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Un toro de Rosa Rodríguez salva la tarde de rejones en Íscar

Un toro de Rosa Rodríguez salva la tarde de rejones en Íscar
FOTOS: José FERMÍN Rodríguez
Jesús  López Garañeda
Jesús López Garañeda
Lectura estimada: 3 min.

Un toro de Rosa Rodríguez corrido en sexto lugar esta tarde en Íscar salvó de alguna forma la corrida de toros programada como apertura de la feria, al ser además premiado por el palco con el pañuelo azul merecidamente. El resto del encierro, dos de Hermoso de Mendoza; uno de Moura Caetano y los otros tres de la ganadera de Chamusca (Portugal), mansos y acogidos a sagrado de tablas, no permitieron demasiado lucimiento a los caballeros rejoneadores, excepto el último del festejo.

Los tres primeros de la tarde, cantaron pronto la gallina de su mansedumbre y bastante tuvieron los rejoneadores con intentar lucirse en garapuyos y demás arponcillos de colores.

Abrió plaza Pablo Hermoso de Mendoza en la despedida de los ruedos y pasó el hombre por Íscar como un vientecillo de verano, pues aunque cortó una oreja más que generosa en su primero, frente al cuarto poco o nada pudo hacer al pararse el animal e incluso echarse en la frescura de la arena, casi al final de la faena. Una vez levantado por la cuadrilla, reiteradamente intentó el estellés atronarle con el rejón de muerte que clavó sucesivas veces sin penetrar el acero. El público silenció su labor cuando la cosa hubiera sido de silbidos más que atronadores. Se ve que al principio, cuando salieron las charangas de las peñas a tocarle el corrido mexicano de 'El rey' a lo que correspondió con el saludo cariñoso y agradecido a todas ellas, se cerró el homenaje de esta plaza iscariense en la que tantas tardes mostró su sabiduría y buen hacer el rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza. Una despedida la de Hermoso de Íscar poco emotiva y nada recordada en la memoria.

De quien sí se acordarán los iscarienses que asistieron a la corrida es de la faena compuesta e íntegra, plena de torería y buen hacer de Guillermo, el vástago que completaba la terna de jinetes en esta tarde de calor, de sol y moscas, al toro 'silvestre' de Rosa Rodríguez que culminó con la colocación de dos rosas muy ajustadas a tablas, luego con de un par de banderillas cortas a dos manos, que hizo que la plaza aplaudiera y reconociera la exposición del joven rejoneador. Clavó el rejón de muerte en todo lo alto y las dos orejas cayeron en su esportón, llevado con la sonrisa de su padre. Con el tercero de la tarde un manso de libro, tras clavar medio rejón, lo despachó con otro entero y el silencio acogió su labor.

Sergio Domínguez, el rejoneador de Calahorra, salió también a hombros tras cortar una oreja a cada uno de sus enemigos. Al primero de su lote, abanto, manso y con ganas de salirse de la plaza, le clavó de salida el rejón de castigo demasiado trasero. Pero estuvo muy firme en banderillas a una mano, citando con cabriolas del caballo y sacando al toro que le manseó ostensiblemente todo lo poco que tenía. Tras clavar el rejón de muerte le pidieron la oreja. Otra más cortaría del quinto de la tarde, por aquello de no hay quinto malo, un 'carretón' de Rosa Rodríguez al que recibió a porta gayola con su cabalgadura. Luego remató al animal con golpe de descabello recibiendo otra oreja del palco esta vez presidido por Ángel Capellán.

Primera corrida de la feria de Íscar. Media Plaza. Sonó el Himno nacional de España antes de romperse el paseíllo. Se sorteó un potro entre los asistentes a la corrida. Toros de Hermoso de Mendoza (1º y 2º), uno de Moura Caetano (3º) y tres de Rosa Rodríguez (4º;5º y6º), mansos y con escaso fuelle, salvo el sexto premiado con el pañuelo azul para

Pablo Hermoso, oreja y silencio.

Sergio Domínguez, oreja y oreja.

Guillermo Hermoso, silencio y dos orejas