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La novillada de Raso Portillo, rechazada en Zaragoza, vuelve a casa

Uno de los utreros porque sobrepasaba el peso exigido en plaza de primera, alcanzando los 560 Kg en lugar del máximo de 540 reglamentarios

La novillada de Raso Portillo, rechazada en Zaragoza, vuelve a casa
Jesús  López Garañeda
Jesús López Garañeda
Lectura estimada: 2 min.

Estábamos en Mojados recibiendo la suspensión de la novillada cuando por boca de los ganaderos de Raso de Portillo, Mauricio e Íñigo Gamazo, nos dicen que su novillada ya no se lidia mañana en Zaragoza, como estaba anunciada, al haber sido rechazada y considerada no apta para la lidia.

Viendo los ejemplares enviados a la capital maña y que habían sido adquiridos por la Empresa de la Misericordia, muchos estábamos convencidos de la espectacularidad y del fin que la lidia de este ganado bravo excepcional, rabiosamente entregado y elegido, iba a causar sensación allá por las tierras mañas.

Pero se ve que los sesudos profesionales del sector veterinario y presidencial que deben dar el visto bueno para la lidia de los toros, en lugar de apreciar y reconocer algo único e irrepetible, rechazan por razones que creo sospechar, pero que deberían ser ellos mismos quienes digan la causa real por la que han adoptado esa decisión a todas luces injusta y reprochable, al menos desde nuestro humilde punto de vista. Uno de los utreros porque sobrepasaba el peso exigido en plaza de primera, alcanzando los 560 Kg en lugar del máximo de 540 reglamentarios.

El Coso de la Misericordia de Zaragoza tiene una norma por la que se rige que no es otra que la contenida en el Reglamento aragonés.

Y lo cierto es que la estupenda, magnífica y excelentemente presentada novillada del Raso de Portillo en su fenotipo genético y de raza ha sido echada para atrás en Zaragoza.

Así ni se va a ningún lado ni hay forma humana de ordenar estas injusticias cometidas contra los ganaderos. Cada vez creo con más fuerza, que este mundo taurino y torero huele a podrido y sin solución.