circle

El testimonio de un vallisoletano en California: "Lo dejas todo atrás y no sabes si vas a volver a tu casa"

Evacuados de su casa hace dos días, Luis Gadea y su familia relatan la situación en Pasadena, ciudad envuelta ahora en llamas y humo

El testimonio de un vallisoletano en California: "Lo dejas todo atrás y no sabes si vas a volver a tu casa"
Vista de los daños causados por el incendio de Eaton Canyon, en la zona de Pasadena-Altadena. EFE/Caroline Brehman
Rebeca Pasalodos Pérez
Rebeca Pasalodos Pérez
Lectura estimada: 4 min.

Las imágenes de los incendios activos en estos días en California están dando la vuelta al mundo. Su virulencia se ha aliado con los vientos huracanados al punto de que su capacidad de devastación se está tragando barrios y ciudades casi enteras ante la frustración del servicio de bomberos que se ve sobrepasado. En medio de este infierno en el que se encuentra la Costa Oeste de los Estados Unidos, vive Luis Gadea, un vallisoletano que lleva 29 años residiendo en la localidad de Pasadena, California, y que hace dos días tuvo que ser evacuado de su casa junto con su familia.

"Llevamos evacuados dos días. Han parado el incendio, que se sepa, a seis manzanas de mi casa, pero la ciudad contigua desapareció prácticamente en su totalidad", relata Luis con preocupación. La situación en el condado de Los Ángeles sigue siendo crítica con cinco incendios activos, incluyendo el que afecta a Altadena y Pasadena, que es el de Eaon Canyon, y el de Pacific Palisades, cerca de la costa. "Ninguno de estos incendios ha sido contenido en más del 1%", explica.

La evacuación se produjo con apenas media hora de aviso a través de un mensaje del sistema de emergencia. "Tuvimos que salir con lo imprescindible", recuerda. "No me dio tiempo más que a coger los pasaportes, alguna cosa de valor, un poco de ropa para mi esposa, el ordenador, el teléfono... Lo dejas todo atrás, sales y no sabes si vas a regresar a tu casa. Si va a estar allí o no cuando vuelvas", relata.

El aire se ha vuelto tóxico y el servicio de agua ha declarado que no se puede usar para beber.

Aunque, afortunadamente, el fuego no ha llegado a su hogar, el aire "se ha vuelto tóxico debido a la humareda", cuenta. Razón por la cual, de momento, no pueden regresar a su vivienda. Además, "el servicio de abastecimiento de agua en Pasadena ha declarado que no se puede utilizar para uso potable, que no se use para beber y que se utilice solamente agua embotellada", añade.

En la actualidad, Luis y su familia se encuentran en casa de unas amigas en el corazón de Los Ángeles, en una ubicación que les proporciona cierta distancia de los incendios principales. "Dudo mucho que aquí nos llegara el fuego, más que nada porque si llegara donde estamos el fuego significaría que la ciudad entera está ardiendo", comenta. Sin embargo, un incendio en Sunset la noche anterior generó pánico al estar situado en medio de la ciudad.


Las llamas se quedaron a seis manzanas de la vivienda de Luis Gadea. TRIBUNA

Aun así, la incertidumbre sobre el estado de su casa le llevó a acercarse con su esposa e hija para comprobar los posibles daños. "No teníamos ningún tipo de daño causado por el fuego directamente", explica con alivio. "Sí que es verdad que la piscina está completamente cubierta de cenizas, está toda echada a perder, hay cenizas dentro de la casa... se han colado por debajo de las ventanas, entre las ventanas porque tuvimos vientos de fuerza huracanada de hasta 160 kilómetros por hora". Además, la estructura lateral de la casa y el tejado del garaje sufrieron daños, pero reconoce que la situación podría haber sido mucho peor. "Si caminas cuatro o cinco manzanas al norte de mi casa hay casas quemadas de las que solamente queda la chimenea en pie".

"Si caminas cuatro o cinco manzanas al norte de mi casa hay casas quemadas de las que solamente queda la chimenea en pie"

La situación de los incendios está afectando no solo a las viviendas. Ni Luis ni su mujer han podido ir a trabajar debido a su desplazamiento, y las clases en el Distrito Unificado de Los Ángeles y otras instituciones educativas han sido canceladas.

La rapidez con la que se propagó el incendio, que comenzó a las 18:20 horas, cuando ya era de noche, impidió una respuesta más eficaz. A este respecto, Luis reconoce sentirse afortunado de haber estado en casa en ese momento, consciente de que muchas familias se enfrentaron a una situación mucho más complicada. De hecho, ha afectado a sus amigos, uno de los cuales aún no sabe si su casa sigue en pie. La ciudad de Altadena, colindante con Pasadena, ha sido devastada por el fuego en su totalidad a partir de cierto punto en la colina donde se encuentra. "Ha desaparecido una comunidad entera", lamenta.

Además, la tragedia ha dejado un saldo de ocho víctimas mortales, cinco de ellas en la zona donde reside este vallisoletano.

Las causas de los incendios aún no se han esclarecido, pero las teorías apuntan a los fuertes vientos de Santa Ana que azotan la zona, combinados con la falta de lluvias y un índice de humedad extremadamente bajo. "En este país, por lo menos en California, la mayor parte del tendido eléctrico que va de la línea principal a las casas, en vez de ir por debajo de tierra, como en nuestro país, va a través de un poste", explica. "Cuando sopla el viento muy fuerte, rompe los cables y las conexiones con los distribuidores, y al romper esos cables se generan chispas. Esas chispas son las que generan los incendios", detalla.

La velocidad de los vientos, además, está dificultando la labor de los bomberos e impide, de momento, el uso de medios aéreos. Luis cree que la solución pasa por soterrar el tendido eléctrico, una medida costosa que las autoridades han evitado tomar hasta ahora. "Volverá a pasar", presagia.