Querido Doctor Pastor, José Carlos

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Querido Doctor Pastor, José Carlos
José Carlos Pastor.
Andrés Macario
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No sé cómo empezar. No estoy preparado para escuchar lo que, tarde o temprano, nos depara a todos la vida. En primer lugar, quiero reiterar el pésame a tu mujer, Marga, a tus niñas y tus hijos, a tu familia. Aún te quedaba mucha vida por delante, pero los genios nos dejan cuando más les necesitamos.

En tu faceta profesional quiero destacar tu compromiso con las personas. Desde muy joven dejas tu legado allá donde estás. Comienzas tu carrera en la Universidad de Navarra y allí te doctoras cum laude. Después de este esfuerzo y reconocimiento, la Universidad de Santiago de Compostela, en Galicia, te abre sus puertas y durante casi tres años te labras la antesala de tu gran obra maestra en Valladolid. Un legado que continúa porque eres una eminencia de la medicina. Tu pasión siempre es ayudar a los demás, y lo consigues. Tus aportaciones al mundo científico perduran porque aúnas todos los esfuerzos posibles para crear el Instituto Universitario de Oftalmología Aplicada, IOBA, en Valladolid a mediados de los años noventa, uno de los mayores logros de tu carrera profesional, de tu vida, un centro de referencia internacional. Estoy seguro de que para ti es un orgullo, como lo es para los demás y los más de 90.000 pacientes que pasan por tus manos durante tu carrera profesional. Estoy seguro de que están igual de orgullosos que nosotros.

Tu pasión por la Oftalmología nos deja sin palabras. Eres un referente, un líder que innova en tratamientos de enfermedades oculares que mejoran la vida de muchas personas y que, gracias a ti y a tus investigaciones pioneras en Retinopatía Diabética o Presión intraocular, entre otras, ahora viven mejor. Reflejo de esta disposición a ayudar a tus pacientes de la mejor manera, son muchos los premios que se te conceden, siendo uno de ellos el Premio Castilla y León de Investigación Científica y Técnica.
No sólo dedicas tu vida a la investigación y la formación de futuras generaciones de médicos, sino que también consigues que, más allá de la bata blanca, eres considerado una persona generosa, buena y con ganas siempre de ayudar a los demás. Eres el faro de muchas personas, un espejo en el que mirarse y un ejemplo de lucha de la vida y eso te define como persona porque desde que te diagnostican la enfermedad, muestras la humildad del ser humano en esas circunstancias y eres ejemplo y guía en situaciones, por desgracia, similares a la que te toca vivir.

En el ámbito personal y recordando con mi familia, me cuentan un apunte del que me siento tremendamente orgulloso. Marga, tu esposa, nada más nacer me hizo el primer regalo de mi vida. Un osito de peluche que me acompaña desde entonces. Quiero destacar que para mi familia eres un apoyo infinito que ahora más que nunca extrañaremos. Pero así es la vida de caprichosa.

José Carlos, me despido de ti, aunque para mí y mi familia siempre estarás presente.
Descansa en paz.