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La Diputación de Valladolid y la ONCE colaboran contra la soledad no deseada de las personas ciegas

Conrado Íscar asegura qué ofrecerán una integración que facilite la autonomía de las personas ciegas

La Diputación de Valladolid y la ONCE colaboran contra la soledad no deseada de las personas ciegas
Conrado Íscar e Ismael Pérez durante el convenio fimado entre la Diputación de Valladolid y ONCE de este lunes.
Raúl García Zamora
Raúl García Zamora
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El presidente de la Diputación de Valladolid, Conrado Íscar, y el delegado territorial de la ONCE en Castilla y León, Ismael Pérez, han firmado este lunes un convenio de para desarrollar el programa 'Lucha contra la soledad no deseada en personas ciegas de la provincia de Valladolid'.

"Es una problemática que, lamentablemente, cada vez está más presente en nuestra sociedad y es una cuestión prioritaria para las administraciones públicas", explica el presidente de la Diputación.

Ha recordado que, aproximadamente, el 20% de la población española sufre soledad no deseada y que los jóvenes son los que más lo sufren, seguidos por los mayores de 75 años. Y que, aquellos que sufren una discapacidad, este porcentaje aumenta hasta un 50%.

"Este convenio con la ONCE tiene como objetivo poder ofrecer una atención más personalizada para ayudar a las personas ciegas de Valladolid", asegura Íscar.

Desde los años 90, la Diputación de Valladolid lleva trabajando en la salud emocional de las personas mayores y en la participación de la comunidad a través del programa 'envejecimiento activo' y, desde el 2017, han implementado diferentes acciones para combatir la soledad no deseada.

Ismael Pérez ha señalado que este convenio "afectará a alrededor de mil personas", que son los afiliados a la ONCE en la provincia de Valladolid. "La primera tarea es saber quiénes son, localizarlos y ofrecerles ayuda personalizada, que es lo que estamos haciendo", reconoce.

El convenio entre la Diputación y la ONCE, pretende actuar dentro de siete campos concretos que busca satisfacer distintas necesidades de las personas que lo necesitan.

La primera corresponde a la integración de los afiliados a la ONCE que se encuentran más alejados de los centros, principalmente, de aquellos que residen en el entorno rural.

En segundo lugar, la orientación sobre opciones de accesibilidad que favorezcan su autonomía, con especial atención a las personas con sordoceguera.

La tercera línea de trabajo busca el fomento del voluntariado, de forma telefónica, y procurando la incorporación al programa de voluntarios con conocimiento de la lengua de signos y dactilología.

En cuarto lugar, mediante cursos y talleres, tienen como objetivo mejorar los recursos psicológicos y emocionales para afrontar la soledad, sobretodo en momentos como el paso a la jubilación, los cambios de ciudad o los procesos de duelo.

También gracias a los distintos cursos y talleres, se procurará mejorar las habilidades sociales, la alfabetización digital y el uso de las nuevas tecnología.

Del mismo modo, se favorecerá la creación de grupos de intereses que lleven a cabo actividades en común como pueden ser  visitas culturales.

Y, por último, se potenciará el desarrollo de actividades de solidaridad e intercambio generacional.