Salvar vidas. Parece fácil escribirlo o contarlo, pero no tanto hacerlo. La cosa se complica cuando, encima, el aviso se produce cerca de la zona donde uno está patrullando, por lo que se debe preparar la actuación en cuestión de segundos. Así lo vivieron Jorge Esteban, Juan Crespo, Sergio Gallego y David López Tejero, cuatro policías nacionales vestidos de héroes, que evitaron que el pasado jueves, 13 de marzo, un varón se arrojara a las vías del tren ubicadas en la zona de Daniel del Olmo.

Acudieron al lugar de los hechos en una furgoneta de la Unidad de Intervención Policial (UIP) quien prescindió en las proximidades de medios acústicos y luminosos para no alertar de su presencia y, de esta forma, preservar la seguridad del varón. Jorge, en declaraciones a TRIBUNA, explica que estaban en Arco de Ladrillo cuando les avisaron: "En apenas unos segundos estábamos junto al varón, que estaba acompañada de la requirente. Aparcamos a cuatro o cinco metros de la persona. Intentamos ir poco a poco porque no queríamos que se pusiera más nervioso de lo que ya estaba".

"Nos bajamos de una manera muy rápida y sincronizada. Intervenimos lo más rápido posible basándonos en unos parámetros establecidos. Normalmente, les utilizamos para detener a las personas, pero en esta ocasión fue para salvar una vida. Cuando vimos que las cosas estaban más tranquilas, avisé a los compañeros de la sala para informar de lo que había sucedido porque necesitábamos que viniera una ambulancia. La persona seguía nerviosa y estaba intentando zafarse de nosotros...", añade.

En este sentido, Jorge asegura que trataron de "establecer unos roles" entre los compañeros para que los nervios no les jugara una mala pasada. Es más, cree que fue"muy importante" aclarar "cómo iban a intervenir". "Son muy pocos segundos de preparación porque hay que intervenir lo más rápido posible. Cuando llegamos, ya vimos a la mujer y al varón en el puente. Nos decía que quería acabar con su vida. Es una situación triste, pero desgraciadamente está en nuestro día a día", comenta.

Además, el agente pone en valor la actuación del servicio sanitario. "En el momento en el que ya mantuvimos una distancia entre la barandilla y la persona, supimos que habíamos logrado nuestro objetivo. La persona dejó de forzajear cuando llegó la ambulancia. Los profesionales sanitarios hicieron un grandísimo trabajo. Es una suerte que siempre nos apoyen", sostiene un Jorge que quiso contarle lo sucedido a su mujer, pero no a sus hijos: "La familia ya sabe lo que ha pasado. A mi mujer se lo dije, pero a mis pequeños no. Trato de adornarlo, como si fuera una película de animación con final feliz". 

Tanto fue así que Jorge ya ha vivido este tipo de experiencias en otras ocasiones, ya que participó en una operación de rescate en Zaragoza, y otra hace 10 años en Valladolid, donde "como opositor", salvó la vida a una persona que se había tirado al río en un puente cercano a la Cúpula del Milenio, que fue testigo de unos hechos que enorgullecen a cualquiera, pero más en particular a los vallisoletanos, que tienen la suerte de poder contar con un servicio de primer nivel.