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Álvaro de la Calle y Javier Orozco triunfan en Cigales

Entretenido festival taurino en el que los diestros cortaron cuatro y dos orejas, respectivamente. Uno de los novillos fue premiado con la vuelta rueda

Álvaro de la Calle y Javier Orozco triunfan en Cigales
Jesús  López Garañeda
Jesús López Garañeda
Lectura estimada: 3 min.

Triunfo de Álvaro de la Calle que cortó cuatro orejas y de Javier Orozco que se llevó dos en un entretenido y muy digno festival taurino de Cigales, con motivo de sus fiestas patronales de Santa Marina. Los novillos de Esteban Isidro, tres, y de Urbina uno, corrido en primer lugar, dieron buen juego y favorecieron la actuación de ambos diestros que abandonaron el coso cigaleño a hombros. El cuarto de la tarde, un jabonero, bravo y encastado de Esteban Isidro recibió el premio del pañuelo azul.

Tres partes de plaza, pues al sol no había quien pudiera estar por la canícula que acompañó un festejo de sol, calor y moscas ante un público entendido y gratificador de la labor de los toreros que se dieron cita en este mano a mano.

Antes de romper el paseíllo, la Banda de música de Cigales que amenizó el espectáculo interpretó el himbo nacional de España con el público respetuosamente puesto en pie. Y en el palco presidencial ocuparon su sitio la Reina y Damas de las fiestas que lanzaron claveles a los toreros tras su triunfo y caramelos a los espectadores.

Álvaro de la Calle doblegó al primero de la tarde, un novillo bronco y duro de Urbina que se daba la vuelta como un rayo. El de Salamanca sometió por bajo al burel y le instrumentó una faena muy digna, especialmente por el pitón derecho. Mató de estocada entera, algo tendida y fue premiado con las dos orejas.

Ante su segundo un jabonero de Esteban Isidro, casi, casi utrero, con cuajo, kilos y enmorrillado, aunque de cuerna abrochada, Álvaro de la Calle, tras brindar a Chema Rueda, realizó pasajes realmente bonitos y aplaudidos, hasta que el burel bajó de fuelle y entrega, rajándose en los últimos momentos de su lidia. Una faena demasiado larga culminada con estocada entera y, tras aviso, recibió las dos orejas del ejemplar.

Javier Orozco, el torero de Ronda, con estilo, le tocó uno de Esteban Isidro, duro y complicado más de la cuenta, pues el animal no humillaba y echaba la cara arriba dando derrote al salir del muletazo. Una estocada infame, de las que hacen guardia, un aviso y golpe de descabello fue el bagaje por el que obtuvo el silencio de la plaza.

Pero Orozco se resarció frente a otro jabonero de Esteban Isidro que despertó y para bien al colocarle los rehiletes de banderillas, yendo a más en su embestida entregada, brava, humillada y muy bien ordenada por el diestro, en una faena que brindó a su compañero Álvaro de la Calle. Lo despachó de una estocada trasera y el público le pidió los trofeos que le fueron concedidos por el palco, en alarde de generosidad, pues con una oreja hubiera bastado el premio. También asomó el pañuelo azul para que las mulillas dieran la vuelta al ruedo al ejemplar de Esteban Isidro.

En resumen, un más que entretenido mano a mano el celebrado en la cuna del vino clarete de Valladolid, Cigales, del que Fermín Rodríguez ofrece el siguiente reportaje gráfico.

 

 

Más Info.

Plaza de toros de CIGALES (Valladolid). Cuatro novillos, uno de Sánchez Urbina, bravo, y tres de Esteban Isidro, bravos y encastados para

Álvaro de la Calle, dos orejas y dos orejas tras aviso.

Javier Orozco, silencio tras aviso y dos orejas tras aviso.