podría haber teñido de blanquivioleta el veredicto.