Las historias cambian por muchos motivos en tan solo 365 días. Un día estás muy cerca de conseguir un nuevo ascenso (concretamente a seis puntos) y otro en Islandia, fuera de tu país, pero contento con el paso dado. Ese es el caso del vallisoletano y jugador profesional y experimentado de baloncesto, Nacho Martín, un viejo conocido de la afición blanquivioleta en un polideportivo como Pisuerga al que ha visitado recientemente en el encuentro ante Gipuzkoa.

Lo cierto es que la última vez que jugó en 'su' casa fue como rival y verdugo, ya que Estudiantes despertó del sueño del ascenso a un UEMC Real Valladolid Baloncesto que llegó totalmente enrachado a dicha fase tras la llegada al banquillo de Paco García. De vallisoletano a vallisoletano, Martín no pudo continuar en las filas del equipo madrileño por decisión técnica y tuvo que irse a Cornellá, que fue realmente el conjunto que le recuperó la sonrisa y donde pudo hacer, con todo y con ello, como en Islandia "borrón y cuenta nueva".

Meses después, el jugador, ya con la camiseta del Njardvik puesta, repasa en una entrevista concedida a Tribuna Valladolid todos los acontecimientos vividos en los últimos meses sincerándose con los altibajos emocionales presentes en la charla.

P: ¿Qué tal por Islandia?

R: No llevo ni dos meses aquí, pero estoy muy contento de haber tomado esta decisión no solo por el baloncesto sino también por conocer otra cultura diferente a la mía. Estoy jugando en el Njardvik. No había venido nunca y me está sorprendiendo bastante. Fuera de España, he jugado en el 3x3, pero esta realmente es mi primera experiencia en el extranjero.

P: ¿Le costó tomar esta decisión?

R: No me lo esperaba porque estaba jugando en el Cornellá. Después de estar en el Estudiantes, quería estar rodeado de mi familia y de mis amigos. Me sale esa oferta y la acepto. Tengo que decir que se portaron muy bien conmigo. Tras jugar al inicio de la temporada en Cataluña, me llaman varias veces desde Islandia. Al principio, no me lo tomé en serio hasta que empecé a investigar. Con los años que tengo, nunca se sabe si te va a llegar esta oportunidad de nuevo. Por eso, finalmente, decidí venir hasta aquí.

P: Antes de Islandia y Cornellá, jugaba en el Estudiantes, equipo que decidió prescindir de sus servicios tras finalizar la campaña. ¿Cómo lo vivió?

R: Me sentó muy mal la despedida que hizo Estudiantes. Quería continuar allí. De hecho, deseaba volver a intentar el ascenso. En el deporte, hay veces que se toman decisiones y, a veces, vales para ese equipo y, en otras ocasiones, no. Si llegamos a ganar al Girona, tenía contrato garantizado. Hacer un partido bueno o malo te cambia la vida. Tenía ofertas para quedarme en LEB, pero no me apetecía. En realidad, lo pasé bastante mal. Tuve que hacer borrón y cuenta nueva.

Hay mil cosas más importantes en el deporte como tu familia, tu pareja o tus amigos. Pienso que no debería haberlo pasado tan mal. Ahora me lo estoy pasando muy bien y tengo de compañero a Nico Richotti, que es con el que mejor me llevo. Tengo que quedarme con lo positivo de conocer un nuevo país donde estoy contento.

P: ¿Cree que seguirá mucho tiempo por allí?

R: No pongo fecha de caducidad a mi experiencia en Islandia. Estaré hasta abril o mayo porque luego empiezo con el 3x3, así que hasta que el cuerpo no me diga basta, seguiré jugando.

P: ¿De qué manera analizaría el estilo de juego de la liga donde actualmente juega?

R: Es muy rápida. Se tira mucho de tres y se utiliza mucho el contraataque. Todo es muy dinámico. Los mejores tendrían nivel de LEB Oro. En cada equipo hay cinco o seis extranjeros que se suman a los islandeses.

P: Por último, ¿está siguiendo al Pucela Basket?

R: Sí, guardo muy buenos recuerdos y grandes amigos como Sergio, Mike o Greg. Tuve la suerte de ver a mi madre en Valladolid hace poco y vi el partido ante Gipuzkoa y disfruté mucho. Estuve a pie de pista con Pepe Catalina al lado. Veo que la afición disfruta y eso es muy importante.