Los hechos ocurrieron en Málaga cuando la menor, de 15 años, caminaba por la calle y al pasar junto a ella le realizó tocamientos
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Tras la declaración de Luis Rubiales en el juicio por el beso que dio a Jenni Hermoso al término de la final del Mundial de 2023, este miércoles llega el turno del entonces entrenador de la Selección femenina y de otros dos exdirectivos de la Federación acusados de coaccionar a la jugadora para que dijese que consintió.
La Audiencia Nacional acoge la séptima jornada del juicio, que estará centrada en las declaraciones de Jorge Vilda, del exresponsable de marketing de la Federación de Fútbol Rubén Rivera y del exdirector de la Selección masculina Albert Luque.
La Fiscalía les acusa de presionar y hostigar, junto a Rubiales, a Jenni Hermoso para que exculpase públicamente al expresidente federativo y afirmase que el beso fue consentido, restando importancia al episodio. Pide para ellos un año y medio de cárcel por un delito de coacciones.
Durante la sesión del martes, Rubiales negó tales presiones, al igual que rechazó firmemente haber cometido delito alguno: mantuvo que pidió permiso a la jugadora para darle un beso y se manifestó "totalmente seguro" de que ella se lo concedió, al tiempo que le restó importancia y lo consideró un "signo de cariño".
Con los interrogatorios de los otros tres acusados, la sesión se centrará sobre todo en los momentos posteriores a la victoria del Mundial, donde las acusaciones encuadran las presiones, principalmente, en el avión de vuelta a España y en el viaje a Ibiza del que algunas jugadoras disfrutaron.
La fiscal Marta Durántez sostiene que Rubiales y su equipo de confianza decidió utilizar "otra vía" cuando Jenni Hermoso reiteró que no haría un vídeo junto al expresidente: presionar a sus familiares.
En ese equipo encuadra a Vilda, a quien responsabiliza de haber solicitado al hermano de Jenni Hermoso que la convenciera para hacer ese vídeo o, de lo contrario, tendría "consecuencias negativas" para ella.
A Rubén Rivera le acusa de insistir "de manera reiterada y persistente" a la internacional en Ibiza y a una amiga que la acompañaba para que hablara con el jefe de Integridad de la Federación sobre un informe que estaba elaborando sobre lo ocurrido y que se cerró sin consecuencias para Rubiales.
Y también para que hablase con Albert Luque, que se personó en su hotel en Ibiza y que, tras la negativa de Jenni Hermoso a hablar con él, "insistió" por WhatsApp a su amiga con unos mensajes que han sido reproducidos en el juicio, en los que acusaba a la jugadora de "mala persona, deseándole que se encuentre muy sola en la vida y anunciándole que se alegraría si eso sucediera".
Tras la declaración de los acusados, el juicio entra en su recta final con las conclusiones e informes de las partes, un trámite que podría trasladarse al jueves.
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