Se cumplen cinco años de una pandemia en la que se vivieron momentos que quedarán para siempre en el recuerdo de los vallisoletanos
La entrañable y surrealista escena que dejó el Covid-19 en Valladolid: un corzo en pleno Paseo Zorrilla
Se cumplen cinco años de una pandemia en la que se vivieron momentos que quedarán para siempre en el recuerdo de los vallisoletanos
Cinco años han pasado desde que en España se decretase el estado de alarma por la pandemia mundial del Coronavirus que obligó a la sociedad a confinarse en sus casas para evitar que se propagase el contagio cuando los centros sanitarios estaban colapsados y la cifra de fallecidos y hospitalizados crecía de manera alarmante.
Pero, durante esos meses surrealistas y difíciles para muchos, sucedieron algunos episodios simpáticos que, con el tiempo, se han convertido en divertidas anécdotas que recordar con cariño.
La más sonada, al menos en la ciudad de Valladolid, fue la presencia de un corzo por las calles vacías del barrio de Parquesol y la zona de Puente Colgante. A principios del mes de abril de 2020, los vallisoletanos presenciaron, con incredulidad, desde los balcones y las ventanas de sus viviendas como el mamífero correteaba por el asfalto.
El Servicio de Emergencias 112 de Castilla y León recibió varias llamadas, desde primera hora de la mañana de ese día, y hasta primera hora de la tarde, cuando el amigo de 'Bambi' alcanzó el céntrico y largo Paseo Zorrilla, haciéndose ver e, incluso, dejándose grabar a distancia por los transeúntes que acudían a sus puestos de trabajo o supermercados, por supuesto con sus mascarillas.
El, por aquel entonces, alcalde de la capital del Pisuerga, Óscar Puente, compartió en su cuenta oficial de X, red social anteriormente conocida como Twitter, una fotografía del animal, haciendo visible su sorpresa por lo que estaba sucediendo.
Por su parte, el concejal encargado de la Policía Local de Valladolid, Antonio Otero, informó a los medios de comunicación de que se estaba llevando a cabo la búsqueda del animal y que esta no era fácil ya que estaba "fuera de su entorno y asustado".
Por suerte o por desgracia, el corzo no apareció. Asique las instituciones y los vecinos dieron por hecho que, por sus propios medios, había encontrado la forma de volver a casa. Un final feliz a una surrealista historia que quedará en el recuerdo de todos aquellos que, gracias al animalito, vivieron un día diferente y entretenido en la monótona cuarentena vallisoletana.
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