El Salvador se impone al Recoletas Burgos por la mínima

El Salvador logra una importante victoria, muy trabajada y tremendamente sufrida, ante un Recoletas Burgos Caja Rural que planteó un juego muy marrullero que influyó en el de los locales y, a pesar de controlar el oval durante la gran parte del encuentro, no llegaban a rematar, dando oxígeno al rival. Tanto, que este contó con hasta tres golpes de castigo en el tramo final, que pudo haber dado la vuelta al marcador, pero Marcel Sirvent no llegó a transformar ninguno y, por tanto, el marcador terminó con el 13-12 favorable a los de Álvaro Gorostiza.

Ambos equipos saltaron con ganas al césped de Pepe Rojo, conscientes de lo valiosos que eran los puntos que pudieran obtener en este partido, por su rivalidad directa en la clasificación, y se notó desde el inicio. Esa iniciativa se tradujo en un juego vistoso, en el que el Chami se erigió como protagonista, ya que los burgaleses apenas pisaron la línea de 22 local.

Lo hicieron en los primeros minutos, sacando un golpe de castigo por una indisciplina en el ruck de los vallisoletanos que no logró transformar Sebastian Dorigon, lo que espoleó al cuadro blanquinegro hacia la línea de marca visitante y, en el minuto 10, abrían el marcador con un golpe de castigo por placaje alto que pasó Santi Ortega.

A pesar del frío, El Salvador había empezado a calentarse, y tras un touch-maul, se sacó el balón rápidamente para abrir el juego y sorprender en velocidad a la zaga rival, siendo Powys, desde el ala, el encargado de posar el oval sobre la línea de ensayo del Recoletas. Con la posterior transformación de Santi Ortega la diferencia se ampliaba hasta el 10-0.

La ventaja pudo aumentar, pero Santi Ortega fallaba un lanzamiento a palos ante un Burgos con uno menos, tras la tarjeta amarilla a Bernardo Vázquez. Pero los vallisoletanos no pudieron aprovechar esa situación, al toparse con una buena defensa rival y con la visión de juego de Estanislao Bay, quien devolvió la jugada al Chami calcando la que este realizó para ensayar. Es decir, que sacó rápidamente el balón tras un touch-maul que llegó al ala contrario, Guillermo Mateu, para recortar la renta local.

Lo hizo justo antes de que finalizaran los primeros cuarenta minutos y, pocos segundos antes del descanso, Estanislao Bay veía la tarjeta amarilla por pisar a Facundo Munilla, por lo que los vallisoletanos comenzaron la segunda mitad en superioridad.

Los burgaleses, a pesar de que acumularon otra tarjeta amarilla más, esta vez, para Tomás Domínguez, aguantaban el tipo, frenando al contrario con placajes que, en muchos casos, rozaban la ilegalidad. Esa dureza afectó al cuadro colegial, que no supo aprovechar su control del balón y falló numerosas opciones, tanto en los lanzamientos a palos como en el juego estático y en los pases, lo que dio alas a un Burgos que llevó el partido a su terreno.

Faltaba ritmo competitivo, eso quedó claro, e influyó más en El Salvador, que se quedó bloqueado en el plano ofensivo, y no mostró la intensidad habitual ni halló esa fluidez y efectividad que sí ha tenido en otros partidos. Defendió su ventaja con uñas y dientes, pero eso se tradujo en indisciplinas en su área, que derivaron en un ensayo del pateador, Sebastian Dorigo, que se encargó de pasar él mismo y, en los compases finales, en tres golpes de castigo que Marcel Sirvent no fue capaz de transformar, lo que permitió a El Salvador amarrar el triunfo.

Tras el choque, el técnico vallisoletano, Álvaro Gorostiza, reconoce que a pesar de haberle dominado durante prácticamente los ochenta minutos, cuando llegaron a la zona de puntuar, sobre todo desde touch, no supieron solucionarlo. "Hemos tenido golpes de castigo que no hemos sabido gestionar bien y diez minutos del final que hemos estado sin balón mucho tiempo y eso nos ha pasado factura ante un equipo que ataca muy bien. Hay que dar la enhorabuena a los jugadores, pero hay que mejorar cosas para poder ser un equipo que esté arriba en la clasificación", concluye.