La Diputación de Valladolid ha desarrollado una red de siete centros turísticos distribuidos por toda la provincia
Desde que en 1999 el castillo de Peñafiel abrió sus puertas como Museo Provincial del Vino, la Diputación de Valladolid ha tejido una red de centros turísticos que conectan a los visitantes con el alma de la provincia. Desde la enología hasta lectura, pasando por la gastronomía o la arqueología, esta oferta busca dinamizar la economía local mientras preserva el patrimonio cultural y natural.
Hoy, estos espacios representan un mosaico de experiencias pensadas para familias, amantes de la historia y curiosos por descubrir rincones únicos de Valladolid.
En el corazón de la Ribera del Duero y en Plena Milla de oro del Vino, el imponente Castillo de Peñafiel alberga el Museo Provincial del Vino, que celebra su 25 aniversario. Tras una reciente renovación, con una inversión de 1,8, los visitantes pueden recorrer los 210 metros de su barbacana y disfrutar de vistas panorámicas desde la torre del homenaje, de 34 metros de altura.
Además de su arquitectura, el museo ofrece un recorrido por la tradición vitivinícola de la región, representando las principales denominaciones de origen de Castilla y León. Una parada obligatoria para quienes buscan maridar cultura y buen vino.
En Medina de Rioseco, el Centro de Recepción de Viajeros, situado en un antiguo almacén de la dársena del Canal de Castilla, invita a adentrarse en el pasado industrial de la región. Desde allí, el barco Antonio de Ulloa recorre el histórico Ramal de Campos, mientras los guías narran cómo este canal transformó el transporte de mercancías en Castilla.
La experiencia se completa con la visita a la Fábrica de Harinas San Antonio, un auténtico viaje al siglo XIX, y actividades al aire libre como piragüismo, kart a pedales o ciclismo, ideales para los meses de primavera y verano.
En Mayorga, la iglesia de San Juan se ha transformado en un templo del pan. Este museo lleva a los visitantes por un viaje sensorial, desde la molienda de los cereales hasta los hornos tradicionales.
Allí conocen la vida de los molineros y las diferentes clases de panes hasta nuestros días. Los fines de semana, los más pequeños pueden vivir la experiencia de elaborar su propio pan, convirtiendo la visita en una lección práctica e inolvidable.
Urueña, reconocida como uno de los pueblos más bonitos de España, es también la primera Villa del Libro del país. Sus calles albergan 11 librerías especializadas, talleres de caligrafía y encuadernación, y centros culturales como la Fundación Joaquín Díaz.
También cuentan con el espacio para la Lectura, escritura y sus Aplicaciones, en el Centro e_LEA Miguel Delibes. Sin duda, un destino que convierte el acto de leer en un verdadero arte.
En Villalba de los Alcores, este espacio combina la educación ambiental y el patrimonio histórico de los Montes Torozos y la Tierra de Campos. Entre las actividades que se pueden realizar en la Finca Coto Bajo de Matallana destacan rutas de observación de aves, un jardín de plantas aromáticas, aula de interpretación de palomares y una exposición de más de 20 razas ovinas.
La visita también incluye los restos del Monasterio de Santa María de Matallana, un tesoro arquitectónico ahora reconvertido en hospedería.
Al sur de Valladolid, entre los términos municipales de Almenara de Adaja y Puras, se encuentra el Museo de las Villas Romanas que transporta al visitante al siglo IV. El conjunto museístico está formado por varios edificios y espacios complementarios: el Museo, la Villa Romana, la Casa Romana y el parque infantil tematizado.
En este complejo se pueden admirar mosaicos originales mejores conservados de la época, recorrer una recreación de una casa señorial de la época y descubrir cómo era la vida rural en el Imperio Romano.
En Renedo de Esgueva, se encuentra este parque temático que ofrece juegos interactivos y actividades diseñadas para despertar la curiosidad de pequeños y mayores. Con más de 18.000 metros cuadrados, la antigua Finca de los Power, es un lugar donde el aprendizaje se combina con la diversión en un entorno seguro y accesible.
Los visitantes pueden disfrutar en este espacio de más de 60 juegos que integran la acción, ciencia, música y paisajismo.
La última incorporación a esta red turística es el Castillo de Fuensaldaña, que combina historia y tecnología en una experiencia inmersiva en la historia de los castillos. Este edificio, que albergó las Cortes de Castilla y León, es ahora un punto de partida para explorar las más de 20 fortalezas visitables de la provincia.
Además, perteneciente a la llamada Escuela de Valladolid, el Castillo de Fuensaldaña ofrece un recorrido por la fortificación de planta cuadrada, torres circulares y una torre del homenaje rectangulares con diversos usos palaciegos
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