La comunidad china recibe el Año Nuevo en Valladolid: "Es mucho más que una fiesta"

En el mundo existen muchas formas de medir el tiempo, pero no todas obedecen a las mismas reglas. Mientras el calendario gregoriano, el que usamos a diario en España, avanza como un reloj sincronizado al ritmo del sol, el calendario lunar, empleado en China para sus festividades, parece bailar al compás de la luna. ¿Qué pasa cuando estos dos calendarios cruzan caminos? Surge una de las celebraciones más fascinantes del mundo: el Año Nuevo Chino. No tiene una fecha fija para nosotros, pero siempre aparece entre enero y febrero.

Este año, dicha festividad ha caído el miércoles, 29 de enero, trayendo consigo una explosión de tradición, color y simbolismo, también a Valladolid. Para saber más sobre esta fecha tan señalada en la cultura china, TRIBUNA ha podido hablar con Daijun Wei, profesora del Centro Cultural Chino de Valladolid. 

Un año nuevo cargado de historia y significado

Daijun Wei explica que el Año Nuevo Chino, también conocido como Festival de la Primavera, es mucho más que una simple transición de un año a otro: "En China, todas las fiestas tradicionales e importantes las respetamos mucho según el calendario lunar, estemos en Valladolid o en mi pueblo natal". Este respeto por las raíces se traslada incluso a los detalles más cotidianos, como la limpieza profunda del hogar antes de las celebraciones.

En su región, situada al norte de China, es costumbre dejar la casa impecable antes del año nuevo, ya que durante los tres días posteriores está prohibido limpiar. "Se trata de deshacerse de lo viejo para dar la bienvenida a lo nuevo", explica.

El Año de la Serpiente

El 2025 será el Año de la Serpiente, un animal que, lejos de los prejuicios occidentales, es muy valorado en la cultura china. "Para nosotros, la serpiente no representa nada malo, en comparación con España. Al contrario, le tenemos mucho cariño. Es el primo del dragón, y según la leyenda, después de muchos años, la serpiente puede transformarse en dragón".

La combinación con el elemento madera, propio de este año, añade un simbolismo especial: crecimiento, creatividad y planificación a largo plazo, cualidades que marcan el ritmo de este nuevo ciclo lunar.

Una celebración con sabor a hogar, incluso en Valladolid

"Es una fiesta de familia y amigos, muy parecida a Nochebuena aquí. Hacemos una cena especial y respetamos las tradiciones", comparte Wei. En China, las familias se reúnen para compartir platos típicos, rezar en los templos y desearse buena fortuna. Sin embargo, pese a estar a miles de kilómetros, es una tradición que no se pierde. 

En Valladolid, la comunidad china también busca mantener vivo el espíritu festivo. "Intentamos reunirnos las familias y amigos que vivimos aquí. Este año, hemos pensado en los estudiantes chinos que están solos, que terminan los exámenes y no pueden volver a casa. Organizaremos una celebración en la Facultad de Comercio", adelanta Wei.

Entre el interés y el desconocimiento

Aunque cada vez más vallisoletanos muestran curiosidad por la cultura china, el Año Nuevo Chino sigue siendo una tradición poco entendida. "La gente lo ve como algo parecido a la Navidad y no lo siente del todo. Simplemente lo ven como un día de celebración normal, pero es mucho más profundo", reflexiona Wei.

Además de las reuniones familiares, hay pequeños gestos cargados de significado, como los sobres rojos que se entregan a los niños. "Antes se les daba dinero falso para ahuyentar a los malos espíritus. Ahora se les da dinero real para que compren golosinas, pero el simbolismo sigue ahí", explica.