Valladolid lidera la contratación indefinida en CyL, pero persisten las sombras en la calidad del empleo

La temporalidad en el mercado se ha reducido desde la reforma laboral de 2022, pero sin mejores condiciones laborales

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Valladolid lidera la contratación indefinida en CyL, pero persisten las sombras en la calidad del empleo
Rebeca Pasalodos Pérez
Rebeca Pasalodos Pérez
Lectura estimada: 2 min.

En 2024, Valladolid se consolidó como la provincia líder en Castilla y León en la firma de contratos indefinidos, alcanzando un total de 52.800, un incremento de 39.842 respecto a 2019. Este notable crecimiento se enmarca en el impacto de la reforma laboral de 2022, que transformó el panorama contractual en toda la Comunidad. Sin embargo, a pesar de este avance en la estabilidad aparente, surgen inquietudes sobre la calidad real de estos empleos, marcada por una proliferación de jornadas reducidas y un uso excesivo de contratos fijos discontinuos.

La reforma laboral buscaba reducir la temporalidad en el mercado laboral español, limitando los contratos temporales y eliminando el contrato por obra y servicio. Aunque ha impulsado el número de contratos indefinidos, los sindicatos denuncian que muchas empresas han utilizado las nuevas figuras legales para perpetuar prácticas precarias. Raúl Santa Eufemia, de UGT, destaca que la contratación indefinida no garantiza mejores condiciones laborales, ya que las empresas recurren a jornadas parciales y periodos de prueba abusivos para fragmentar el empleo.

En términos globales, en 2024 Castilla y León contaba con 612.008 asalariados con contrato indefinido, un aumento de 25.423 respecto al año anterior. No obstante, solo el 12% de los contratos indefinidos firmados en la región se han mantenido en el tiempo, lo que refleja la alta rotación y la fragilidad del empleo, particularmente en sectores con un uso intensivo de contratos fijos discontinuos y de jornadas parciales.

Los datos del Ministerio de Trabajo revelan que los asalariados a tiempo completo aumentaron en 20.878, mientras que los de jornada parcial crecieron en 4.595. A su vez, los contratos fijos discontinuos alcanzaron los 28.381, casi sin variación respecto al año anterior. Estos números muestran un mercado laboral con menos temporalidad, pero que no ha logrado superar las brechas de calidad en las condiciones de trabajo.

En contrapartida, la temporalidad sigue disminuyendo, con 2.980 asalariados menos en esta modalidad, sumando 102.286 en total. Este descenso se refleja también en los contratos temporales firmados, que pasaron de 944.661 en 2019 a 667.358 en 2024. Sin embargo, según UGT, esta reducción se acompaña de prácticas empresariales que trasladan la precariedad al ámbito de los contratos indefinidos.

La alta utilización del contrato fijo discontinuo es una de las principales críticas. Según Santa Eufemia, esta modalidad se emplea para enmascarar la rotación constante de trabajadores y la persistencia de condiciones laborales precarias. A esto se suma la proliferación de contratos a tiempo parcial, que fragmentan el empleo y dificultan la estabilidad económica de los trabajadores.

Finalmente, otras provincias como Burgos, León, Salamanca y Segovia también mostraron incrementos significativos en la contratación indefinida, pero al igual que en Valladolid, el desafío radica en asegurar que esta estabilidad contractual se traduzca en empleos de calidad. La digitalización de la inspección laboral y un mayor control sobre los periodos de prueba y las jornadas parciales se perfilan como herramientas clave para combatir estas prácticas irregulares.

1 comentario

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usuario anonimo 1/20/2025 - 11:26:30 AM
Pues no puede ser, ya que A.S, nos informa que según él estas cifras son todo mentira y están truncadas, aunque el tampoco nos aclara de dónde las saca
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