31/12/2024
Cuestiones técnicas a un lado, de nuestras conversaciones, hilo conductor de este escrito, interesa el planteamiento moral, los porqués. Son varios; el más profundo de todos, a los demás impregna, se funda en la experiencia, en la desconfianza, es defensivo: La Función Pública. Entiende necesario defenderse de la ineficiencia tolerada de la Función Pública, local, provincial, autonómica, nacional y europea; entiende necesario defenderse de sus funcionarios, de su personal laboral, de las autoridades administrativas y de los políticos, y quizás, hasta de la Casa Real. Y sin duda alguna, de los sindicalistas, de sus liberados y sus organizaciones.
La necesidad de defenderse frente a quienes conforman el aparato administrativo, a quienes integran los tres poderes del Estado. Si bien admite la necesidad, rechaza la cantidad y el coste de tanto político y funcionario; de la prebenda generalizada de la garantía de inamovilidad del puesto de trabajo, punto de partida de la ineficiencia patria. Resuenan ecos de conversaciones con su padre, como yo, abogado, él, en la capital del Estado. Jueces, nos dice el artículo 117.2 de la Constitución, no podrán ser separados, suspendidos, trasladados ni jubilados, sino por alguna de las causas y con las garantías previstas en la ley, ¿qué ley?, la Ley Orgánica del Poder Judicial y el Código Penal.
Ambas, con regulación inadecuada en una sociedad constituyente de un Estado de Derecho avanzado. Funcionarios, Ley de Régimen Jurídico del Sector Público, Ley del Estatuto Básico del Empleado Público y el Reglamento de Régimen Disciplinario de los Funcionarios de la Administración del Estado. Si estas leyes se aplican, ¿cómo se hace?, pues la Administración en general diligente no es, y desde luego, el Sistema de Salud de municipios, autonomías y nacional, si bien generalizado y gratuito, con esas listas de espera, no marcha bien. Y los políticos, con independencia de sus sueldos, ¿cuánto cuesta, cuanto cobra realmente al año cada político? Aquella conversación, cuasi monólogo, camino de barra de bar, se interrumpió, una oportuna llamada telefónica la interrumpió.
La desconfianza, la defensa con base en la experiencia. En negro. Liberales afirmando la necesidad de la mínima estructura estatal; unos funcionarios en la Universidad, otros, beneficiarios de la subvención pública, algunos, pocos, siéndolo de verdad. Comunistas afirmando la necesidad de la intervención del Estado cuanto más mejor; la igualdad para los demás, el privilegio para los dirigentes y, como no, salieron los célebres chalets de Galapagar. La desconfianza, la defensa con base en la experiencia. En negro. Todo lo que se pueda en negro y, sálvese quien pueda.
Esto es una esquizofrenia. Y sólo una verdad: en su entorno, la escasa dimensión de las empresas, y los problemas derivados de esa circunstancia. Es joven, empresario de escasa dimensión y audaz. La desconfianza, la defensa con base en la experiencia, el argumentario de barra de bar, son cuasi consustanciales a la escasa dimensión de la empresa. Si bien, es su realidad; incardinada en la realidad social.
Una realidad social es el aumento de Juzgados de lo Social, aquí y allá; en estos, se dilucidan los despidos del camarero, del fontanero, ..., del currante, a veces, pocas, del ejecutivo de altos vuelos; y esto ¿cuál es su causa? Una economía en crecimiento, dicen, conlleva el aumento de la conflictividad ¿es esto cierto? O ese crecimiento ¿afecta sólo a las empresas de cierta dimensión y en las de escasa, aumenta la conflictividad? Para pensar. Pequeño empresario, a pesar de los automóviles de alta gama, definición, aquel a quien un mal catarro (o una inspección de Hacienda), le lleva por delante el capital acumulado. El joven empresario, el hijo del amigo, al escuchar la definición se sorprende. Desde la experiencia profesional, frente a la desconfianza, la inseguridad; frente al argumentario de barra de bar la reflexión sobre el quehacer empresarial y el como conseguir seguridad; del negro al blanco, aunque carboneros, no siempre nos lavemos las manos, pues no siempre se puede; hasta los inspectores de Hacienda pagan ñapas en negro y, los divorcios a los procuradores y abogados.
¿Salir del país para eludir el pago de impuestos? Allá cada cual, y si bien no todos los empresarios pueden hacerlo, imaginemos a todos los empresarios españoles y sus familias en Andorra o Portugal. El joven empresario no encuentra respuesta. Inimaginable.
¿Dejar la provincia y acudir a los focos industriales del país? Quizás, sin olvidar la necesidad del Estado de ocupar el territorio nacional, quizás la España vaciada se haya de potenciar y todos a Madrid, Barcelona, Valencia, Bilbao o Sevilla, quizás a La Coruña. Inimaginable.
El malestar. En blanco o en negro, el malestar si bien puede producirse en lo público y replicarse hasta atronar, deviene más de la inseguridad particular, de la falta de seguridad de cada cual. Veamos, el autónomo, el pequeño empresario arriesga su patrimonio; tanto el Código Civil como la Ley de Sociedades de Capital, aportan instrumentos para eludir esa posibilidad y en su caso, una aplicación racional de la Ley Concursal y la de segunda oportunidad. Para ello, es preciso pensar, y tu padre, bien sé, te enseño a ello. Hazlo. No es trabajar; es trabajar, cobrar y asegurar. No siempre es fácil. La dimensión es importante, cierta dimensión genera estructura empresarial; pues si bien todos no valemos para todo, todos valemos para algo; no pongas a nadie delante de un toro si no sabe torear. Hermanos, amigos, si valen, valen, si no, …, han de encontrar su lugar. La estructura ayuda, pero nunca dejes la cartera en manos de terceros; controla.
La DANA y los innumerables videos de unos y otros en redes sociales, frente a la burocrática y lenta acción de lo público; las noticias de ayudas particulares y ..., y eso, ¿tiene alguna relación con el impago, de impuestos, con la ingeniería fiscal... Balbucea. Las crónicas recogen, si es cierto, las desavenencias del director de cine sueco Bergman con el fisco de su país, y como ante un planteamiento oficial de fraude fiscal se exilió del país, pues no admitió eso del fraude, si las discrepancias, no el fraude, y por lo visto, según las crónicas, regresó cuando se le pidieron disculpas oficiales por la acusación; el libro, está por ahí, ¿lo quieres?
Se abren las carnes cuando se ve a jóvenes con ímpetu desencantados, no tanto de nuestra sociedad, sino, aunque no lo sepan exponer, de nuestro ordenamiento jurídico, base de la política, la administración, lo público y lo privado. Desde los problemas de los okupas de viviendas ajenas, a los sueldos y demás ingresos de los políticos; desde, a pesar de cierta flexibilización llegada de Europa como las declaraciones responsables, la extrema burocracia patria, hasta la falta de puestos de trabajo cualificados para nuestros jóvenes y su éxodo, desde y hasta, la política, los políticos y el ordenamiento jurídico cuyo origen está en la política y se concreta en cada momento a través de los políticos.
Se abren las carnes cuando se toma conciencia de las dificultades y los tiempos en la creación de ese ordenamiento jurídico, para todos, véanse las webs del Congreso y del Senado, el trabajo en ellos realizados, y de las facilidades para ciertas normas exclusivamente políticas, no sólo para políticos, también con relación a como dejar sin efecto las sentencias contrarias a los intereses tributarios de los Gobiernos. Se abren las carnes, cuando autónomos y empresarios pequeños, tienen dificultades; cuando los costes de crear puestos de trabajo aumentan de año en año; y cuando la respuesta de empleados y funcionarios son, de otra forma, ya se dijo antes, de barra de bar. Se abren las carnes, ante la ignorancia de nuestros políticos y autoridades públicas, sin duda, no todos con carreras; sin duda, muchos, cada día en el Congreso, en el Senado, en las tertulias televisivas o radiofónicas, dejan a las claras su analfabetismo funcional, su demagógica maldad. Y se abren las carnes, cuando, en cuestiones técnico tributarias, se observa la ..., ¡cuidado, por ahí no se puede seguir!
En negro, en blanco o en gris, sea cual sea la gama de colores de los dineros de cada cual, hoy 31 de diciembre de 2024, a pesar de todo, a pesar de todos, a los jóvenes empresarios, a los no tan jóvenes, autónomos y profesionales liberales, ¡prospero año nuevo, 2025! A trabajadores por cuenta ajena, en lo público y lo privado, a nuestros pensionistas, en lo económico, limitada la prosperidad económica, el ¡puedan seguir cobrando! y en lo humano ¡buen año! A nuestros políticos sensatez y serenidad, y abandonando el analfabetismo funcional, el dejar de hacer el ridículo en demagogias varias en tertulias y entrevistas. Y a nuestros compatriotas afectados por la DANA, de todo corazón, ¡Dios y los cercanos les asistan!, y en la esperanza de estar equivocado, a través de nuestros impuestos les lleguen en tiempo, las ayudas necesarias y suficientes, nuestras ayudas, las ayudas de sus conciudadanos, españoles y europeos. En negro o en blanco. Dicho.