El Pucela vuelve a creer en Zorrilla

El Real Valladolid regresó a la senda de la victoria (1-0) en el José Zorrilla ante el Real Betis en un partido de más a menos de los locales que, en ningún caso, merecieron perder, sino todo lo contrario. Los de Diego Cocca recuperaron su mejor versión ante, de nuevo, más de 20.000 personas en su feudo, donde ya ha sumado tres victorias en lo que llevamos de temporada (Espanyol, Valencia y Betis). Con este triunfo, los blanquivioletas se colocan a un punto de la salvación, y viajan a Cornellà con la sensación de estar más vivos que nunca.

LA MEJOR PUESTA EN ESCENA DE LA TEMPORADA

El Real Valladolid empezó el partido como debería haberlo hecho en Ourense: dejando atrás la mala racha, y volviendo a creer. Sí, insisto, volviendo a creer, aunque parezca mentira. Las ganas, el hecho de no querer rendirse antes de tiempo y el todo o nada que tenía ante sí le dieron alas para generar peligro, como demostró nada más empezar el choque.

Una mala salida de balón de su rival propició un mano a mano que, entre Marcos André y Anuar, desaprovecharon. Parecía que ahí se podía quedar la productividad ofensiva, como tantas otras veces, pero nada más lejos de la realidad. No obstante, el Betis no se desinfló. Los visitantes plantearon un partido de ida y vuelta que le permitieron enlazar varias acciones ofensivas que desbarataban tanto Hein como la zaga pucelana. Eso sí, Lo Celso, en este tramo de encuentro, mandó un balón a la grada cuando lo tenía todo a placer.

Con el paso de los minutos, la intensidad aminoró y la balanza se igualó hasta el punto de que el Betis utilizó la posesión para evitar males mayores o, lo que es lo mismo, para evitar que las ocasiones del Pucela se multiplicaran. Solo una de Marcos André, con un extraordinario Raúl Moro como protagonista, dejó el susto en el cuerpo antes del descanso a los de Manuel Pellegrini, que sin actitud y compromiso era imposible que sacaran, y no este, sino cualquier partido adelante.

GOL COMO PREMIO AL ESFUERZO

La reanudación le sentó mejor al Pucela, que mantenía el tipo. Los de Diego Cocca, con cambios obligados por molestias físicas de Juma y de Cömert, siguieron intentándolo. No era tarea fácil hacerlo por el contexto clasificatorio y por la presión de no volver a decepcionar a su afición que, como tantas otras ocasiones, se acordaron del ausente Ronaldo Nazário. A pesar de todo, el Betis no reaccionaba... y el Pucela ya no perdonó más.

Una gran jugada colectiva entre Marcos André (el mejor del partido), Lucas Rosa (una bestia por la banda) y un incombustible Kike Pérez, acabó con el balón en el fondo de la red de Fran Vieites (1-0) gracias a un buen remate del '8' blanquivioleta. Pellegrini, obligado a agitar la coctelera, dio entrada a Jesús Rodríguez y a Mateo, dos canteranos que revolucionaron el choque. Es más, el Pucela empezó a sufrir al no sentenciar el partido con acometidas que protagonizaban ambos.

En este sentido, un cabezazo desviado de Juanmi ya advertía de lo que podría pasar en los últimos minutos, puesto que el sufrimiento estaba siendo mayúsculo. Parecía, de hecho, que no acababa el partido. Los jugadores del Real Valladolid empezaron a achicar aguas, a despejar en la línea de gol acciones del Betis, que apretaba más por obligación que por convicción. El pitido final supuso un aire de esperanza y de ilusión que no llegó a ser desbordante, ya que el equipo sigue en descenso, pero ya más cerca de la vida que de la muerte.