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Hubo una época en la que las revistas de moda no publicaban fotografías en sus portadas ni en sus páginas principales, las publicaciones destinadas a un público mayoritariamente femenino de personas con un buen patrimonio, mostraban en su interior dibujos e ilustraciones de vestidos y peinados modernos.
Actualmente, el mundo del periodismo de moda ha cambiado y evolucionado mucho, no solo hacia la fotografía, sinjo también hacia la era digital. Es difícil imaginarse a una ciudad como Valladolid incorporada en ese mundo, que suele relacionarse con grandes capitales como Milan, Londres o Tokio. Sin emabrgo, hubo una vez en la que Valladolid fue protagonista de las páginas de las revistas más famosas de la industria.
El vallisoletano Eduardo García Benito fue un ilustrador vallisoletano que se dedicó casi toda su vida al mundo de la moda y consiguió convertirse en un referente y publicar en algunas de las revistas de la industria de la moda más importantes del mundo.
Nacido en 1891, se formó como pintor en la Escuela de Bellas Artes y Oficios de Valladolid, y se dedicó a la pintura, concretamente al Art Déco, tras pasar por la Academia madrileña de San Fernando.
Una beca del Ayuntamiento de Valladolid le permitió viajar a París en 1912, donde se relacionó con los profesionales referentes del sector de esa época como Pablo Picasso, Juan Gris, Pablo Gargallo, Raoul Duffy y Amedeo Modigliani.
Alcanzó la cima de su carrera en la década de los años veinte, después de haber explorado varias corrientes artísticas de vanguardia como el Fauvismo, el Cubismo, el Futurismo o el Expresionismo, que le permitieron desarrollar un estilo único, muy personal.
Su vida cambió con la aparición del modisto francés Paul Poiret que seleccionaba para su empresa a los mejores dibujantes europeos, y que contó con el vallisoletano en su equipo. Poiret, que había introducido cambios muy novedosos en el atuendo femenino para adaptarla a las necesidades del momento, comenzó protegerle y le introdujo en el sofisticado y elegante mundo de las publicaciones y revistas internacionales de moda de Nueva York o París.
La multinacional Condè Nast, uno de los grupos editoriales más relevantes del panorama internacional, compró la Gazette du Bon Ton y le dio la gran oportunidad a Javier García Benito. Etiquetado como "el más talentoso" y firmando simplemente como 'Benito', el artista publicó su obra en cientos de revistas de Vanity Fair y Vogue, las revistas más aclamadas por la élito social femenina de la época.
Como destacan en el blog 'Arte en Valladolid', obra destacó por la mezcla impactante de geometría y contrastes de color. Llamaba la atención la perfección de la línea y de las rectas, la armonía del conjunto y el equilibrio de las proporciones.
En los dibujos y bocetos de Benito domina la habitabilidad interna, una mujer que busca liberarse, una atmófera sofisticada y frívola, típica de la época.
En 1958 regresó a Valladolid para retirarse profesionalmente, a pesar de haber continuado pintando. A día de hoy, se desconoce mucho su figura en la capital vallisoletana pero se le alaba en la industria de la moda por su contribución y su mirada diferente.
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